Los próximos 26 y 27 de julio Corazones Eléctricos visitarán el norte del país con sendos conciertos en Gijón y Ribadeo, dos citas que no podéis perderos y que hoy FelipeSM repasa en esta extensa entrevista con Pau Monteagudo.

¡No os perdáis esta entrevista!

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Bienvenido Pau. Lo primero de todo gracias por tu tiempo, siempre es un placer charlar contigo aunque sea on-line.

Pau: Hola! Siempre es un gusto hablar con vosotros.

Estamos aquí para hablar de vuestras próximas fechas en el Norte, pero antes quisiera hablar un poco de “De Amor y Rabia”. ¿Puede que estemos ante el mejor disco de Corazones Eléctricos?

Para mí “De Amor y Rabia” es el mejor disco que he hecho en toda mi carrera, a la gente le ha gustado mucho también. Pero no creo que me corresponda darle la categoría de mejor disco del grupo. Son las personas que lo han escuchado y los medios que no monetizáis vuestra opinión los que podéis calificar el disco como el mejor o no. Al final es algo subjetivo. Nosotros estamos felices con el resultado.

No sé si es el mejor álbum de la banda, pero hay dos cosas que yo veo claras en él. Por un lado es que ha sido el que mejor acogida ha tenido por parte del público y por otro es que en él Corazones Eléctricos parece definir su sonido. ¿Lo sientes así?

Siempre vamos a estar en una constante búsqueda, nos encanta el carácter y el sonido de este disco, pero no vamos a ser la típica banda que encuentra “su sonido” y ya no sale de ahí. Lo mismo sucede con las canciones, está claro de dónde venimos pero eso no marca el camino de a dónde vamos. No quiero llevar un GPS que me diga la mejor ruta, porque me perderé rincones especiales por las carreteras secundarias. Me gusta la exploración musical y así seguirá siendo, aunque siempre habrá algo identitario en todo lo que haga.

A nivel estilístico, tenemos temas de puro rock, algo de grunge, un toque de punk, una dosis de hard rock.. ¿De dónde vienen todas esas influencias?

Para este disco me planteé reconectar con mi “yo” adolescente, volver al inicio de todo, de cuando me enamoré de la música en los primeros años 90, cuando escribí mis primeras canciones. He vuelto a escuchar a Nirvana, Soundgarden, Pearl Jam, Stone Temple Pilots, Foo Fighters… pero también he conectado con la energía femenina de Garbage, The Distillers, Juliette Lewis, Hole, 4 Non Blondes, Joss Stone… En este disco hay mucha influencia de las mujeres en el rock y es algo que ya se va a quedar conmigo en el futuro.

De la edición del disco sorprende que solo se edita en vinilo. En este mundo convulso en el que vivimos, ¿se hace bueno aquello de “Tal vez el vinilo es el secreto de la libertad”?

Jeje, este disco sólo se ha editado en vinilo porque decidimos invertir el presupuesto en la calidad de la grabación y en hacer una edición a doble carpeta y poder dedicar mayor espacio a la parte visual y artística, en lugar de hacer las típicas ediciones simples que para el consumidor salen caras e insulsas. No somos una banda con mucho presupuesto, así que nos buscamos la vida para dar el máximo con el mínimo.

Hablemos de la gira, ¿cómo ha ido hasta ahora? Desde fuera parece que al fin Corazones Eléctricos empieza a tener reconocimiento del público. ¿Es así?

Nos va mejor que antes, cada vez viene más gente a vernos, seguimos subiendo escalones con cada paso y eso es bueno, pero aún estamos lejos de dónde nos gustaría llegar. Tenemos la suerte de que ya nos empiezan a llamar de festivales y hay algunas ciudades a las que podemos ir a tocar y no perder pasta. Pero para poder sacar todo el potencial necesitamos bastante más. No vamos a engañar a la gente proyectando una imagen de éxito rotundo que no es real.

Un detalle que a mi me ha gustado mucho de la gira es el tema de la entrada gratuita para menores de 25 años. ¿De dónde surge la iniciativa?

Me alegra que lo resaltes. La idea surge de abrir las puertas a una generación de chavales y chavalas que son las ovejas negras de su generación porque les gusta el rock y no esa otra “música” llamada reguetón. Les abrimos las puertas para que puedan disfrutar con nosotros de la música que nos une y además que se den cuenta de que hay grupos con músicos relativamente jóvenes que no rondan o han superado de sobra los 60 años. Es muy loco que para la gente joven, los referentes mundiales del género tengan la edad de su abuelo o incluso su bisabuelo.

Además muchos no pueden pagarse una entrada y tomarse unas cervezas porque, aunque tengan formación, no tienen trabajo. O sus padres no tienen trabajo para darles 30€ cada finde y que puedan disfrutar de lo que otras generaciones han podido disfrutar sin mucho esfuerzo.

Lo más importante de todo, ¿está funcionando?

La propuesta va funcionando, en todos los conciertos siempre entran menores de 25. Ojalá tuviéramos un problema y fueran cientos cada noche… Incluso también vienen con sus padres porque comparten esa pasión por la música. Y me parece mal que le cobres una entrada a un crío de 15 años que viene con su padre a verte.

Ojalá más bandas hicieran lo mismo que nosotros, sobretodo las grandes bandas de este país, a los que se les llena la boca con la palabra “rock” y parecen haber olvidado lo que significa.

No es vuestro caso en este “De Amor y Rabia” porque es bastante fácil identificarse con las letras de las canciones, pero, ¿no crees que esta desconexión del rock con la gente joven es porque las canciones han dejado de hablar de las cosas que le preocupa al público de 20 años?

Totalmente de acuerdo, parece que los grupos repiten una y otra vez los mismos clichés de sexo, drogas y rock and roll, y no nos damos cuenta de que, precisamente, ese cliché en su día fue una reivindicación a todas las imposiciones sociales, pero hoy en día es sólo un cliché bastante ridículo, desde mi punto de vista.

En este disco hablo de realidades buenas y malas, que me ocurren a mí, pero también a una persona de 20 años. Lo raro es que el 99% de los grupos de rock tenemos en común muchas cosas con esa generación joven que está igual de jodida que nosotros, pero la mayoría se empeña en seguir contando lo que no les representa ni les ocurre. Así es imposible conectar.

Con este panorama y siendo sincero, ¿ves futuro para el rock en nuestro país?

Todo depende de si los grupos que tienen el poder mediático ayudan a los que no lo tienen. Sí, ya sé que soy un romántico, pero hace 30 años esto era posible. Es una cuestión de solidaridad bien entendida. Todos sabemos que hay una parte de negocio, pero los de arriba parecen haber olvidado que ellos también estuvieron abajo. Y que hay otra parte que es la cultural que beneficia a todos, incluidos a ellos, permitiendo que la rueda siga girando.

Los grupos de arriba te ayudan si tienen algo con lo que beneficiarse, no lo van a hacer sólo porque les guste o les parezca interesante tu propuesta. Parece que son empresas que se asocian a otras empresas como si fueran grupos de poder, y no dejan hueco a nadie más. Mira los carteles de los festivales. Siempre los mismos grupos. Por cada 30 conciertos veraniegos de alguien conocido se dan uno o dos conciertos de un buen grupo que no tiene tanta popularidad pero que nada tiene que envidiar en lo musical.

Es necesario que sea sostenible, que grupos que llenan salas con 1000 o 2000 personas agotando entradas cada fin de semana den oportunidad a buenas bandas, con buenas propuestas y buenos directos que no han tenido la misma suerte que ellos. Es algo bastante simple y que sí ocurría en los años 90. A día de hoy si no tienes padrinos y/o mucha pasta olvídate, aunque hayas escrito un gran disco. No tienes nada que hacer. No existe la clase media en el rock, o llenas salas hasta la bandera o metes, con suerte, a 100 personas en tu bolo. No hay grupos que metan entre 300 y 500 personas.

¿Es una opción “venderse” al mundo de las redes y el postureo online, o hay otro camino posible?

Por desgracia hoy hay que dedicar más tiempo a aparentar algo en las redes sociales que a escribir 25 canciones en tu local de ensayo para sacar un disco con 12 buenas. Los grupos se preocupan más por salir guapos en las fotos que en aprender a tocar mejor o a encontrar su propia identidad a través de su música.

Sí, ya me sé el mantra de que hay que estar actualizado, es una herramienta maravillosa para darte a conocer y bla bla bla. Todo el rato estamos hablando de marketing, nosotros nos dedicamos a hacer música, no somos publicistas. Por eso cada vez cuesta más encontrar propuestas interesantes y artísticas en la música. Todo es una copia de una copia. Y así en bucle.

Me obligo a publicar en las redes, y sé que debería de hacerlo más y seguro que me iría mucho mejor, pero me resulta agotador y me da vergüenza hacerme el importante, como si lo que me pasa en mi día a día o lo que opine sea importante para los demás.

Creo que la libertad artística murió con el nacimiento de las redes sociales.

Desde mi punto de vista no nos interesa tanto lo artístico o lo emocional, aunque nos disfrazamos de eso. Lo que buscamos es igualar el éxito, obtener el resultado que alimente a nuestro ego. Nos encanta la sensación de ser observados y, sobretodo, envidiados.

Hace ya un tiempo que me di cuenta de que a la gente no le gusta lo bueno, a la gente le gusta el éxito. Llama la atención, aparenta que eres una especie de persona única y perfecta, y todos pensarán que lo que haces es especial porque tú también lo eres. Crea tu propio mito. Es como la gente que necesita contar que es solidaria en lugar de serlo y nada más. Necesitamos vernos a través de los ojos de los demás. Es muy triste.

Las redes sociales están llenas de personas que se creen seres tocados por los dioses. Es ridículo, pero por desgracia a algunos les funciona.

Cambiemos de tercio y hablemos de los conciertos de final de mes. Fin de semana del 26 y 27 de julio, dos ambientes muy distintos, Sala Tizón Sound en Gijón y el Vendaval Fest en Ribadeo. ¿En qué formato se siente más cómodo Pau Monteagudo con Pete y Quique?

La verdad es que disfrutamos de los conciertos en sala igual que los festivales.

La sala reúne a gente que viene a disfrutar con nosotros porque ya nos conoce y vienen con ganas. En los festivales tenemos el reto de conectar con parte de un público que no nos conocía hasta ese mismo momento. Es un subidón cuando alguien viene después de vernos y nos dice que no nos conocía y que ya no podrá olvidarnos. Amor a primer concierto.

El viernes 26 en Gijón estaréis acompañados de Maverick, una banda asturiana a caballo entre el punk y el post-rock, ¿has podido dedicarles un ratillo?

Estuve viendo su Instagram y escuchando algo en Youtube, tienen ese punto americano con power, y se agradece cuando una banda no sigue la moda o la tendencia y es fiel a la música que les tocó el corazón.

¿Qué le recomendarías a una banda como Maverick desde tu experiencia?

No me considero nadie para dar consejos, pero si algo he aprendido en estos años es que hay que poner amor y pasión a lo que haces, que nunca te creas mejor que nadie, que hay que ser autocrítico y tener inteligencia para saber si puedes o no dar el siguiente paso. En el difícil camino de la música lo que nunca debe faltarte es la ilusión y el esfuerzo. Si sabes que mereces algo que está al otro lado del muro haz lo posible por tirarlo abajo, pero nunca pierdas tu esencia.

Tras estas dos citas a final de julio, no tenéis más fechas confirmadas, ¿qué planes tenéis para otoño? ¿Hay Corazones Eléctricos para rato?

Estamos cerrando fechas para después del verano que pronto anunciaremos, volveremos a algunas ciudades y pasaremos por otras que aún no hemos podido visitar.

Aún quedan muchos latidos!

Por mi parte esto es todo, tan solo desear que llegue pronto el 26 de julio para disfrutar de vuestro directo. Si quieres convencer a nuestros lectores para vernos en Gijón, este es el momento…

No hay que comprar una entrada de 50, 70, 150 o 200€ para ver un buen concierto de rock. Que no te engañen, lo puro sigue estando en los clubs y no en los macroconciertos que parecen patrocinados por Disney. Si lo que buscas es venir sólo para contar en tus redes sociales la súper experiencia mega guay de tu vida y dar envidia a tus followers, mejor no vengas, no somos tu grupo.

Entrevista realizada por FelipeSM

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