El pasado 2 de febrero tuvo lugar la primera edición del MonoRockFest, un pequeño festival celebrado en el Teatro L'Llar que contó con exposiciones de fotos, una mesa redonda y la actuación de Azure, Ochobre y Ofensivos.

¡Un prometedor estreno que FelipeSM no quiso perderse y hoy nos relata en esta crónica!


La Asociación Cultural Monorock no para. Después de veintiséis ediciones del Rockvera Fest y con la de este año ya programada para el 31 de agosto, la asociación se lanzaba el pasado 2 de febrero con el primer MonoRockFest.
La apuesta era arriesgada, ¿funcionaría el modelo Rockvera en el invierno asturiano?

El mayor problema que podríamos encontrar, la lluvía o el frío, no era tal, pues el Teatro L’Llar volvía a recibir música en directo. No sin antes albergar una pequeña exposición fotográfica con tomas de Jose Ángel de Heavy Metal Brigade y un servidor, y arrancar la jornada con una mesa redonda. Allí los amigos de Piratas de Libertalia nos reunieron a David Naves (HMB) y a mi como representantes de los medios de la región, junto a Lady Ani y Dani G de Last Days of Eden y Pablo García de WarCry como estrellas de la charla. Fueron casi dos horas de amena charla en la que se analizó, alabó y arregló a partes iguales la música rock/metal, y que ya podéis disfrutar sobre estas líneas.

En torno a las diez de la noche empezaba lo realmente importante, la música en vivo. Un nutrido público esperaba Azure, que abría la noche presentando una calidad musical sobre las tablas inversamente proporcional a la intensidad de la iluminación del escenario. Y es que Azure buscó llegar a nosotros desde todos los sentidos, intentando con una iluminación tenue y repleta de patrones sumergirnos en su mundo.

Y lo consiguieron. Para los que hacemos fotos fue un concierto difícil, pero en un momento del concierto decidí irme a las gradas para disfrutar del show y ahí lo entendí todo. La música y la iluminación cuadraban a la perfección, y gracias a un sonido espectacular, de los mejores que recuerdo en el teatro, Azure nos llenaba de estímulos para transportarnos a otra dimensión.
Lo suyo fue un concierto muy medido, con apenas cinco temas y más de una hora de duración, dejando solo un resquicio a la sorpresa. Ese fue la aparición de varios jóvenes baterías pertenecientes a La Fábrica de Músicos para interpretar “Un Nuevo Amor”. Una genial iniciativa, que esperamos que sirva para enganchar a estas nuevas generaciones a los escenarios. Nada me gustaría más que hablar de ellos, con sus respectivos grupos, en la crónica del X MonoRockFest.

El cambio de estilo que vino a continuación fue radical. De sutiles paisajes atmosféricos, pasamos al enérgico punk-gaita de Ochobre. El sexteto salió a por todas, aunque un problema en la batería durante los primeros temas lastró su fulgurante inicio. Pero para cuando sonaban los acordes de “Páxaros” dicho problema se solucionaba y el concierto parecía ir viento en popa y el grupo se permitía hasta el lujo de realizar un cambio de batería para dos tema. Y digo parecía, porque compases más tarde Viti viviría una odisea con las cuerdas de su guitarra que cortaría de nuevo el ritmo del concierto, aunque Ochobre tiró de tablas y buen hacer y supo salir airoso de un envite que parecía fatal.



Su concierto fue de menos a más y eso el público lo agradeció, pues cuando la banda afrontó “Llicenciau en Barricaes” con la colaboración del vocalista de Sartenazo Cerebral, L’Llar era ya una fiesta. El respetable pedía más y la banda supo ofrecérselo con un combo final compuesto por “Sobredosis de Grisú”, su tema nuevo “Selo” y el himno “Autodefensa Mujer”, capaz de despertar a un muerto.
Quizás, tal y como he comentado, no fue el concierto más certero de Ochobre, pero para mí esa lucha ante la adversidad y esa energía derrochada en el camino, les confirma como el relevo en el punk-folk asturiano. Tan solo necesitan un disco con un buen puñado de himnos que todo el mundo coree en los conciertos… Y algo me dice que ese álbum está en camino.



Ya pasada la una de la madrugada y con algo menos de público, quizás por la hora, quizás por aquello del apoyo a la escena, salieron a escena Ofensivos. Y debo confesar que no estaba preparado mentalmente para lo que estaba por venir. El Padre Eusebio fue sacando uno a uno a los músicos al escenario, en una performance inicial que ya nos avisaba de lo que estaba por venir y tras ello el ahora quinteto ofreció para mí su mejor concierto hasta la fecha. Me explico, entre comedia y cambios de formación, Ofensivos siempre ha ido dejando ver unos mimbres de grupo serio, unas intenciones claras de ser algo más que una anécdota o el foco de nuestro bienintencionado bullying en redes sociales. Y en el MonoRockFest el grupo consiguió plasmar todo ello en un concierto. Sí, hubo mucho cachondeo, sí, hubo teatro, sí, la gente lo disfrutó, pero también el grupo sonó muy potente y sobretodo, como si llevase una gira entera a sus espaldas. Estábamos ante el concierto regreso del grupo, estrenando formación e igual me estoy dejando llevar por el optimismo, pero yo vi a Pablo Viña en su salsa en la batería, al Padre Eusebio infalible, a Viti dotando de un sonido metalero a las guitarras, a López mucho más liberado y sonriente en sus tareas vocales gracias a disponer de otro guitarrista y a Fran, demostrando que es el frontman que necesitaba esta banda.

Diecisiete temas nos ofreció la formación, desde clásicos como “Cuarto Milenio”, “Acústico” o “Mi Water es mi Trono”, a nuevos éxitos como “Nos Vimos en Serín” o “Susana Grisú”, en la que la banda rindió “homenaje”,por decir algo, al gran Kike Collado. (Kike, mejórate y que las próximas fotos sean las que mereces).
Por poner un “pero” a su concierto, diría que éste tuvo un problema. Pues la banda arrancó tan fuerte su actuación, que no pudo en ningún momento posterior pisar el acelerador y rematar la faena, se quedó sin factor sorpresa. Nada que no se solucione con un par de ajustes en el repertorio, o una dosis más de teatralidad como la inicial para los temas finales.

La primera edición del MonoRockFest fue sin duda un éxito. El Teatro L’Llar de Corvera volvió a ser epicentro musical y de forma gratuita, algo que quizás no valoremos en su justa medida, pues en este panorama actual de festivales con entradas a partir de 100€, quizás lo que necesitamos no es otro cartel con el logo de la banda de moda correspondiente como reclamo, si no la promesa de que todos los bolsillos y condiciones podrán disfrutar de la música que aman.

El tiempo dirá cuan acertada ha sido la creación de este MonoRockFest, pero tras lo vivido en su primera edición, yo solo puedo decir que repetiría hoy mismo.

Crónica y fotos: FelipeSM