Comenzamos con nuestro repaso del Z! Live Rock, el pasado jueves daba inicio la edición más ambiciosa del festival y en esta crónica os contamos cómo fueron los conciertos de todas las bandas junto a una extensa galería de fotos. Ross the BossSepticflesh, Symphony X, Michael Schenker Group, Amorphis, Barón Rojo, Lèpoka y Celtibeerian son los protagonistas de esta primera entrega.

¿A qué esperáis para leerla?


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Llegaba por fin una nueva edición del festival zamorano Z! Live, un festival al que hemos visto crecer desde su fundación y que presentaba este año su edición más ambiciosa, con un cartel espectacular, un día más que el año anterior y cambio de recinto a un espacio más grande. Sin embargo, el festival empezó torcido por la cancelación de su fiesta de bienvenida Toro on the Rocks! debido a las tormentas que cayeron en Toro que hicieron imposible el montaje y el desarrollo de conciertos en la plaza de toros.

La jornada del jueves arrancaría con mucha incertidumbre por el mismo motivo y con todo el mundo pendiente del cielo. De hecho, apenas una hora antes de la apertura de puertas anunciada, cayó otra tromba tremenda sobre Zamora. Una vez pasada, nos dirigimos a IFEZA, el nuevo recinto, donde se abrieron puertas 45 minutos más tarde de lo anunciado, a la vez que se informaba que se cancelaban las tres primeras horas de la programación y por tanto, The Broken Horizon, Diabulus in Musica, Rise to Fall y The Heretic Order se sumaban a la lista de cancelaciones.

Una vez dentro, tocaba despejar las incógnitas sobre el nuevo recinto y, la verdad, luces y sombras en este apartado. En comparación con el auditorio Ruta de la Plata, se ha ganado principalmente espacio, lo que permite ampliar mucho el aforo y contar con dos escenarios iguales en estructura (no así en equipo, ya que uno contaba con más luces, pantalla gigante y más altavoces que el otro) para evitar los desplazamientos que teníamos que hacer los otros años entre concierto y concierto. También se dispone de la nave del IFEZA para resguardarse en caso de lluvia, algo que acabó siendo necesario. Esta nave podría haber servido para mudar al festival a cubierto, pero la organización desechó la idea ya que no se esperaban las tormentas que finalmente hubo y las prestaciones serían muy inferiores a las de un festival al aire libre.

Sin embargo, se pierden otras facilidades que daba el auditorio como las gradas, que eran un lujo para poder ver de cerca un concierto sentado y descansando. En IFEZA, las opciones para sentarse eran unas mesas con bancos para comer al fondo del recinto, que están muy bien pero muy lejos del escenario y las banquetas de plástico que se utilizaron en la edición en pandemia, que se las adueñaba la gente y se las llevaban hasta al baño para no perderlas. Otra falta importante este año ha sido el aparcamiento. Mientras que en el auditorio teníamos la facilidad de aparcar al lado del recinto, este año, aunque se habilitaron dos carriles de la carretera para dejar el coche, si llegabas a primera hora, tenías que andar mínimo 10 minutos hasta la entrada, no quiero imaginar los que aparcaron a más de un kilómetro. Y otro aspecto en el que se sale perdiendo son los baños, muy buenos, numerosos y con agua en el auditorio, y ahora se pasa a baños químicos portátiles, nada que ver.

Pasando a hablar de la música, comenzaba aquello finalmente con la banda de Ross the Boss, que fueron los que mayor actividad del público recibieron del día, y es que hacer un set list de Manowar es una fórmula ganadora. Arrancaron con "Blood of the kings" y "The oath", con un buen sonido tras los ajustes iniciales y con un Marc Lopes espectacular, cantando con muchísima potencia, sin descansar un momento, arropado también por Dirk Schlächter, muy activo a los coros. Durante una hora fueron cayendo clásicos como "Black wind, fire and Steel" o "Hail and kill", con el que se despidieron. Muy buen show para comenzar la jornada, aunque no fuera el previsto para hacerlo.

Los encargados de estrenar el Copper Stage fueron Septicflesh, quienes arrancaron como un cuarto de hora tarde por problemas técnicos con "Portrait of a headless man". No terminé de entender el show de los griegos, que se retiraban del escenario al terminar cada canción, tras lo cual salía su bajista y vocalista Spyros Antonius a presentar el siguiente tema y de nuevo volvían a salir. Estas continuas interrupciones le dieron muy poco dinamismo al show, que sirvió como presentación de su último disco con canciones como "Hierophant" o "Neuromancer", con otras más antiguas como "Communion" o "Pyramid God".

Unos de los más esperados de la jornada eran Symphony X, que arrancaron con "Nevermore" un repertorio de éxitos liderado por Russell Allen, muy comunicativo y simpático y el guitarrista Michael Romeo. La actuación en el Z! Live era la primera que hacían en España tras la pandemia y fue un buen concierto, pero con altos y bajos. Por ejemplo, me gustó mucho "Sea of lies" o "Set the world on fire", pero "Run with the devil", alargadísima además, se me hizo muy tediosa y me cortó el ritmo.

El mejor concierto del jueves lo firmó Amorphis. Los finlandeses venían a Zamora con "Halo" como última publicación, del cual cayeron las iniciales "Northwards" y "On dark waters", y más adelante, "The moon". Contaron con un sonido muy bueno, no demasiado alto pero balanceado que ayudó a una banda con ganas y actitud. Me gustó Tomi Joutsen combinando magistralmente guturales y voces limpias, quien puso además la nota cómica involuntaria al darnos los buenos días en castellano. Creo que gustaron mucho en general pese a la lluvia que caía y al viento que hizo que se tuviera que retirar el telón. Se despidieron con "House of sleep" y "The bee".

Vuelta al Silver Stage para ver a los cabezas de cartel del día, Michael Schenker Group. Unos días antes de su concierto, se produjo la salida de Ronnie Romero de la formación, que era uno de los principales atractivos del show, y se presentaron con Robin McAuley como vocalista, quien hizo un buen trabajo y cantó a un nivel que no es habitual ver en músicos con su edad. Tras la instrumental "Into the arena", atacaron directamente con el primer clásico de UFO de la noche, "Doctor doctor", muy coreado por el público.

La mitad del set se basó en temas de UFO, bien recibidos por la audiencia durante la hora y media que duró el concierto. Sonaron canciones como "Let it roll", "Lights out", "Shoot shoot" intercalados con otras más nuevas de la etapa en solitario de Schenker como "Emergency", "Sail the darkness", con Robin respetando mucho las líneas vocales grabadas por Ronnie o "A king has gone", dedicada a la memoria de Ronnie James Dio. Tras un "Rock bottom" que duró una eternidad, alargada con un solo interminable, se retiraron con "Too hot to handle" y "Only you can rock me". Buen show de Michael Schenker.

No me andaré con remilgos, lo de Barón Rojo fue horroroso y vergonzoso. Una locución nos explicaba al inicio que la banda interpretaría íntegramente el álbum "Metalmorfosis" para celebrar sus 40 años. Primera decisión arriesgada cuanto menos. En una supuesta gira de despedida presentarse en un festival y no hacer un set de clásicos es de ser valiente. Arrancaron así con "Hiroshima" y el resultado fue espantoso. No es que los De Castro no estén a su mejor nivel vocal, es que se hace imposible de escuchar sin arrugar la cara. La voz de Carlos estuvo fuera de tono prácticamente todo el concierto, entraba tarde a las estrofas y Armando no ayudaba tampoco, cantando a la vez que su hermano, sin armonizar voces…

Lo que les salva normalmente es que musicalmente no les puedes poner un pero. Pues tampoco fue así esta vez. Tanto su batería Rafa como su bajista José Luis Morón estuvieron perfectos, pero esta vez Armando tampoco estuvo muy allá y consiguieron que un buen tema como "Se escapa el tiempo" no sonara bien. Si a esto le sumas canciones como "Diosa razón" o "¿Qué puedo hacer?", que no es lo que pide la gente, pues los ánimos estaban por los suelos. La última fue la imprescindible "Siempre estás allí", que ya no pudo hacer nada por levantar aquello.

La fiesta de Lèpoka sería la que tenía los deberes de volver a poner el ambiente arriba. Venían con su gira "El último baile", que es una continuación de la gira de presentación de "El baile de los caídos" y, ya que hablamos de bailes, les tocó con la más fea, la fuerte lluvia que empezó a caer cuando empezaban con su cuarto tema "Pandemonium" y que provocó una espantada generalizada para resguardarse. Lèpoka, que por cierto ha perdido mucha presencia escénica desde que abandonaron los trajes de monjes, continuó el concierto ante los pocos valientes que se atrevieron a quedarse, terminando con un "Yo controlo" en la que encima se fue el sonido por completo y a Dani le tocó tirar de tablas para terminar a capella y haciendo cantar al público el estribillo. Complicado concierto para Lèpoka pero del que salieron airosos gracias al esfuerzo.

El punto y final del día lo ponía Celtibeerian, a los que nunca había podido ver en directo antes. Su sonido tampoco fue el mejor, ya que los elementos folk estuvieron a un volumen bajo, pero dieron un concierto muy bueno, manteniendo despierto al público a pesar de las horas que eran. Me gustó "Praise to the vineyards", donde pusieron a todo el mundo a cantar y saltar, acabando alguno por los suelos (que básicamente era barro). También aprovecharon para grabar un videoclip de un tema instrumental que formará parte de su próximo álbum. Buen cierre a un día un tanto irregular tanto por el resultado de algunos shows como por las cancelaciones por las lluvias, aunque tristemente no sería el día más afectado…

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Crónica: Luis Martín
Fotos: FelipeSM