Después del verano nos había quedado pendiente la última parte de la crónica del Vagos Open Air. Aquí os dejamos el tercer día del festival, con nombres como Orphaned Land, Bloodbath u Overkill en su cartel.

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Domingo, último día del festival y tras un par de ajetreadas jornadas que incluyeron entre otras actividades, visitas a la playa, chiringuitos, buenas comidas con amigos, conciertos brutales y sobre todo, mucha fiesta, continuamos el tercer día con nuestros mejores planes para pasarlo genial en este fantástico festival, Vagos Open Air.

La mañana amaneció soleada como venía siendo habitual en la pequeña villa portuguesa, y cómo no, nos dispusimos a pasar nuestro tiempo hasta la hora de los conciertos de la forma más relajada posible intentando ahorrar energías para lo que nos esperaba esa misma tarde con nada menos que siete bandas para disfrutar. Así que nos pusimos de acuerdo con unos amigos y nos fuimos a unas piscinas de agua salada que estaban en una playa cercana, ante la imposibilidad de poder bañarse en el mar. Tras unos cuantos baños y alguna que otra siesta para sofocar la resaca del día anterior, la mañana se pasó volando y ya solo faltaba una buena comida para estar al cien por cien.

Cuál fue nuestra sorpresa al llegar al sitio de confianza en donde habíamos quedado, cuando además de los gallegos Mutant Squad también nos esperaban los miembros y algunos amigos de la banda portuguesa We Are Killing Ourselves que, tras haber cuajado una fantástica actuación el día anterior, se apuntaron a comer con nosotros antes de dirigirnos todos al concierto. Ni que decir tiene que fue una comida amena y divertida, salvo algunos lapsus derivados del idioma, de esas que recuerdas para siempre.

Ya por la tarde y después de reposar la comida, nos dispusimos a comenzar la jornada de conciertos y llegamos con el tiempo justo para ver a la primera banda del día, los portugueses Midnight Priest, que con su heavy metal más clásico y temas como "Thunderbay", "Hellbreaker" o "Made of Steel" ayudaron a caldear un ambiente que, a falta de el viento de los días anteriores, estaba más que caliente. Pero para eso están las barras, y con esos precios no hay calor que se digne a molestar.

Media hora de concierto de la banda portuguesa y ya estábamos listos para uno de los grupos que más ganas teníamos de ver en buenas condiciones, los australianos Ne Obliviscaris, que tras su prometedor paso por el Resurrection Fest, prometedor porque no estuvieron al cien por cien debido a la ausencia de su bajo perdido en el aeropuerto, era momento de verlos dándolo todo encima de un escenario con la formación completa y disfrutando del show. La banda del país de los canguros contentó a quienes ya los conocían y sorprendió a quienes no, con una apuesta contundente que entremezcla death metal melódico y ritmos más progresivos. Sonaron "Devour Me, Colossus (Part I): Blackholes", "Of Petrichor Weaves Black Noise", "Painters of the Tempest (Part II): Triptych Lux", "Pyrrhic" y se despidieron con "And Plague Flowers the Kaleidoscope", todos los temas de más de diez minutos de duración cada uno para hacer el total de una hora de concierto que no defraudó a ninguno de los presentes.

Llegada la media tarde, llegaba el momento para un poco de comedia y diversión en el escenario con el metal de temática pirata de Alestorm. No confundir con la banda que originalmente formaba parte del cartel pero que causó baja de última hora, Halestorm y por la cual los ingleses ocuparon su lugar.

Las canciones se sucedían entre caña y caña de cerveza, porque con una banda con un estilo tan festivo no podíamos hacer otra cosa que no fuera dejarnos llevar y empaparnos de la fiesta que acompaña a los ingleses allá a donde van. Entre bailes y risas sonaron temas clásicos de la banda como "Walk the Plank", "The Sunk'n Norwegian", "The famous Ol' Spiced", "Drink" o "Captain Morgan's Revenge", y aunque todos echamos de menos que sonara una canción como "Hangover", el concierto fue un auténtico recital de bromas y chistes de mano de su vocalista Christ Bowes, con pollo de goma incluido.

Después del desembarco de risas que fue el concierto de Alestorm, llegaba el turno para el metal progresivo con influencias del oriente próximo, de la mano de una de las bandas más comprometidas socialmente a nivel mundial, Orphaned Land. Los de Israel trajeron consigo un show sencillo pero muy completo. En lo poco más de una hora que duró su concierto pudimos escuchar tanto temas de su último disco All is One como de los anteriores trabajos de la banda, así sonaron por tierras portuguesas canciones como "All is One", "Sapari", "Norra El Norra", "In Thy Never Ending Way" o "Ornaments of Gold" con la que cerraron una gran actuación.

Ya había caído la noche en Vagos cuando Overkill, probablemente la banda más esperada del domingo, hacía acto de presencia en el escenario ante la impaciente multitud que los estaba esperando. Overkill salió con la fuerza que caracteriza sus conciertos y por mucho que los "haters" digan que Bobby "Blitz" es un anciano del metal, siempre se repite la misma historia, y es que no hay malos conciertos de Overkill. Abriendo con "XDM" y "Armorist", la intro y el tema que abren su último disco White Devil Armory, nos dejaron una buena parte de su historia con himnos como "Hammerhead", "Rotten to the Core", "Bring Me The Night", "Overkill", "Ironbound", "Elimination" o la clásica "Fuck You", versión de un tema de The Subhumans con la que acostumbran a cerrar los conciertos. La energía que desprenden todos los miembros de la banda es espectacular. Incluido su "anciano" vocalista Bobby pese a sus misteriosas desapariciones del escenario que se transforman en carreras cuando le toca entrar a los temas. En definitiva Overkill cumple siempre y pagar una entrada a uno de sus conciertos es, por regla general, un acierto. Larga vida a estos reyes del Thrash.

La noche iba llegando a su fin pero no sin antes deleitarnos con una de las bandas, de las que incluía el cartel, más complicadas de ver por estas tierras, Bloodbath. El súper grupo formado por miembros de bandas como Katatonia, Opeth o Paradise Lost levantó mucha expectación entre el público más afín al Death Metal que abarrotó el recinto para ver de cerca y disfrutar de esta espectacular banda, que a lo largo de la hora y media larga de la que dispusieron, nos regalaron temas como "Let the Stillborn Come to Me", "So You Die", "Weak Aside" o "Eaten" para que nadie se quejara de la hora, del cansancio o de nada similar que sirviera para poner como excusa y perderse ese gran concierto yéndose a dormir. Nosotros decidimos disfrutar de él con calma desde la parte de atrás mientras compartíamos la cena y unas cervezas con amigos, y hemos de resaltar que la calidad del sonido por aquella zona, algo más retrasada, no tenía nada que ver con el que había más adelante, aún con todo nos pareció un conciertazo por todo lo alto.

Solo faltaba, para poner el broche de oro al festival, los portugueses de IronSword que jugando en casa y haciendo un power metal épico, pusieron la guinda a un pastel al que pocos se quedaron ver terminar. Durante el tiempo que la banda tocaba, el público se iba diluyendo y emprendía el camino hacia las tiendas para emprender descansados el viaje del día siguiente. Nosotros, como no podía ser de otra forma, mantuvimos el tipo y nos quedamos hasta que acabó el concierto, bueno, más bien hasta que cerraron la barra de bebidas, momento en el que emprendimos camino a la tienda de campaña, con la cabeza centrada en poder volver a disfrutar de esta fantástica experiencia el año próximo. ¡Grande Vagos Open Air! ¡Nos vemos el año que viene!

Crónica: Pif
Fotos: Inma