Cerramos nuestro repaso del Z! Live Rock 2024 con la crónica de Luis Martin y NachoGS sobre la tercera y útima jornada en Zamora. Un sábado muy especial con grupos del calibre de Avantasia, The Halo Effect, Ars Amandi, Atomic Megalodon, Opera Magna, Decapitated, Persefone, Leo Jiménez, KK’s Priest, Gigatron y Paradise Lost.
¿A qué esperáis para leerla?
Tercer y último día. No fue fácil comenzar a las tres de la tarde el sábado, aunque la temperatura no fuera extrema, hacía calor y a esa hora no había en IFEZA ni un poquito de sombra, pero allí se personaron unos pocos valientes dispuestos a disfrutar. Es una pena que sean siempre o casi siempre bandas nacionales las que tienen que sufrir esto, porque realmente hay que ser fan de una banda para tener ganas de estar tan temprano al sol viendo un concierto.
Sea como fuere, Atomic Megalodon repetían en el Z siendo probablemente la banda más diferente en cuanto a estilo de todo el cartel, con su "psycobilly" en formato trío con batería, guitarra, voz y contrabajo. No estuvieron mal en su corta actuación y son curiosos de escuchar, aunque creo que una voz un poco más limpia le daría más color a sus temas y les abriría a más audiencia.
Turno para el folk con los castellanos Ars Amandi, que dieron un concierto lleno de buen rollo y animaron mucho a los presentes. Me sorprendieron con un bajista que no conocía de otras veces y un set list muy rockero, abriendo con "La voz que me guía", "Gritando al mar" y "No abandones". Me hubiera esperado unos "Camino sin fin", "Tu ley" o "La suerte está echada", pero no; en su lugar completaron la actuación con la recuperada "Rubia de bote", "No queda sino batirnos", que se cantó muchísimo por allí abajo y "Escuchando al corazón". Muy buen concierto de Ars Amandi que contentaron a la gente y arrancaron los primeros saltos en poco tiempo.
Opera Magna es una de mis bandas favoritas y sin duda la mejor banda de power metal del país, juegan en otra liga, pero por alguna razón, y mira que les he visto unas cuantas veces, en muchas de ellas el sonido no les acompaña, y no termino de entender por qué. Comenzaron sus treinta minutos con la genial "Heroica", que prácticamente se escuchó entera sólo por monitores y la gente miraba más a la torre de sonido que al escenario a ver si aquello se arreglaba, siguiendo con "Donde latía un corazón", donde ya escuchábamos algo más pero no bien y el temazo "Historia", que no me canso de escuchar. José Broseta, inmenso como siempre, preguntaba al respetable qué tal se estaba oyendo y recibió un "ñeeeh" general por respuesta. "Bueno, nosotros le ponemos ganas", decía. Y tanto, Opera Magna es un grupo al que da gusto ver tocar. Para la segunda mitad ya se ajustó la cosa pudimos disfrutar en condiciones de "El pozo y el péndulo", "La muerte de un poeta" y "La herida". Muy bien Opera Magna, son buenísimos, pero una pena el sonido.
Los andorranos Persefone volvían a cambiar totalmente de rollo y traían el death metal de vuelta, pero la verdad es que su descarga me pareció bastante plana y no llegué a conectar con ellos. "Sounds and vessels", "One Word" y "The equable" abrieron un concierto que creo que pasó un poco sin pena ni gloria.
Me gustaron más Decapitated, aunque el brutal death no es el estilo que escuche a diario, los polacos sí lograron captar mi atención con un show con las revoluciones al 100% todo el rato. Tuvieron su público, que reaccionó con numerosos circle pits a canciones como "Never", "Iconoclast" o "Last supper". Me agradó ver luego a su cantante Rafał Piotrowski disfrutando del festival con el público y haciéndose fotos, mostrando simpatía y cercanía.
Leo Jiménez era una incógnita para mí. En los últimos años su voz no ha estado en su mejor forma y tuvo que centrarse en tocar canciones más graves y fáciles de cantar, aunque el año pasado en el Rock Imperium le vi bastante mejor, y quería comprobar su evolución. Además, en esta gira de celebración de 30º aniversario, lleva a Zeta y Patricia Tapia, lo cual, a parte de ser supongo para protegerse un poquito más, es una decisión acertadísima, pues le da variedad al show y eleva la calidad de los temas. Pues bien, tremendo el bolazo que se marcó Leo. Estuvo muy bien de voz y, como digo, está perfectamente respaldado por un Zeta que canta muy bien aunque ya sabemos que no es el que más animado en directo y una Patricia Tapia sencillamente espectacular, ¡qué nivel de voz! Me encantó verlos a los dos en un registro mucho más heavy que lo que estábamos acostumbrados en Mägo. Pero no son los únicos, Cristian Juárez también es un cantante buenísimo y apoya mucho en los agudos y también estuvo Mr Korpa a los guturales. Parecía aquello un Avantasia español con tanto cantante.
El resultado fue espectacular. Los temas ganan muchísimo a dos, tres, cuatro y hasta cinco voces y sin duda fue uno de los conciertos del festival. Comenzaron con "Desde niño", "Con razón o sin razón" y "Soy libertad" con todos los cantantes en escena. Vuelvo a destacar a una super heavy Patricia Tapia que dio un recital. El set list combinó canciones de Leo Jiménez en solitario con otras de 037 como "Volar" o "Condenado", de Saratoga con "Vientos de guerra" y "Perro traidor", que me gustó ver a Zeta interpretar, o de Stravaganzza con "Hijo de la luna" y "Grande" como colofón final. Conciertazo, la bestia ha vuelto y espero que se mantenga así.
Tocaba ahora bajar la intensidad para ver a Paradise Lost. "Enchantment" y "One second" abrieron un concierto que estuvo bien, aunque la alegría de la huerta tampoco son los británicos, ni una banda para darlo todo. Su disco "Draconian time" fue el que más presencia tuvo en el set, con hasta cuatro temas: la citada "Enchantment", "Forever failure", "Hallowed land" y "The last time". El final lo marcaron "Say just words", "Embers fire" y "Ghosts".
Llegaban los platos fuertes con KK’s Priest, la banda del legendario guitarrista, que llegaba a Zamora con su segundo disco bajo el brazo, aunque empezarían, tras un largo video de introducción, con "Hellfire Thunderbolt" de su primera grabación. Sólo cuatro canciones serían propias, se centraron principalmente en versiones de Judas Priest, lógicamente con una respuesta brutal. De las propias, me gusta mucho "One more shot at glory", que Tim Owens canta con una fuerza enorme y una voz imparable.
El sonido fue muy alto y potente y no sé si hubo alguien en Zamora que no escuchase sus agudos. El vocalista nos preguntaba cómo se llamaba para empezar la lista de versiones de Judas con "The Ripper", aunque no faltaron "Night Crawler", "Hell patrol", "Breaking the law" o "Victim of changes". Se despidieron con "Raise your fists". Fue un concierto algo corto, sólo doce temas en una hora aunque se me hizo entretenido y gustó muchísimo.
Y por fin era el turno de la banda más esperada del día a juzgar por el número de camisetas que se vieron entre el público, Avantasia hacía su aparición en Zamora (parece mentira todavía decirlo). En la gira veraniega de este año, la banda de Tobias estaba girando con Bob Catley, Ronnie Atkins y Geoff Tate como vocalistas principales acompañando a Tobias Sammet (tres vocalistas en lugar de los cinco que nos tenía acostumbrados), con Herbie Langhans, la impresionante Adrienne Cowan y una cara nueva, Chiara Tricarico como coristas. Además, tenían otra cara conocida al bajo, Dirk Schlächter que ya tocó en el mismo escenario el año anterior con Ross the Boss. Por lo tanto, era eso lo que me esperaba, pero no fue así, ya que desafortunadamente ni Geoff Tate ni Ronnie Atkins pudieron estar en Zamora.
Cuando el telón que cubría el escenario cayó, ya estaba toda la banda en las tablas comenzando con "Specters", que fue la única representante de aquel "The mystery of time", seguida del primer clásico, "Reach out for the light", con Adrienne Cowan haciendo el primer dueto de la noche con Tobias. Esta chica es impresionante, si no la conocéis, dadle una escucha a su banda Seven Spires. El primero en salir sería Bob Catley, que es imposible no quererlo, con la también mítica "The story ain´t over". El sonido, por cierto, era muy bueno, quizás los micrófonos un poco bajos, pero se solventó en la segunda mitad. El escenario es el más grande que ha llevado Avantasia hasta la fecha, haciendo uso de la pantalla gigante, fuego y humo detrás de una verja como de cementerio antiguo, columnas, plataformas… La verdad es que una producción muy atractiva.
Tobias Sammet estuvo en su línea, super simpático y comunicativo, aunque prometió no hablar demasiado para no perder tiempo y hacer todo el set. Es un personaje, posa para todos los fotógrafos, no duda en mandar que se calle la p**a boca al bajista del otro escenario que estaba probando sonido; e incluso recordó cuando ya hace años tocaron en el Palacio Vistalegre de Madrid y le dio por comprarle una cerveza en medio del concierto a un vendedor de los que se pasean con el barril y los 10€ que le cobró le dejaron traumatizado, es un crack.
"The scarecrow" fue la siguiente y me llevé una decepción al ver que era Herbie Langhans el que la iba a cantar, no porque no me guste él, sino porque significaba que no estaba Ronnie Atkins, aunque por encima de todo se echa mucho de menos a Jorn Lande aquí. Tras "Promised land" empezó a sonar "Alchemy" y ahí descubrimos que tampoco estaba Geoff Tate, pero en su lugar salió un inesperado Ralf Scheepers, que lo hizo muy bien, incluso en la preciosa balada "Invincible". Una de mis preferidas, "Book of shallows" fue la siguiente, y estaba yo con la mosca detrás de la oreja a ver quién hacía la parte de los guturales que normalmente se reparten Atkins y Adrienne. Pues lejos de que alguien sustituyera a Ronnie, fue todo para Adrienne, partes guturales y limpias todas seguidas, casi se nos ahoga la pobre, pero increíble lo que hizo.
Y aquí el mayor sorpresón de todos, Tobias presenta "Dying for an angel" y sale… ¡Tommy Karevik! El subidón que me dio hacía tiempo que no lo sentía, se guardó bien Tobias la sorpresa y vaya si funcionó. "Kill the pain away" sería la única representante de su último disco, que es verdad que no es el mejor álbum, pero tampoco lo ha presentado mucho en Europa y me hubiera esperado alguna más. "Let the storm descend upon you" contó con Herbie y Karevik de nuevo, para seguir con "Draconian love", "Avantasia" con Catley, "Farewell" y su mar de brazos de un lado a otro, "Shelter from the rain", "Mystery of a blood red rose" y "Lost in space". Para los bises, la tremenda "Lucifer", esta vez sólo con Tobias cantando a la vez que tocaba un piano con llamas incluidas y el medley "Sign of the cross", cantada esta vez únicamente por Tobias y "The seven angels", ahora sí con todos los vocalistas y coristas en escena. Enorme el concierto de Avantasia, estos conciertos son los que hacen grande a un festival y será recordado como uno de los mejores, todo lo que pudo salir bien salió.
Tras la espantada general que hubo al terminar Avantasia, los que nos quedamos nos quedaba ver a The Halo Effect, que salieron con su death metal melódico con "Days of the lost", "The needless end" y "Feel what I believe". Fue un concierto un tanto lúgubre, especialmente por la escasez de luces que usaron y el estilo que tiene la banda. Mikael Stanne recordaba su paso por el festival el año pasado con Dark Tranquillity para dar las gracias y seguir presentando temas como "In broken trust", "The most alone", "Gateways" o la final "Shadow minds". Sin parecerme espectacular, fue buen concierto, pero tampoco me conquistaron especialmente.
El colofón final al festival lo pondría Gigatron. Mucha gente se quedó para verlos, aunque a mi su humor me supera y no me aporta gran cosa, y a las dos de la mañana y con el cansancio acumulado mi paciencia tampoco estaba al 100%. Comenzaron con "El barco de colegas", "La tierra del rock", "Rebeldes de cuero", "Macho cabrío", "Banderas de roña", "Mi hacha hizo tu culo"… Y ahí dije basta y recogí los bártulos, aunque vi a mucha gente disfrutar y pasarlo bien, que de eso se trata.
Así terminó una edición más del Z! Live, y ya van nueve. Sólo nos queda esperar a la siguiente y esperar que sea exitosa y haga buen tiempo como hizo en esta. ¡Nos vemos!
Crónica: Luis Martín
Fotos: NachoGS