Cerramos hoy nuestro repaso al pasado Z! Live Rock Fest con la crónica del segundo día, en el que disfrutamos de grupos como Blind Guardian, Lacuna Coil, Fleshgod Apocalypse, Daeria, Debler Eternia, Bloodhunter, 1945, Blaze the TrailRubén Kelsen, Leo Jiménez y Metallijam. Además de una tormenta que nos hizo la vida imposible, pero que no pudo con el Z!.

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El segundo día del Z! Live Rock empezaba con más calor aun que el primero, aunque por suerte se nubló no tardando mucho y se podía estar más a gusto. Cómo nos íbamos a arrepentir de este pensamiento a media tarde...

La mañana trascurrió entre cervezas y buen rollo en El Templete del parque de La Marina, donde nos esperaban Rubén Kelsen y Daeria en acústico. Rubén Kelsen apostó por una presentación de sus temas propios, dejando de lado hasta el final las canciones de Déber Eternia. En esos últimos temas contó con la colaboración de su nuevo compañero de aventuras Abraham Roca y supusieron una isla paradisíaca en el océano de pop amoroso sobre el que navegó Rubén Kelsen durante su concierto.

Por su parte Daeria, se presentaron al completo y aprovecharon la sesión vermut para realizar un concierto en toda regla, anticipo de lo que sería su participación en el festival. Repasaron su discografía y a buen seguro convencieron a más de uno, visto lo visto en cuanto a afluencia en su actuación en el festival.

Igual que la jornada anterior, a las 5 de la tarde se dio el pistoletazo de salida oficial en el Copper Stage, donde los vallisoletanos Blaze the Trail salieron a dar caña con su metalcore. La verdad es que fue un bolazo, corto, pero muy intenso. A destacar el mucho movimiento de los músicos en el escenario, especialmente de un bajista que no paraba quieto en ningún momento, bajando incluso a la zona del público en un wall of death. Tocaron temas como “Kill the system”, recién estrenado, “When worlds collide” o “I am you – You are me” Aunque la asistencia a esas horas no era alta, el concierto se disfrutó mucho.

Los siguientes fueron 1945, Salmantinos que, sinceramente, me parecieron lo más flojo del festival. Ofrecieron un concierto bastante plano que, con el calor que hacía, no transmitía ganas. Sonaron temas como “Horses of apocalypse”, “Perfect final”, “Heavy metal is not for sale” o una version de “Ace of spades” para cerrar su concierto.

Tocaba turno por fin de un poco de power metal en el Copper Stage con Daeria, a los que tenía muchas ganas de ver. Y no sólo yo, pues la afluencia de público a su concierto fue muy grande. Tras unos problemas en la mesa de sonido que hacen comenzar el concierto unos minutos más tarde, comenzó su descarga con un buen sonido. La banda venía a presentar su segundo disco “Alter” y con él comenzaron su concierto, con “Miedo”, “El ojo de Aughra”, donde su cantante Ángel tuvo un momento raro en el que “se le olvidó hasta su nombre” y “Bailarina”, que sonó muy bien. También hubo tiempo para otros temas como “Horus”, que me gustó mucho y además funcionó a las mil maravillas, o “Luz de luna”, otro gran momento del concierto. Para el final, dejaron “Siete mares”, “Fénix” y la imprescindible “Reina de corazones”, donde se llevaron una buena ovación, con los asistentes muy arriba y sin querer abandonar el escenario. Daeria dieron un conciertazo y triunfaron en Zamora.

Volvemos al auditorio para ver a Fleshgod Apocalypse y su death metal de manual, adornado por una soprano que le da un rollo más agradable a su música. Bajo un cielo ya muy encapotado y una cuidada puesta en escena tocaron canciones como “Healing through war”, “Monnalisa”, “Minotaur”. A falta de diez minutos del final de su actuación, empezó a llover con mucha fuerza, teniendo que cortar su actuación porque aquello no era sostenible. Estuvo lloviendo a mares un rato muy largo, lo que hizo que el festival se paralizara durante más de tres horas.

Mucha gente se marchó, otra se refugió en los techados del estadio y en los coches, esperando noticias por parte del festival. La primera que llegó fue una desagradable, y se anunciaba la cancelación del concierto de El Altar del Holocausto, una banda a la que tenía muchas ganas de ver y eran una propuesta diferente, pero el escenario se inundó y aquello no estaba en condiciones. Una pena, la verdad. Un buen rato después el festival anunció que seguiría adelante y que tanto Lacuna Coil como Blind Guardian tocarían, y así fue. Eso sí, el retraso de casi tres horas hizo que se tuvieran que tomar medidas en la organización. Lacuna Coil vio su concierto acortado en 15 minutos, y tanto Bloodhunter como Débler dispusieron sólo de media hora, cuando iban a tocar una entera. Al menos, se pudo seguir adelante.

Así pues, a las 23:45 salieron a escena uno de los cabezas de cartel, Lacuna Coil, que probablemente dieron el mejor show de todo el festival. La verdad es que el retraso les favoreció, ya que iban a tocar a las 21:00, aún de día, y de noche su concierto lució mucho más. Las luces son muy importantes en una banda que cuida su puesta en escena y vestimenta de esta manera. Mucha gente para ver a Lacuna Coil, que salieron con temas de su último álbum “Black Anima”, con muy buen sonido y Cristina Scabbia cantando de maravilla, me gustó mucho, especialmente en temas como “Reckless”, contrastando su voz con los guturales de Andrea. “Apocalypse” me encantó y para “Heaven´s a lie” Cristina pedía al público cantar y ¡vaya si lo hizo! Otros temas fueron “Now or never”, “Veneficium”, “Our truth” y “Nothing stands in our way”. Conciertazo de Lacuna Coil, 45 minutos que se hizo muy cortos pero nos fuimos muy satisfechos.

Con todo el retraso acumulado, cada minuto contaba, y Bloodhunter empezó su concierto prácticamente en solitario, con todo el mundo aun saliendo del escenario principal. Aun así, aquello en unos minutos se llenó y la banda con Diva Satánica al frente repartió cera y brutalidad en altas dosis. Muy profesionales Bloodhunter, teniendo el detalle de acordarse de El Altar del Holocausto, y soportando un corte muy brusco de su actuación sin previo aviso, cuando llevaban unos 25 minutos tocando. No les benefició esa posición en el cartel por el retraso que hubo, pero Blind Guardian estaban listos para salir y ya se sabe lo que es una banda de ese calibre. Aun así, buen show de Bloodhunter, con la fuerza y la potencia como señas de identidad.

Lo que todo el mundo estaba esperando empezó por fin, unos Blind Guardian más que esperados, con el auditorio a rebosar de gente, que abrieron con “Into the storm”. Hansi, bastante más voluminoso de lo que nos tenía acostumbrados, por cierto, nos daba la bienvenida al show, prometiendo una noche llena de buenas canciones y buen rollo, ahora que las condiciones climatológicas eran muy buenas. Muy agradecido se mostró el cantante durante todo el show. Blind Guardian no tenían prisa, con discursos y presentaciones de todas las canciones. Así, presentaron “Welcome to dying” y “Nightfall”, antes de contarnos que lo que se viene ahora es el álbum “Somewhere far beyond” en su totalidad. Y no sólo fue entero, sino que fue en riguroso orden.

No hace falta decir lo coreado que fue todo el repertorio y que el público llevó a los alemanes en volandas, convirtiendo el concierto en una fiesta. Lo bueno de tocar un disco entero es que van a sonar rarezas como “Black chamber” y temazos como “Theatre of pain”, pero si alguna canción no te gusta, también te la comes. A mí, por ejemplo, me aburre “Ashes to ashes”, pero es lo que hay. Por supuesto el momento mágico del concierto fue “The bard´s song – In the forest”, donde Hansi ya sabe que no tiene mucho trabajo, ya que la canta la audiencia prácticamente toda. Es un momento épico a más no poder, una canción que es una maravilla dentro del heavy metal mundial y en Zamora no fue menos. Tras terminar con el disco, llegó el turno de la apoteosis final con “Time stands still (at the iron Hill”) y por supuesto “Valhalla”, repitiendo el estribillo hasta el aburrimiento (“os liberaré muy pronto”, decía el tío Hansi cuando llevábamos ya como dos minutos cantando la misma frase una y otra vez) y la impresionante “Mirror mirror” para cerrar un concierto de hora y media de muy alto nivel.

Los siguientes eran Déber Eternia, con nuevo nombre, nueva formación y nueva etapa. Aunque su concierto también fue muy corto por los recortes, salieron con muchas ganas, con unas máquinas de humo como único elemento de escenario, con “Nada nos podrá parar”, una canción de lógica elección para empezar un concierto en una nueva etapa. Me sorprendió bastante Rubén, en muy buen estado de forma y me gustó el bajista Abraham Roca que se movía mucho, sonreía y aportaba dinamismo, El nuevo guitarrista Dani Arcos, por cierto, hizo doblete tras tocar con Bloodhunter y se le vio muy parado, pero bastante hizo tocar dos conciertos enfermo y con fiebre. Tras tocar “La procesión de los borrachos”, “Adictium” y despedirse con la nueva “Cada latido”, cuando era el momento de la foto final, les avisan de que les dejan una más y de improviso tocaron “Sentencia final”. Otro concierto corto pero que dejó buen sabor de boca, en el que hubiera entrado otro tema más si hubiesen reducido los espacios para hablar de Rubén.

El escenario grande lo cerraba Leo Jiménez. Eran más o menos las 3:30 de la mañana pero un buen puñado de gente se acercó a ver al cantante, que presentaba formación con los nuevos Pablo Pantera como bajista y Cristian Juárez a la guitarra. Tenía ganas de ver cómo se encontraba Leo. Tras unos cuantos años en los que su forma vocal no ha estado al 100% por su problema crónico en la garganta, hace poco se sometió a una operación y quería ver el resultado. Pues de momento Leo está muy mal. Fue bastante triste verlo así pero solo cantó en un tono cómodo, sin ningún tipo de subida y muy apoyado por los coros de Carlos Expósito y Cristian, que hacía todas las voces agudas, y que por cierto se las vio canutas con su monitor. Parece mentira de escuchar, pero Leo cantaba las voces graves en su concierto.

No me imagino cómo debe sentirse Leo al verse incapaz de hacer lo que durante muchos años ha hecho mejor que nadie, pero ahora mismo prácticamente no puede cantar. El repertorio, por tanto, se adaptó a esta circunstancia, tirando con canciones con tonos más graves y más cómodos. Comenzaron sorprendiendo con “Grande” de Stravaganzza, “Con razón o sin razón” y “Del amor al odio”. No os voy a engañar, hay muchos temas de la etapa en solitario de Leo que no me gustan, como la citada “Con razón o sin razón” o “Mesías” y “Ballena negra”, donde como siempre se contó con la colaboración de Korpa a los guturales. Sí que me gustaron la versión de “Es por ti”, “Un mundo loco”, “Mi otra mitad” y sobre todo la balada “Vuela alto”, para mí lo mejor de la noche. Salimos del concierto con una sensación triste, la verdad es que ahora mismo no pinta bien la situación de Leo. Lo que sí es de agradecer es que dio todo lo que pudo dar y con eso nos quedaremos. Mucho ánimo.

A la hora en la que se compran los churros cuando uno vuelve de fiesta salieron Metallijam al escenario Copper ante unos pocos que no se fueron a dormir y querían escuchar temazos de Metallica. Para ello contaron con distintas colaboraciones como Rubén Kelsen de Debler Eternia, Clau Violette de Astral Valley, Lur de A Dark Reborn o Javier Bragado.

Así terminó el sábado, en general una jornada mejor que la del viernes, y una edición más del Z! Live, un festival que parece perfectamente asentado en el panorama y que esperamos que siga creciendo a este ritmo, porque se va a hacer imparable. Mi reconocimiento a la organización, que se pegaron un curro impresionante, este año con la dificultad añadida de la tormenta. ¡Nos vemos en 2023!

Crónica: Luis Martín

Fotos: FelipeSM - www.smfelipe.es