Ayer os hablamos de la gira de Turbonegro que Resurrection Fest organiza dentro de su décimo aniversario, pero nosotros aún teníamos pendiente repasar el último día del festival.

Entra, Orbituary, Gallows, Hamlet, Aborted, Bury Tomorrow, Havok y muchos más te esperan.

 

 

El clima gallego resistió los dos primeros días del festival, pero aún no había comenzado la última jornada del Resurrection cuando cayó un aguacero considerable. El público corrió hacia el Ritual Stage en cuanto se abrieron puertas para disfrutar del directo de Trallery y a su vez resguardarse de la lluvia. Para quienes no conocíamos a la banda, nos llevamos una grata sorpresa, porque daba gusto verlos sobre el escenario. Como primer grupo del día tuvieron un tiempo bastante limitado para soltar toda la tralla que traían consigo, pero temas como “White Shadow”, “Collateral Damage” o “Catalepsy” en su repertorio lo hizo suficiente, aunque nos quedamos con ganas de más.

Mientras continuaba la actuación de Early Seasons en el Chaos Stage, a eso de las dos y diez de la tarde los asturianos Sound Of Silence se adueñaban del Ritual Stage. Salieron a escena con intención de darlo todo, pero los problemas con el sonido hicieron un poco de sombra en los temas. El doble bombo no sonaba limpio y eso provocó que en los momentos más fuertes no sonase tan bien como debiera. Aun así, fue un show correcto por parte de la banda (aunque un poco falto de movimiento), pero nada destacable como se esperaba. Nos concedieron temas como “La Resurrección de las Almas” y los esperados “Déjate Guiar” y “Un Nuevo Anochecer”, que hubiésemos disfrutado muchísimo más sin esos pequeños problemas. Esperamos que repitan la próxima edición y poder disfrutar de su directo en todo su esplendor.

Tras la actuación de los asturianos tocaba el turno de ver a Joey Cape, cantante de Lagwagon, en solitario. Con la lluvia ya frenando a ratos y el sol haciendo visitas cortas, disfrutamos de media hora de guitarra acústica y pelos de punta gracias a la voz y el carisma de Joey. Mención especial cuando le dedicó unas palabras y cantó un tema del fallecido Tony Sly, que fuera cantante de No Use For a Name además de amigo y compañero del propio Joey. Sin duda una de los momentos más emotivos de todo el festival.

Cambiábamos de estilo por completo para dirigirnos a ver una de las actuaciones más cafres de todo el Resurrection Fest. Haemorrhage nos esperaban en el Ritual Stage para dar un toque de humor y alegría a ese tan nublado sábado, además de repartir goregrind a raudales. Un show la mar de divertido en la que sus más fieles seguidores iban vestidos de gala para la ocasión y corearon “I’m a Pathologist” junto a Fernando, vocalista de la banda. Es increíble como esta formación ha tocado en los festivales más importantes dedicados al género fuera de España y en su propio país se les sigue menospreciando.

Hamlet es sin duda una de las bandas maestras del metal en España, puede que tu sonido te guste más o no, pero es innegable la calidad de estos hombres. Con un setlist recorriendo toda su carrera, la banda dio un buen concierto en la que el público disfrutó de su estilo durante media hora. La hiperactividad de Molly sobre el escenario no te permitía casi apartar los ojos del escenario. Tras una buena muestra de lo que es capaz de hacer la banda, cerraron con ''Jodido Facha'' un tema más que coreado por el público asistente.

Una de las cosas que nos sorprendió del festival fue que unos ''gigantes'' del thrash actual como son Havok tocaran en el escenario ''pequeño'', supongo que la gran cantidad de bandas lo determinó así. Abriendo con ''Covering Fire'' la banda ya dejaba claro que había llegado al festival para dar tralla de la buena. Siguiendo con ''Point of No Return'' y ''Give me Liberty...or Give me Death'' los coros del público fueron creciendo y tras ''I Am the State'' la banda se marcó dos tremendos temazos, ''DOA'' y ''Time is Up'.' En definitiva, uno de los grandes conciertos de thrash del festival junto con Mutant Squad y Angelus Apatrida.

El día empezaba a despejarse un poco y era el turno de The Real McKenzies, quienes comenzaban mientras el concierto de Havok estaba todavía por concluir. Los canadienses arrancaron con “Chip”, seguido de “Fool’s Road” y “I Do What I Want” y el público ya no podía parar de saltar. Algo notable en los conciertos del Chaos Stage fue que el sonido, en comparación con los otros escenarios, estaba bajo. Quizás fuese la posición del escenario, el viento o cualquier otro factor ambiental, pero exceptuando las primeras filas era algo bastante notorio. Pero independientemente del volumen, es indiscutible el buen directo que tienen, desbordante de energía con su punk-rock sazonado con una buena dosis de folk. También pudimos escuchar “13” y “10.000 Shots”, además “Bugger Off” como broche final de un concierto divertido y que nos dejaba de mejor humor para afrontar el resto de la jornada.

Llegó el turno de volver al escenario principal para disfrutar del directazo (y perdón por la patada al diccionario, pero es estrictamente necesario) de Gallows. Momento curioso cuando llegamos al escenario y oíamos la voz de Wade MacNeil pero no le veíamos. El vocalista se encontraba en medio del propio público, cantando codo con codo junto a sus fans. La respuesta de los asistentes ante tal hecho fue clara, darlo todo durante toda la actuación, haciendo que el show de Gallows fuese probablemente uno de los más movidos de todo el fin de semana. El setlist no defraudó, ya que repasó tanto temas antiguos como temas de su último álbum, desde “Misery” e “In the Belly of a Shark” hasta “Chains” o “Cult of Mary”. Muchas quejas se han leído en contra de Wade como nuevo vocalista de la banda, pero nosotros la verdad es que no podemos emitir tan solo una. Buena voz, carisma y conexión con el público. El resto de la banda tampoco se quedó atrás y alguno de sus miembros llegó a tocar haciendo crowdsurfing mientras cerraban su actuación interpretando “Orchestra of Wolves”. ¿Cuándo decís que los traéis a España?

Raudos y veloces fuimos hacia el Ritual Stage donde Aborted llevaban ya unos diez minutos tocando. La banda de Svencho estaba dando un concierto arrollador y no es para menos con el buen disco que han lazado este año, The Necrotic Manifesto. Durante estos casi veinte años, la banda ha cambiado de formación varias veces, pero es ahora cuando parece que se está manteniendo sólida y trabajan en equipo. El setlist fue más que correcto, presentando temas de su último álbum y a la vez repasando verdaderos clásicos como “Meticulous Invagination”, “Sanguine Verses” o “The Saw and the Carnage Done” de su aclamado Goremaggedon. Un show la mar de enérgico tanto por parte del quinteto como de los asistentes y que además podemos afirmar que fue de lo que mejor sonó en la carpa. En diciembre los tendremos de gira por la península y por supuesto que no nos los vamos a perder.

Mientras algunos de nosotros terminaba de ver a los belgas, otros fuimos hacia el Chaos Stage. Uno de los conciertos más esperados de la tarde fue el de Bury Tomorrow, quienes también sufrieron por los problemas de volumen pero de una forma más acusada, haciendo que la voz apenas se escuchase durante los primeros minutos del concierto. Después de presentarse con “Manon Fire” y “Sceptres”, el sonido fue a mejor y pudimos disfrutar del show como era debido. Con “An Honourable Reign” pudimos apreciar con claridad la voz melódica que aporta Jason Cameron, y en directo demostró que está más que a la altura. “Knight Life” o “Royal Blood” fueron otras de las canciones elegidas, siendo “Lionheart” la que ponía punto y final a una buena actuación en el festival.

Y ya de nuevo en el escenario principal, llegó uno de los momentos más apoteósicos del sábado y probablemente del festival en sí. Los malditos Gojira irrumpían en el Main Stage a la vez que la lluvia volvía a hacer acto de presencia –aunque lo peor aún estaba por suceder—como si los propios franceses la hubieran invocado. Poco importa lo mucho o poco que pudiera llegar a gustarte L’Enfant Sauvage, su último redondo, pues los hermanos Duplantier cumplen con creces en directo. Con un Joe Duplantier la mar de simpática y dicharachero, nos ofrecieron 50 minutos de actuación desgarradora convirtiéndose en la ganadora indiscutible para todos los asistentes. Temas como “Backbone” o “Flying Whales” fueron recibidas con los brazos abiertos e incluso llegaron a marcarse un bis inesperado con “Vacuity”. Insistimos y poniendo la mano en el fuego, que nadie salió del show de los franceses decepcionado.

Nos acercamos a curiosear un poco la actuación de Caliban pero lo cierto es que apenas duramos dos temas dentro de la carpa. Discharge nos esperaba en el Chaos Stage con un invitado muy especial, uno que ya no quiso marcharse de Viveiro hasta pasada la madrugada. Sí, en efecto, estaba cayendo la del pulpo. Con el agua calándose en los huesos aguantamos todo el chaparrón durante casi una hora que duró el show. Y pese al resfriado que más de uno cogió, volveríamos a pasar por la experiencia sin dudarlo un segundo. Los ingleses fueron uno de los pioneros en evolucionar el sonido punk al conocido d-beat y en Viveiro nos demostraron porque siguen en activo aún después de más de 30 años. Canciones rápidas y directas, que hicieron que nos olvidáramos de la lluvia y simplemente disfrutáramos de la música. Clásicos como “State Violence State Control”, “Protest and Survive” y “Ain’t no Feeble Bastard”, no faltaron.

Turno para una de las formaciones más estables y respetadas del death metal americano. Obituary es probablemente una de las bandas que menos ha evolucionado en su estilo pero lo que nosotros pensamos es, que si el producto es bueno, para qué cambiarlo. Su fórmula sigue funcionando igual que hace 20 años y el público obtiene lo que quiere. Death metal simple y directo. Los hermanos Tardy estuvieron pletóricos y la carpa volvió a sonar de forma correcta haciendo que disfrutáramos de “Chopped in Half”, “Infected”, “Intoxicated” y como no, de “Slowly We Rot”.

Lamentablemente tuvimos que perdernos la actuación de Testament, pero la que estaba cayendo no era ni medio normal y aún no nos habíamos recuperado del aguacero de Discharge. Para cuando llegó el turno de Carcass, la lluvia había cesado y pudimos disfrutar de los ingleses sin mayor percance. Bueno, al menos nosotros, más de uno no pudo contener las ganas de liarla parda ante la actuación de Carcass y acabó de barro hasta en las pestañas. Jeff Walker estuvo igual de dicharachero que en el Hellfest, quizás incluso demasiado y nos ofreció un setlist correcto, aunque nosotros le hubiéramos añadido algún tema antiguo más. Sonaron bien y cumplieron tocando “Incarnated Solvent Abuse”, “Genital Grinder”, “Exhume to Consume” o “Corporal Jigsore Quandary”. Ahora que ya ha pasado un tiempo desde la salida de Amott, podemos afirmar que no se le echa nada de menos y que Bill Steer se basta y se sobra con la ayuda de Ben Ash. Para seguir la tradición, terminaron el show con el que podemos considerar el buque insignia de la banda, la aclamada “Heartwork”.

De nuevo bajo la lluvia, era ocasión de ver a la última banda que iba a tocar en el escenario principal. Turbonegro nos ofrecieron uno de los conciertos más divertidos y bailongos –con perdón de los Dancefloor Disaster, que ya dijimos que eran unos cachondos—de todo el festival. Su actuación se resume en saltar, cantar y pasárselo bien. La banda tiene que sentirse muy orgullosa de ser capaz de reunir entre sus asistentes gente con gustos tan dispares entre sí. Entre los hits más carismáticos del set se encuentran “You Give Me Worms”, “All My Friends Are Dead”, “Wasted Again” (probablemente la historia de la vida de mucho de los que estábamos allí presentes) o “Blow Me Like a Wind”. “Get in On” también fue muy coreada y es que los noruegos saben cómo componer temas pegadizos. Parecía que no les iban a dejar tocar uno de sus temas estrella, pero finalmente se hizo el milagro y pudieron cerrar el show con “I Got Erection”. Todo un show digno de recordar junto a la imagen del público que iba vestido para la ocasión, con gorritos de marineros y maquillaje.

Ya solo nos quedaba un cartucho por gastar y Lagwagon fueron los elegidos para cerrar la presente edición del Resurrection Fest. Hacía mucho frío, estábamos mojados, cansados, algunos incluso borrachos, pero no nos podíamos ir a dormir sin verles. Los estadounidenses nos demostraron porque fueron el ídolo de adolescencia de muchos de los presentes y porque a día de hoy, cuando ya hemos crecido, seguimos admirándoles y escuchándoles. Punk rock en estado puro de la mano de himnos como “Violins”, “May 16” o “Give it Back”. Por supuesto también hubo lugar en esta ocasión a un pequeño homenaje a Tony Sly e interpretaron “Exit” de No Use For a Name. Joey Cape se hace querer con estos detalles.

Ahora sí, tras casi hora y media de actuación, tocaba decirle adiós a Galicia. Gigatron estaban en la carpa, pero nosotros ya no teníamos fuerzas y nos esperaba un largo viaje al día siguiente. No quisiéramos despedirnos sin antes hacer un pequeño balance sobre la edición. Muchos son los que comparan este festival con el francés Hellfest. Ambos se fundaron en las mismas fechas y ambos curiosamente nacieron de las raíces más hardcore y han ido metalizándose poco a poco. Nosotros somos asiduos al festival francés y la verdad es que poco o nada tienen que envidiarle. El Resurrection Fest ha sido uno de los festivales mejor organizados a los que hemos asistido, con unos precios de barra envidiables. Hemos leído que muchos consideraban excesivo pagar 6€ por un litro de cerveza o calimocho. Pues bien, eso mismo en el Hellfest cuesta el doble. Los puestos de comida fueron los justos y necesarios, sin queja alguna de la variedad donde hasta los veganos podían encontrar que llevarse al paladar. El sonido salvo en honrosas excepciones –y más que nada en los escenarios al aire libre—fue más que correcto al igual que los running order no sufrieron prácticamente ningún retraso. El cartel era envidiable y casi impensable en la geografía española y ¡al precio irrisorio de 75€! Os informamos que la mayoría de festivales en el extranjero, los precios de las entradas superan los 100€ y con creces. Quizás lo único achacable fuera lo diminuta que era el área designada en prensa para poder cargar móviles y portátiles, resultando claustrofóbica en algún momento.

Nada más que añadir salvo que esperamos regresar el próximo año y que ya estamos contando los días. Eso sí, esperemos que nos llueva un poco menos, algunos de nosotros nos encontramos nuestra tienda convertida en una balsa al terminar la jornada del sábado.

 

Crónica: Xell, Shadows y Felipe Outeiriño

Fotos: Resurrection Fest

 

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