El pasado 30 de enero en Barcelona tuvo lugar la segunda edición del Winterfest con Northland y Lèpoka encabezando un cartel que completaron Rose Avalon, Frozen Shield y Balheim. Nuestra redactora Ireth se fue hasta la sala Razzmatazz 3 para ver que tal salia esta segunda edición.

¿Quieres saber como fue la velada?

 

El éxito de la primera edición del Winterfest en Barcelona ha llevado a la organización de On Fire a aventurarse en una segunda edición, en el mismo lugar y la misma sala. Misma ubicación si, pero con un cambio en el repertorio del cartel, la dureza del pasado año se diluía con la presencia de un folk de tintes más suaves, encabezado por unos Northland que ofrecieron su último show hasta nuevo disco y unos Lèpoka que presentaban Beerserkers. El cartel locompletaban Rose Avalon, Frozen Shield y Balheim.

Se avisó con antelación de que la sala abriría sus puertas a las 7, y que las actuaciones lo harían pasados solo 5 minutos. Finalmente las actuaciones empezaron con otros cinco minutos de margen añadidos, no obstante la congregación de gente hizo que la cola avanzase lenta con lo que Balheim, quienes abrieron la velado sufrieran un público cuenta gotas. Personalmente a nosotros no nos dio más que para ver un tema, así que no creemos conveniente ni justo para la banda hacer una valoración.

Con los locales Rose Avalón empezó la noche para nosotros, probablemente la banda más “light” con el permiso de Lèpoka. Folk metal sinfónico que bebe más de este último con un sonido compacto y una buena base rítmica. 

“From My Darkness” marcó el primer compás , de “Courage & Pain” y “Earth” le siguieron. Dado el tiempo del que disponían y la longitud de las canciones tuvieron tiempo para otros tres cortes. Y menos mal que fue así porqué fue precisamente en “Empty Hearts”, cuando su actuación dio un cambio de 180 grados. La banda liderada por la propia Rose, empezó fría, sin cuajar con el público, como si la cosa no fuera con ellos. No obstante, los nervios iniciales se disiparon y  como si de una segunda parte se tratará salieron de su letargo para dejarnos entrever una banda cómoda en el escenario con mejores dotes en directo de lo que creíamos. En ”My Northern Star” y “Capio Mea Fides”  se asentaron y se mostraron más activos y enérgicos, con ganas de atrapar al público, al que para entonces ya arrancaban headbangings. Ahí fue cuando mostraron sus cartas sin censura con una entrega impecable por parte de Rose.

Si el concierto hubiera sido con la misma dinámica que los últimos dos cortes antes mencionados, otro gallo cantaría. Pues fue una lástima que no mostraran sus garras antes. Dicen que de todo se aprende así que ya veremos la próxima vez, pues musicalmente dejaron constancia de su talento y servidora piensa seguirles la pista.

Los siguientes en subirse a la pequeña tarima de la Razz 3 fueron Frozen Shield con los que nos adentramos en el epic viking. Los pobres se hicieron de rogar debido a los problemas con el equipo técnico.  El teclado de Cristina Ramos no quería dejarse escuchar y para cuando pudieron empezar con el tema solucionado, el retraso acumulado ya empezaba a hacer peligrar el tiempo de las demás actuaciones. Probablemente, debido a eso no nos dieron un respiro y fueron soltando tema tras tema en modo non-stop, lo cual les valió para hacer un bolo más dinámico y enérgico.

Vivimos el folk desde otra vertiente con guturales añadidos por un Xavi Pascual que parecía sacado del set de rodaje de Juego de Tronos, bajo un atuendo muy “Jon nieve”, lideró junto a Isaac la máquina de Frozen Shield que funcionó y arranco pogos y headbangings entre las primeras filas. La formación entró enseguida en sintonía con una sala a la que hicieron reir con el cachondeo que generó su versión de "Bailando” de Enrique Iglesias, gafas ”hispetrianas” incluidas de un Isaac muy entregado a la causa. Bromas aparte, tocaron los temas que se encuentran en su EP Deafening Woods, entre ellos “Path to Oblivion” con la que cerraron la velada y “Green Beards”  además de “Voice of the Tide”.  Aunque no todo fue cachondeo, sino que se pusieron nostálgicos cuando el batería Arnau, habló y dedicó el tema a su abuelo recientemente fallecido. Buena presentación la de los Barceloneses, que dejaron el ambiente caldeado.

Resumiendo un poco, la banda tuvo una actuación más que correcta que supo a poco y nos dejo con ganas de más. Otro día será.

Y la fiesta llegó con el barco de Lépoka a ritmo de “Samhain”, primer corte de su actuación. La banda navegó con sobredosis de cerveza y buen humor desde valencia para presentarnos en directo su segundo álbum, del que seguramente el tema más memorable fue “Chupito”.

Independientemente del gusto musical de cada uno y de su parecido con Magö de Oz en esa versión que algunos preferiríamos no recordar que existe, Lépoka saben montar fiestas, no es que sean pocos en el escenario pero a pesar de estar cual sardinas enlatadas estuvieron activos interactuando entre ellos, en especial Samu y Zarach, y con el público al que al que se acercaron en más de una ocasión, aprovechando ese espacio que queda entre los focos del escenario y la primera fila. La formación siente lo que hace lo que hace, su seguridad, confianza y entrega despertaron el interés y la simpatía de más de uno que al ritmo de “Beerserkers” e “Ignis Deorum” entre otros dedicó toda su entrega. A pesar de contar con varios problemas de sonido su folk puro y duro con gaitas incluida (enamorada me tiene aún el diseño de esta), crearon un buen ambiente y la montaron buena. Al igual que Frozen Shield, consiguieron arrancarle al público algún que otro mosh.

Su intención era presentar este segundo trabajo, y lo hacían por primera vez lejos de su ciudad natal y viendo el resultado, la noche no les podría haber salido más redonda.

Con la prisa metida en el cuerpo, Northland saltaban al escenario para el jolgorio del público. Si una cosa han sabido hacer los de la ciudad condal estos últimos años, ha sido crearse un público fiel y devoto que hacen que sus conciertos en Barcelona siempre dejen un buen sabor de boca. ¡Y así fue! No importó que tuvieran que ir a toda pastilla por la falta de tiempo, ni que su frontman Pau estuviera más callado de lo normal, cosa con la que él mismo bromeó, ni siquiera que tuvieran algún que otro problemita técnico (menuda noche de problemas…). “Fury’s Unleashed” fue el primer tema interpretado por la banda, nombre idóneo para lo que pasó en las primeras filas.

Los shows de Northland se caracterizan por ser muy cálidos y por una conexión con los asistentes que ya quisieran otras bandas más rodadas. Muestra de ello fue la coreada “Together We Die”, con todo el público repitiendo el estribillo o la aclamada “Where the Heroes Die”. Un poco de hidromiel para amenizar “Old Town’s Inn”, con la ya típica entonadilla de Pol haciendo varios guiños a películas y videojuegos, entre ellos a Star Wars. Una pena que la banda tuviera que ir todo el rato pendiente del reloj y de no pasarse del tiempo, pues nos hubiera gustado verles con más tranquilidad. “Revenge” no podía faltar y sirvió para poner nota final a su actuación. Un placer, como siempre, esperemos que la próxima ocasión se puedan tomar el tiempo que realmente se merecen.

Por segundo año consecutivo el Winterfest cerró sus puertas con un buen sabor de boca en cuanto a las bandas elegidas y sus respectivas actuaciones. En ese aspecto todos salimos contentos. No obstante a tener en cuenta para otras ocasiones, el tiempo fue un factor muy limitante, principalmente por el hecho de dejar pasar tan poco margen entre la apertura de puertas y Balheim. Bien es cierto que hay que ser puntual, sobretodo cuando se pide, y que la sala Razzmatazz tiene sus horarios pero nosotros estuvimos allí cuando abrían las puertas y tras 25 minutos aún no habíamos entrado. Además, ir tan justo hizo que a la mínima que saltara un problema como el de Frozen Shield y su teclado, afectara al resto reduciendo considerablemente el tiempo de Northland, los cabezas de cartel.

Los fallos suceden, no se puede culpar a alguien concreto en lo que paso con ese teclado, pero con un margen más amplio de tiempo puede que no se hubiera acortado nada.

Dicho esto solo nos cabe desear que On Fire siga con sus ganas y empeño de montar conciertos de este calibre.

Crónica Rose Avalon, Frozen Shield y Lèpoka: Ireth
Crónica Northland: Xell
Fotos: Ireth