El pasado 27 de enero Villena acogió una nueva edición del festival F*ck Cnsrshp, en el que se dieron cita bandas como Desakato, Los de Marras, Reincidentes, Narco o Lendakaris Muertos.

¿Nos ibamos a perder una noche así?

 

 

Villena es ya más que conocida en el panorama nacional por su gran apuesta por la música. La ciudad vive envuelta por fechas de conciertos y festivales durante todo el año. El primer evento de la lista tenía todo preparado para arrancar su segunda edición. El F*ck Cnsrshp o “Censorship” o como se le quiera llamar, tenía prácticamente el cartel de sold out colgado gracias a su apuesta por el punk de ayer y de hoy que concentraría a clásicas bandas como Reincidentes o los Piperrak de Josetxu, junto a algunos más noveles como los asturianos Desakato. Las colas hacían notar el ambiente que luciría la plaza de toros libre de torturas del municipio alicantino escasos minutos antes de que arrancase el show allá a las 14:30.

Cualquiera diría que tan temprano nadie entraría a ver un concierto, pero siendo Los De Marras la cosa cambia. Los valencianos llevan años al pie de cañón defendiendo ideales y música a partes iguales con su guarrocanrol por bandera, pero tras “Surrealismo” y su reciente “Reamanecer” han visto recompensado este costoso esfuerzo. Arrancaron con “Poeta”, tiempo en el que un servidor estaba entrando gracias a unas triquiñuelas para evitar tanta aglomeración de gente queriendo entrar al interior del recinto. Gran ambiente que iba acrecentando exponencialmente para disfrutar de un recital en el que no faltaron temas como “Malabares”, “A Tu Vera”, “Diosa de la Noche”, “Hierbagüena”, “Arde” o “Ruido”. Había mucho fan entre el público y eso se dejó ver en la semi-acústica “Revolviendo” con toda una plaza de toros rendida a los pies de un grupo que disfruta tanto o más que sus fans. Esa es precisamente una de las peculiaridades de Los De Marras, sus sonrisas, la corta distancia que tienen de cara a la gente y su buen hacer. Con las insustituibles “Sexo en la Calle” y “Hoy” cerraron una actuación en la que se acordaron de gente como Francisco Camps o la tauromaquia. Siempre es un placer verles en directo, en propias palabras del Agustinico: “Son la polla y el chichi”.

Veinte minutos para ir a la barra, comer y hacer lo que fuere necesario sirvieron de cortina hasta la siguiente actuación del día. El pasado del punk se abría paso de la mano de Josetxu, que traía a Villena los clásicos de los inolvidables Piperrak ayudado con la instrumental de The Riber Rock Band. Y es un placer poder escuchar hoy en día temas como “Demokratzia”, “Julián” o “Gora Sartaguda” de forma renovada y sin pelos en la lengua. Y la lista de clásicos se extiende con “Ke Le Voy a Hacer”, “A La Mierda”, “Mi Primer Amor”, “Iruñea 6 de Julio” y un largo etcétera. Además, como anécdota se merece una especial mención “Kualkier Día”, que con la caída de Boikot del cartel tenía vía libre para ser interpretada una sola vez ese día de la mano de sus verdaderos creadores. Este recital fue un gran ejemplo de que el punk de verdad no está muerto y, según va el mundo, no parece que vaya a morir dentro de poco.

Una vuelta de tuerca es lo que nos traía El Último Ke Zierre con su reciente “El Mutante del Barrio Chino”. Aún no había tenido el privilegio de escuchar tema por tema, pero en directo “Sois Fango” se me pegó cual lapa a la oreja. Eso quiere decir que funciona, punto positivo para la banda de Burriana que no dejó atrás queridos clásicos como “¿A Dónde Vas?”, “Vuelta al Infierno” o “Veneno”. Puntualizar qué canciones faltaron son quitar méritos a EUKZ, pero es cierto que se notó al público algo parado en algunas partes del concierto. El caso es que con la llegada de “Tus Bragas” cambió el ambiente total de la plaza e incluso los rezagados en la grada se levantaron para corear la reliquia sonora. Ese es el poder de un auténtico himno.

La anécdota del día llegó de la mano de Los de Marras ayudando a subir la producción de Desakato al escenario, algo gracioso y característico que a un servidor le pareció un tanto singular. Bromas aparte, era la hora de que los asturianos pusiesen patas arriba Alicante y abrir la jaula de esos “Animales Hambrientos” de música y poder. Siempre es un placer ver derramar sudor a estos artistas con un Pepo imparable y un Pablo eufórico al frente y con la premisa principal de hacer disfrutar al público (o sufrir según por donde se mire). Con un EP asomando a la puerta de la esquina, pero con “La Teoría del Fuego” aún por defender, los más jóvenes se pusieron delante de la tormenta para enseñar quienes eran. A pesar de un Pepo desentrenado cantando “Heridas Abiertas” sobre el público, acabaron destrozando, literalmente, la Plaza de Toros. Gente perdió sus zapatillas, llaves, monederos… todo tipo de cosas por no percatarse de dónde se metían. Un gran agujero en “Carta de un Paria”, hostias en “Pasajeros” y “Cuando Salga el Sol”, reivindicaciones de una lengua olvidada en “Fueu y Solombres” y un largo etcétera convirtieron a Desakato en la mejor banda de todo el festival. Bien merecido puesto ganado a base de esfuerzo. No es tiempo de cobardes en el rock.

Pero la brutalidad no cesaba porque la banda más gamberra llegaba directa a trapichear con su “Espichufrenia”. Narco, con botella de ron en mano y repartiendo latas de birra entre el público, se fue abriendo paso a ritmo de su hardcore rap metal. El nuevo álbum abría la velada con “Suicídate”, “Anticrista” y “El Trapichero”, disco que ha calado muy bien entre sus fans que pedían a “Yoni el Robot”. Se tuvieron que contentar con “Mi Madre es una Yonki” para disfrute de muchos. Eso era una fiesta en mayúsculas. Prosiguieron la fiesta tracks como “Son Ellos”, “Chispazo”, “Puta Policía”, “Dame Veneno” o “Tu Dios de Madera” para ampliar hasta 70 minutos el desfase tras la llegada del trapichero a Villena. Si nunca has visto a Narco en directo te están perdiendo un cúmulo de adrenalina y agresividad muy difícil de mantener. Recomendación expresa de un servidor.

Lo malo del festival era que no había un horario adecuado para poder cenar tranquilamente porque al acabar uno comenzaba otro con necesidad de ser vistos. Esta parada era obligatoria pues los Segismundo Toxicómano aterrizaban “… En Este Infierno” para volver a los escenarios. Es una gira de cinco únicas fechas y cualquier oportunidad de disfrutarles es bien recibida. Ellos tenían más ganas que nadie de ese bolo y bien lo dejaron notar con una actuación memorable y puede que histórica depende de los futuros planes de la formación. El caso es que el buen punk se paseó felizmente incluso con un retraso de tiempo que la organización no tuvo en cuenta y dejó proseguir. Se notaba que había ganas de Segis, y Segis tenía ganas de directo. ¿Quién no daría lo que fuera por escuchar “Por Ti” una última vez?

Tras la baja de Boikot, Reincidentes cogió el puesto de relevo como nombre más destacado del festival. Sinceramente, no sé si fue por el cansancio, por los fallos de sonido al comienzo de la actuación o por el desconocimiento de su reciente álbum “Vergüenza”, pero el público estaba frio. Y eso que empezaron con buena artillería con “Huracán”, “Rip-Rap” y “Grana Y Oro” abriendo una ronda de conocidos clásicos. Seguidamente “Terrorismo”, “Susana I de Andalucía”, “Agarrar la Vida” y “Se Acabó la Fiesta” representaron el nuevo trabajo de los andaluces con algún seguidor que se sabía la letra, pero otras caras aburridas y apaciguadas. No sé qué pasó, pero no era el día de brillar para Reincidentes, y no por su culpa. Los momentos más enérgicos llegaron de los coreos de “¡Ay! Dolores”, “Jartos d’Aguantar”, “Vicio” y “La Republicana”, con banderas tricolores ondeando en manos de fans. Una sensación agridulce de una banda que no suele decepcionar, pero a veces sucede.

Pero las almas se despertaron rápido cuando el incansable Aitor Ibarretxe saltaba al escenario con sus Lendakaris Muertos dispuestos a revolver y hacer estallar la plaza. Políticamente incorrectos, el off “Lendakaris Muertos Saludan a Sus Camellos” abría un colosal recital del punk gamberro y cortante, del que más se echa de menos. Una larga lista de temas como “Troncos, Aceros, Maderos”, “Cerveza sin Alcohol”, “El Último Txakurra”, “Pasau de Rosca”, “Detector de Gilipolleces”, “Fuimos Ikastoleros”, “Centro Comercial”, “Gore ETA”, “Odio Los Partidos”, “Húngara Chúngara”, “El 4K Se Llevó a Mi Chica” y un sinfín de temas, uno tras otro, que volvía locos a los de debajo del escenario y a los de encima. ¿Que un fan salta la valla?, pues se le dice al segurata que es familia. Siempre es una delicia ver a estos locos. Te puedes encontrara Aitor subido a los andamios del escenario o a la banda entera tocando entre el público. Lo normal es que el showman Ibarretxe se pierda por ahí, pero eso no tiene que influir en el transcurso de la actuación. Ponerse una camiseta de la selección española en “Gora España”, dar el micrófono a la gente en “Urrusolo Sistiaga 1 y 2” y “Modo Dios/Modo Diosa” o simular felaciones en “Cómeme la Franja de Gaza” son cosas que te encuentras en un concierto cualquiera de Lendakaris Muertos. “ETA, deja alguna discoteca” y “Oso Panda” cerraron un incesante y aguerrido concierto made in Iruña. Lo mejor del festival junto a Desakato.

La mítica banda local Maniática cerraba un cartel inmejorable. A pesar de que gente ya salió del techado, con una gran llovizna fuera, eran muchos los locales que tenían ganas de ver a los de Villena. Finalizó con un punk-rock clásico, a eso de las 03:00, un festival que consigue juntar a mucha gente de diversos lares con una misma premisa: libertad y diversión. Hasta el año que viene F*ck Censorship.

 

Crónica y fotos: Juan Fernández