Desakato, Skinred, La MODA, La Pegatina, Skalaties... incluso Rozalén, fueron algunos de los protagonistas de la segunda jornada del Rabolagartija Fest. Una cita a la que acudió nuestro redactor JuanF y que hoy nos relata a continuación.

¿A qué esperáis?

 

 

Eran eso de las 19h cuando llegaba al Polideportivo Municipal de Villena. Era un viernes prometedor, que traería aún más variedad que el día anterior. Una notable diferencia era la mayor presencia de niños acompañados por sus padres, una sorpresa que más tarde descubriría quién generaba tal expectación infantil. Mientras tanto, en ese justo instante Julian Marley hacía acto de presencia en el escenario Camarón. El hijo pródigo del popular artista de reggae hacía disfrutar a unos asistentes que, siendo sincero y sin necesidad de suscitar polémica, acudieron por el caché que da ese apellido.

El primer grupo que levantaba mi curiosidad era Skindred. La banda británica liderada por el carismático Benji Webbe venía presentando su último lanzamiento discográfico “Big Tings”. Como dato curioso, hay que destacar que la banda conoce el recinto alicantino de memoria y ha participado en los tres festivales que se han celebrado allí (Leyendas del Rock, Aupa Lumbreiras y Rabolagartija), en alguno asistiendo a varias ediciones. Se sentían como en casa y tuvo sus frutos. Su concierto se puede resumir en fiesta, risas y mucha cara dura.

Una bandera negra de Reino Unido presidía el centro del escenario. El showman Benji, vestido con lo más extravagante que encontró dentro de su armario, no cesaba de apelar al público y de enfadarse con ellos si no respondían como esperaba. Y por qué no decirlo, la sensación era de un auténtico conciertazo. Temas nuevos como “That’s My Jam” o “Machine” se intercalaban con clásicos de la talla del tempranero “Ratrace” o “Pressure”. Era tal la locura que podían pasar de imitar a Black Sabbath a bailar a ritmo de dubstep. “Kill The Power”, “Ninja”, “Volume” … cualquier interpretación era excusa para saltar. Par finalizar, y como viene siendo habitual en los directos de Skindred, un “Nobody” con toda la “spanish people” (término que no paraba de repetir el cantante) agachada esperando el break y un “Warning” con helicópteros de prendas de vestir saciaron hasta la última gota de sudor de los asistentes. Podría haber sido el mejor directo de todo el día, posiblemente incluso del festival, pero luego llegó una dulce Rozalén que acaparó todos los aplausos. Las preferencias quedan en la subjetividad.

Y después de la tempestad llegó la calma. No desprecio la prolongada historia en activo de The Skatalites si digo que ya es hora de que pongan el freno de mano y se despidan de los escenarios. Aburren y mucho. Componentes que no se pueden mover y realizan todo el concierto sentados y otros que nadie sabe cómo pueden mantenerse de pie. El ska puro, la música bailonga que inspiró una corriente entera de punk, todo ese elenco elegante pero reivindicativo queda desfasado si se interpreta así. Y eso que hicieron todo lo posible por mantener vivo el concierto: salió la reina Miss Doreen Shaffer, colaboró Julian Marley, rememoraron y recordaron a antiguos componentes caídos en combate…Esto da para pensar en qué momento se debe dejar atrás un producto musical.

Y de lo desfasado se pasó a lo que está de “moda”. La Maravillosa Orquesta del Alcohol está consiguiendo máximos históricos en su carrera y eso los ha llevado a estar presentes en una gran cantidad de festivales de toda España. Era la segunda vez que visitaban el recinto del Rabolagartija y la expectación era aún mayor. Se han convertido en la revelación musical de estos últimos años y con su reciente “Salvavida de las Balas Perdidas” han conseguido el estrellato. Los burgaleses han sabido sacarle partido a un folk-indie de cosecha propia que han convertido, en el buen sentido de la palabra, en mainstream.

Con un sonido que fue a mejor, pero con una intensa forma de entender la música por parte de sus fans, el concierto se basó en un “casi pero no”. Una interpretación correcta, en su línea, pero de la que se esperaba más. Aun así se disfrutaron muchos temas como los archiconocidos “La Inmensidad”, “PRMVR” o “Los Hijos de Johnny Cash”. Fue un repaso a la historia de la banda, desde las más cercanas como “Una Canción Para No Decir Te Quiero” hasta la lejana “Gasoline” eran coreadas en Villena. La alegría desbordada llegó cuando David Ruiz se bajó a cantar “Hay Un Fuego” con los fans. En general, fue un directo a la altura de lo acontecido, con sus fallos pero con carisma. Solo hay una cosa real que prima sobre el resto: La M.O.D.A. son actualmente la moda.

Pero si hubo una actuación que destacó por encima del resto esa fue la de Rozalén. Nunca me había pasado entrar al foso de fotógrafos y quedarme prendado de una voz. La hipnosis comenzó con la radiofónica “La Puerta Violeta”, donde ya pudimos ver la apuesta por hacer que las personas sordas también puedan sentir la música gracias a Bea, la cantante de lengua de signos. Puede que choque leer en una web como esta una crónica tan variada, pero a veces los prejuicios no nos dejan disfrutar de estas maravillas. Las primeras filas abarrotadas de niños con sus padres, muchas camisetas violetas con el puño en alto, aplausos sordos… un concierto único.

Una voz muy bella de María Rozalén encandiló a una importante entrada, de las mejores de todo el festival. “Vivir” y “El Hijo de la Abuela” completaron el cupo fotográfico pero el show no había hecho más que empezar. Hubo tiempo para el llanto con “Justo”, para los sueños con “Las Hadas Existen” y para el baile con “80 Veces”. Fue el mejor concierto del día sin lugar a dudas, con todo un público coreando “Comiéndote A Besos” y “Girasoles”, con lágrimas, sonrisas y, en general, un ambiente que nunca había vivido en un directo. El final con el electrónico tema “Respect” dejó una sensación muy satisfactoria entre los asistentes, yo incluido. No me arrepiento de haberme acercado por allí. Me doy las gracias.

Y ya se iban agotando los cartuchos del día 17, era la hora de presenciar al cabeza de cartel del viernes. La música fiestera y verbenera de La Pegatina volvía una vez más a Villena, esta vez con un nuevo álbum bajo el brazo. “Ahora o Nunca” es el sexto disco de estudio de los barceloneses y tuvo su representación con las interpretaciones de la pirata “Stand and Fight”, “Sonqueson”, “Y Volar”, “Mama” y “Algo Está Pasando” que tuvo la colaboración de la mismísima Rozalén.

Pero si algo caracteriza a esta banda es su gran número de hits fiesteros y conocidos y la tralla fue notoria: “La Voisine”, “¿Cómo Explicarte?”, “Miranda”, “Olivia”, “Muérdeme”, “Una Mirada”, “Y Se Fue”, “Mamma Mia” y un largo etcétera. No faltó un gran pogo en “Gat Rumberu”, ni los coreos de las míticas “Lloverá Y Yo Veré” y “Mari Carmen” (que empiezan a cansar), ni las sonrisas en las caras de los músicos: principal virtud de estos artistas. En general, no es un grupo de virtuosos, excepto por las poses de Miki Florensa a la guitarra, pero juntos hacen disfrutar al público como nadie. Nada que objetar a esta banda que, sin ser mi gusto musical, nunca hacen un concierto fallido. Además, su buen rollo lo transmiten a otros artistas y eso provocó que finalizasen su actuación con gente de La Regadera, Trashtucada, Rozalén y El Canijo de Jerez sobre el escenario.

La última redacción de este segundo día no podía haber sido mejor. Ya los tenemos más que conocidos en la web, pero es que nuestros amigos de Desakato se apuntan hasta a un bombardeo. Ya conocemos cómo se las gasta Pepo al comienzo de cada bolo sobre las cabezas de los fans a ritmo de “Humo Negro” y aportando calor a la presentación de “Antártida”. La hora de show se pasó volando entre riffs y screamos que no cesaban. También consistió en pogos clandestinos y pedidos por parte de la banda como en “Carta de un Paria” con UPyD como protagonistas.

Rabia y fuerza contenida, con tiempo para reivindicar un idioma como el Asturiano en “Fueu y Solombres”, para tocar temazos como “La Cura” o “Heridas Abiertas” y para sonar de forma impecable. Las despedidas nos aterran y más si son de Desakato. “La Tormenta” levantó pasiones entre el público, pero los primeros acordes de “Cada Vez” salientes de la guitarra de Pablo ocasionaron una auténtica locura. A pesar de las promesas de partida, quedaba la magna “Pánico en Frankfurt” para finiquitar los sesenta minutos de tralla pura sin cortar. Actualmente tienen un puesto fijo en el altar de la escena nacional con posiblemente el mejor directo. Acabaron todos abajo del escenario saludando a las primeras filas que se habían tragado a otros artistas para poder verlos de cerca. La cercanía es un punto importante del éxito.

Y aquí finaliza esta segunda crónica del Rabolagartija, un festival tan diverso como familiar. Antes de coger el coche rumbo a casa, hubo tiempo de disfrutar una vez más de Trashtucada. Pero la mente ya estaba pensando en el último día del evento, para algunos el más flojo pero igual de interesante. Nos vemos por aquí.

Crónica y fotos: Juan Fernández