El pasado 30 de agosto Escuela de Odio, Misiva, Crudo, The Black Panthys Party y Decibel Race se dieron cita en El Llar de Corvera para una nueva edición del Rockvera Fest. ¡Y nosotros no nos lo podíamos perder!

Aquí os dejamos la crónica de la noche.

 

Un año hemos tenido que esperar para vivir la XXIV edición del Rockvera Fest. El festival decano de la música asturiana regresaba a la actividad tras un 2018 en silencio por la reforma del Teatro el Llar de Las Vegas de Corvera. Una espera que aunque larga, ha merecido la pena, la citada reforma ha hecho del Teatro El Llar uno de los mejores recintos para albergar conciertos de la región: gran escenario, mucha iluminación, un estupendo equipo de sonido, gradas, camerinos… Todo ello coronado por un bar a su entrada, que sin ser parte de esa reforma ha sufrido un cambio de regencia y ahora se encuentra en plena sintonía con el festival.

 

Ante estas novedades logístico/técnicas, solo había que pedirle al Rockvera un cartel apetecible y la Asociación Monorock supo como configurarlo. A pesar de algún sobresalto de última hora y las limitaciones propias de un festival gratuito, pudimos disfrutar de un excelente cartel que reunía veteranía y juventud y una gran variedad de estilos.

 

Arrancó la noche la banda leonesa Decibel Race. En su tercera visita a Asturies este 2019, el grupo volvió a hacer gala de su excelente heavy metal clásico y un directo contundente que les hace ser a mi parecer en una de las sensaciones del género en este 2019. Un espectacular Dini volvió a echarse el grupo a las espaldas y acompañado de la contundencia del resto de la banda, nos deleitó con temas como “Street Killer” o “Trail of Fire”, además de algún tema nuevo como “The Death of us All”. Estaba siendo un buen concierto, pero un problema con una de las guitarras provocó un parón que cortó totalmente el ritmo de su show, una lástima.
Banda a seguir.

 

Tras el heavy metal, el punk de The Black Panthys Party inundaba un Llar que comenzaba a llenarse. Los Panthys hicieron suyo el escenario y en el caso de Charly el recinto entero y ofrecieron 45 minutos de punk desenfadado e irreverente. Canciones como “Sexo Marianal”, “Lucy y Fer”, “Noche con Marichalar”, “Gora ET” o “Quiero ser Paquirrín” desararon los primeros pogos de la noche y muchas risas.
Totalmente indescriptibles, The Black Panthys Party pusieron patas arriba el Llar y animaron el Rockvera, te puede gustar más o menos su estilo, pero a no ser que seas Foilán o algún pariente cercano es imposible que te aburras en sus conciertos.

 

En torno a la media noche aparecían en escena Crudo, de nuevo sobre las tablas con Sergio, batería original que está echándole un cable al grupo mientras encuentra un sustituto a su altura. A pesar del tiempo de inactividad la banda sonó como un cañón y funcionó como un bloque sobre el escenario, con Víctor y Luis llevando el peso escénico y liberando a Emmanuel para que se centre en la guitarra. Entre los temas habituales de su set como “Bocazas”, “Mirando Hacia Arriba” o “Esclavos”, encontramos un tema nuevo llamado “A la Cara”. Buen concierto que esperamos suponga el retorno de la banda a la actualidad rockera.

 

El festival alcanzaba su punto álgido y con varios cientos de personas esperando salía a escena Escuela de Odio. Los de Pirri celebran veinticinco años en la carretera en un estado de forma envidiable, salieron a muerte y su concierto fue un pogo constante, con una banda entregada y un público que devolvía cada gota de sudor que ésta derramaba. “Los de Siempre”, “Hablan las Calles”, “Alerta Felguera”, “Máquinas de Producción”… El set list fue un claro recopilatorio de los éxitos de una banda que ya es leyenda de la escena asturiana y del hardcore nacional.
El final con “Canciu de Llucha” y “Asturies Arde”, con Marki sustituyendo a Nague fue un broche de oro a su paso por el Rockvera.

 

La XXIV edición del Rockvera cerraba con uno de sus grupos fetiche: Misiva. El punk rock de los de Grao inundó el Llar y puso a todo el mundo que tenía aún fuerzas a botar. Con un Humberto sudando la camiseta e imparable, el grupo nos ofreció cerca de una hora de concierto con temas como “Muries de Soledá”, “Bombes”, ·En Pie de Xera”, “Foriatu na mió Ciudad”, alguna versión de Millencolin e incluso se permitió el lujo de organizar una “muria de la muerte”.
Infalibles, Misiva son siempre un valor seguro para cualquier festival, posiblemente uno de los grupos más infravalorados de nuestra escena.

Tras casi siete horas de música en directo despedíamos el Teatro el Llar y el Rockvera, deseando volver en 2020 a Corvera para disfrutar de la XXV edición de un festival que marca desde hace mucho tiempo el fin del verano.

Crónica y fotos: FelipeSMwww.smfelipe.es

 

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