Regresamos a Zamora para traeros de la mano de FelipeSM la crónica de la segunda jornada del Z! Live, día que contó con la presencia de grupos del calibre de Sonata Arctica, Saurom, Rhapsody of Fire, Obus, Soldier, Lépoka, Dagoba, Killus y Opera Magna.
¿Queréis saber que se coció allí?
El sábado arrancaba en Zamora con buenas sensaciones tras la primera jornada, mucho calor y la imposibilidad de asistir a la sesión vermut con DjLija, Puraposse y La Kontra. Sesión a partir de las 12 de la mañana, solo apta para los más valientes.
En mi caso llegué al recinto del festival a eso de las tres de la tarde, cuando Soldier descargaba una gran ración de thrash metal ante un par de centenares de seguidores. Buen sonido, Pei, Phil y Lucas impecables, solo quedaba la duda del nuevo fichaje del grupo, Dmitry. Y el bueno del guitarrista, cerca del colapso por calor a tenor de su cara, bordó su actuación. Personalmente no se me ocurre mejor sustituto para Dani.
Fueron cuarenta minutos de actuación con temas como “Corrupted, sex in prison”, dedicada a cierto jugador de balonmano, “Revolt” o incluso un tema nuevo que dejó claro que la banda irá a por todas en su próximo disco.
Como siempre, un placer disfrutar de Soldier, a pesar del tremendo calor.
Aunque para calor, el que debieron sufrir los chicos de Lépoka cuando a eso de las 16:00 salían al escenario ataviados con túnicas. La banda salió con muchas ganas, contagiada por la fuerza de un público que se veía motivado, incluso vestido en algunos casos con las mismas túnicas que el grupo. Pero el sonido no estuvo de su parte en ningún momento, al inicio nos impidió disfrutar plenamente del violín de Samu y los vientos de Zarach, para posteriormente ofrecernos cierta saturación en los graves cada vez que el grupo pisaba el acelerador. Sin embargo este hecho no amilanó a la banda y sacó adelante un buen concierto, con la presencia de Diego Palacio en “Beerserkers” y poniendo a todo el público a corear en “Yo Controlo”. Interesante propuesta cuya evolución habrá que seguir de cerca.
A eso de las cinco llegaba un concierto que esperaba mucho, Opera Magna. Los valencianos no me decepcionaron en absoluto e instrumentalmente estuvieron sobresalientes, con José Broseta rozando la excelencia vocal. Eso sí, les faltó mucho dinamismo sobre las tablas, dejando todo el peso escénico sobre el vocalista, un fallo bastante común en las bandas del género.
Con un sonido mucho mejor al disfrutado por Lépoka, temas como “Para Siempre”, “Horizontes de Gloria”, “La Herida”, “Corazón Delator” o “Hijos de la Tempestad” hicieron las delicias de un público cada vez más numeroso en el recinto y totalmente entregado en las primeras filas.
Lo de Killus fue una gozada. El grupo villarrealense tiene muy claro cuáles son sus cartas y cómo jugarlas. Telón enorme al fondo, caras pintadas, look habitual, un sonido estupendo y mucha mucha actitud en el escenario.
No era su público ni mucho menos, se notó en la afluencia de gente en la pista, pero poco le importó eso a las huestes de Supersixx, que consiguieron arrancar el primer circle pit del festival en “Dead Revolution”. En cincuenta minutos la banda dio buena cuenta de su último disco “Imperator” con temas como “The Army of Dead Soldiers” o “Stranger Things” y se permitió alguna mirada atrás con las coreadas “Feel the Monster” o “Ultrazombies”. Broche final esta última a una actuación que a buen seguro les granjeó algún nuevo fan.
Avanzaba la tarde y comenzaban a llegar los platos fuertes del festival. Dagoba salía a escena a eso de las 19:50, sin telón y con un público poco interesado en su propuesta. Pero los franceses tienen muchas tablas y con un sonido demoledor, quizás un poco baja la voz de Shawter, fueron arrancando circle pits y walls of deaths por doquier entre un público que se fue animando según avanzaba el show. Hacía mucho que no veía a la banda de Marsella y lo cierto es que eché en falta la labor de Franky Constanza, batería descomunal que ofreció una masterclass hace uno años en su concierto en Oviedo, aunque Nicolas Bastos no lo hizo nada mal.
Buen concierto que demostró la realidad de la escena, banda muy conocida en Francia que aquí apenas tiene repercusión. Mientras tantos, nosotros exigimos a nuestras bandas girar por Europa como quien va a tomar una caña…
Rhapsody of Fire parecían cuidar los detalles, con un buen telón en el escenario… hasta que la banda tuvo la idea de probar un tema delante de todo el público antes de arrancar. Momento raro, que además careció de sentido cuando en los primeros temas el sonido dio problemas constantes.
Pero nada importó cuando mediado el concierto todo se estabilizó y esta versión de Rhapsody se puso en velocidad de crucero. Con las orquestaciones de Staropoli acaparando gran parte del protagonismo sonoro y Giacomo Voli deleintando a los presentes con su voz, llevando además el peso escénico de la banda (¿Os suena esto de algo?).
Al final su concierto dejó un gran sabor de boca, pero es que con temas como “Land of the Inmortals”, “Holy Thunderforce”, “Emerald Sword” o “The Magic Of The Wizard's Dream”, es imposible no venirse arriba y terminar cantando cada estribillo. Sin duda uno de los conciertos clave del festival.
El Z! Live le debía una a Saurom y entre la banda y el festival se la cobraron. “Prime time” para los gaditanos, una hora de actuación a eso de las once de la noche, con casi tres mil almas en el recinto (cálculo a ojo de buen cubero). Y el grupo lo aprovechó de la mejor manera posible. Cualquier conocedor de su discografía sabe que un show completo de la banda tiene varias partes marcadas, con pasajes más heavys, partes más fiesteras y momentos muy tranquilos donde el folk coquetea con el pop. Pues bien, la banda decidió acertadamente ir a muerte con su repertorio más festivo: “Irae Dei”, “La Musa y el Espíritu”, “La Leyenda de Gambrinus”, “Noche de Halloween”, “La posada del Poney Pisador” con Migue tocando la acústica, “Músico de Calle”, “La Batalla de los Cueros de Vino”, “El Carnaval del Diablo”, “El Circulo Juglar”, “La Taberna”, “Fiesta”… Os vais imaginando la que se montó, ¿no? Sin duda el concierto más festivo del festival y por qué no decirlo, el mejor del fin de semana.
Contó además el grupo con la presencia de Paco Garrido, invitado de lujo en la fiesta de un grupo cuyo signo de identidad es la evolución y el buen rollo que transmite.
Lo que vino a continuación, me vais a perdonar, pero fue un insulto. A la organización del festival, al público y al recuerdo de lo que fue en su momento Sonata Arctica. Esperaba muy poco de su actuación, pero tal fue la apatía de Tony Kakko que parecía que la banda llegaba para cumplir el expediente y poco más. Un vocalista muy justo, músicos que parecían estar por estar… solo faltaba un corte de sonido para rematarlo y en “Where the Wolves Die Young” se produjo. La PA dijo basta y cortó el sonido. Momento que pareció despertar al público que hasta entonces parecía asistir estupefacto a la actuación de la banda finesa. Aunque no os engañéis, ni siquiera una descafeinada “Fullmoon” pudo poner al Z! Live a cantar. El cierre con “Vodka”, tras centrar todo su repertorio en los temas más actuales obviando muchos de los clásicos que todos esperábamos, fue un buen resumen de su hora y media de actuación.
Tras el mal sabor de boca y un cambio de backline interminable, a eso de las 2:25 de la mañana salía a escena Obús. ¿Qué os puedo decir de la banda de Fortu? Casi cuarenta años en la brecha, el grupo encara ya su recta final pero mientras tanto ofrece un repertorio de clásicos con temas como “Juego Sucio”, “Que te Jodan”, “La Raya”, “Te Visitará la Muerte”, “Dinero Dinero”, “Vamos muy Bien” o “Prepárate”, con un buen sonido y los habituales extras marca de la casa de Fortu, además de una pequeña versión de Motorhead de Fernando.
Cumplió la banda, pero sinceramente quizás el cuerpo pedía un cierre mejor, pues el ánimo tras las últimas actuaciones quedó un poco frio.
Al final tras dos días de festival, las sensaciones eran insuperables. El Z! Live tiene un recinto privilegiado, un ambiente increíble y la mayoría de bandas cumplieron con creces. La organización dio un paso adelante en la logística y oferta del evento y tan solo algunos detalles quedan por pulir. Ojalá en la cuarta edición se pulan, porque amigos, el Z! merece una ronda más, eso sin duda.
Crónica y fotos: FelipeSM – www.smfelipe.es