A primeros del mes de octubre se celebró en la sala Razzmatazz 2 de Barcelona la primera edición del Ritual Cvlt Fest. Un evento que contó en su primera jornada con nombres como Foscor, Yob o Pallbearer, entre otros.

¿Creíais que Xell se lo iba a perder?

 

Menuda sorpresa nos llevamos todos cuando vimos el anuncio de la primera edición del Ritual Cvlt Fest. Conocía la entidad por las diversas fiestas que habían organizado por la ciudad condal, como la visita de Scott Kelly o la primera actuación de Dejadeath. La sorpresa, pues, venía más que nada por el formato y contenido del festival. Antes de empezar los conciertos, se realizaban unas charlas en mesa redonda donde participaban varios miembros de la industria musical, ya sean promotores, trabajadores de una discográfica o músicos. Si bien la idea de incluir dichas actividades en un festival no es algo nuevo, sí que es más propio de festivales europeos como son el Amplifest o el Roadburn que no de un evento que se realice en España, por lo que es de agradecer que alguien haya querido organizar algo así por estos lares. En cuanto al cartel, han decidido salirse de los estándares a los que las promotoras españolas nos tienen acostumbrados (con la honrosa excepción del Be Prog, My Friend) y han apostado por bandas menos comerciales como es el caso de Pallbearer, que era la primera vez que venían a España, o Ghost Brigade, que si bien habían pasado por Madrid en una ocasión, nunca habían pasado por Barcelona.

Lo único que ha tenido en contra la organización del festival ha sido el poco tiempo del que han dispuesto para montarlo y promocionarlo. Con apenas un mes de antelación y en una ciudad tan llena de eventos como es Barcelona, estaba difícil que la asistencia fuera todo un éxito. Aún así, hubo ambiente en todo momento y no hubo ningún impedimento a la hora de disfrutar de los directos de las bandas. Por motivos laborales me fue imposible acudir a ninguna de las charlas, si bien me comentaron que fueron amenas e interesantes. Así pues llegué con Wolvserpent ya empezados, justo terminando la introducción de su concierto. Con apenas media hora de duración de set, el dúo de Idaho no pudo más que interpretar dos temas, ambos de su último trabajo Perigaea Antahkarana. No obstante, media hora fue suficiente para sumergirnos en su música ambiental y dejarnos llevar por un viaje en el que poco importaban la técnica o virtuosismo de la banda. Personalmente, Wolvserpent es una de esos pequeños tesoros escondidos que pocos llegamos a entender y que deberíamos sentirnos enormemente agradecidos por haber podido disfrutar de ellos en España.

La siguiente actuación venía de parte de otro dueto, aunque el hecho de que fuese en formato dúo fue toda una sorpresa para servidora. Siempre que he visto a Orthodox en directo han sido con guitarra, bajo y batería, pero parece ser que el capítulo en que dejaban de contar con los servicios de Ricardo me lo había perdido. Así la actuación de los sevillanos contó solo con Marco a las voces y el bajo y con Borja a los platos. Otra cosa que me sorprendió fue verlos vestidos de paisano. Acostumbrada a verles recrear ese folklore religioso que tanto prolifera por el sur, me extrañó no verlos vestidos para la ocasión. Como dije bromeando, “se dejaron la Semana Santa en casa”. Afortunadamente, lo que no se dejaron fueron el talento y pese a lo novedoso de no tocar con guitarra, el resultado fue más que satisfactorio. Interpretando un doom de lo más experimental y con ese timbre de voz tan característico de los sevillanos, supieron caldear el ambiente y captar algo más de atención que los anteriores en actuar. Lamentablemente, creo que no actuaron en frente de “su público”. La sala estaba algo vacía a esas horas y aunque muchos de los asistentes que acudían a disfrutar de Pallbearer y YOB, seguro eran conocedores de la música de Orthodox, la mayoría de ellos se personó en la sala ya entrada la noche. Toda una pena, pues creo que es de las bandas con más calidad que tenemos por España y que, como viene siendo tradición, suele ser más apreciada fuera de nuestras fronteras.

Con algo más de público, llegaba el turno de ver en directo a Foscor. Los barceloneses son, probablemente, una de mis bandas nacionales favoritas y una que llevo siguiendo muchos años. Con estos antecedentes, debo reconocer que su actuación me dejó algo descolocada. Principalmente, porque decidieron interpretar únicamente temas de lo que será su próximo álbum y no conocía absolutamente nada de lo que estaban tocando. Por ende, no pude juzgar como es debido. Los temas sonaban frescos y, sinceramente, parece ser que el nuevo disco de los catalanes promete, aún el notable cambio en comparación con el material antiguo. No obstante y aunque lo que estaba viendo me estaba gustando, eché mucho en falta algún clásico, ya fuera “I Tornà de les Cendres” o “In Case the Seasons Break”, por poner un par de ejemplos. Además, parecía que Fiar aún no estaba del todo cómodo con usar el registro limpio más que el rasgado, supongo que por la novedad del asunto y porque era la primera vez que estaban interpretaban estos temas en directo. Digamos que la experiencia fue totalmente nueva tanto para Foscor como para el público y sirvió más que nada como toma de contacto. Habrá que esperar a ver un concierto propio de la banda para ver como se desenvuelven y combinan el material nuevo con el antiguo.

Para cuando Pallbearer subieron al escenario, la mitad de la Razzmatazz 2 parecía menos desolada. Era la primera vez que el cuarteto de Arkansas pisaba Barcelona y considero que, pese a no éramos muchos los allí congregados, no podrían haber tenido una audiencia mejor. Si bien las primeras filas habían estado vacías durante el transcurso del festival, ahora el público se había acercado al escenario, dando mayor sensación de calidez. Interpretaron básicamente temas de su nuevo álbum Foundations of Burden, empezando por la magnífica “Worlds Apart”, seguida de “Watcher in the Dark” y “Foundations”. Una pena que dejaran “The Ghost I Used to Be” en el tintero, aunque afortunadamente la recuperaron en su actuación en tierras portuguesas. Recalcar el gran trabajo vocal de Brett Campbell, aportando una sensación de frescura a un género tan usado como es el doom metal. Sin duda este cuarteto es una de las bandas que hay que seguir más de cerca y que sin duda son el futuro del género.

Como gran colofón final del primer día del festival, teníamos a YOB. Con todo el público concentrado en las primeras filas, la actuación de los de Oregon fue apoteósica, algo salido de otro mundo. Con casi todo el peso del show recayendo en los hombros de Mike, vocalista y guitarrista de la banda, resultó en un evento cargado de energía y actitud. El trío nos presentó temas de su último disco Clearing the Path to Ascend, el cual probablemente se convierta en uno de los mejores álbumes publicados este presente año y que prácticamente tocaron al completo. Interpretando un doom menos clásico que el de sus compañeros de tour y de un matiz más stoner, el concierto de YOB fue sin duda el total ganador de la noche. Y es que empezar con semejante canción como es “Ball of Molten” solo podía ser señal de éxito seguro. Quizás eché en falta el clásico “Quantum Mystic”, aunque bien recibida fue “The Lie that is Sin” del álbum The Great Cessation. Tal y como cierra su último disco, ponían fin a su actuación con la maravillosa “Marrow”, un tema que se sale algo de los estándares a los que nos tiene acostumbrados la banda, ya que es muy melódica.

Entre una gran ovación, YOB se despedían del público barcelonés dando por terminada la jornada inaugural del Ritual Cvlt Fest. Dejaban el listón muy alto y con unas expectativas muy difíciles de superar para las bandas que integraban el cartel del viernes, por lo que estábamos ansiosos por que llegara el día de mañana.

Crónica y fotos: Xell