Tras la primera parte de nuestro relato de Hellfest Open Air 2015, regresamos a tierras francesas para continuar con la segunda jornada del mastodóntico festival de Clisson con bandas como The AnswerGhost Brigade, Airbourne, Backyard Babies, Terror...

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Nuevo día en Clisson, nuevo día de protección solar, cerveza y música, mucha música. Nuestro plan inicial era levantarnos bastante pronto para poder visionar el concierto de Haken, pero al final nos fue imposible ducharnos, desayunar y estar listas para las 10:30, así que nos dirigimos a ver el final del concierto de Elder en el The Valley. Apenas pudimos presenciar “Compendium”, tema con el cerraron su actuación procedente de su último álbum Lore. 10 minutos de puro stoner/doom de Massachusetts. Nada nuevo bajo el sol, pero suficiente para arrancar el día con energía y quitarnos las lagañas de los ojos.

De los que sí veríamos su show completo sería de Der Weg Einer Freiheit, los cuales nos dejaron del revés en el Temple. Los alemantes tocaban un black metal de corte bastante melódico y atmosférico que recordaba a bandas del estilo de Agrypnie y que nos conquistó desde el primer acorde. No pudimos verlos cuando pasaron por Barcelona acompañando a Downfall of Gaia, por lo que no habíamos podido comprobar lo buenos que eran en directo este cuarteto. La media hora nos supo a poco y es que cuatro temas se pasan en nada. Dejando de lado su álbum debut, nos deleitaron con un tema de su nuevo álbum Stellar, “Einkehr” con el que darían comienzo al recital y dos temas de su segundo disco Unstille, “Lichtmensch” y “Zeichen”. Pero si hay que destacar un momento del concierto es cuando decidieron tocar “Der Stille Fluss” de su ep Agonie. Un tema muy melódico y sentimental, donde las guitarras tienen gran protagonismo y que sin duda ha pasado a un nuevo nivel ahora que es interpretado por Nikita, el cual antes solo se encarga de las guitarras. Un concierto que como bien hemos dicho fue demasiado corto, pero que sin duda fue espectacular.

Dejábamos de lado el black metal para dirigirnos al Mainstage a visiontar el rock de The Answer. La banda de un imperial Cormac Neeson, que incluso se animó a meterse en medio del público, presentaba Raise a Little Hell, un nuevo álbum recién salido a la calle. Y con él empezaron su recital. “I Am What I Am”, es su declaración de intenciones: puro rock n’ roll. “Spectacular” con la que dieron vida al público que se empezó a entusiasmar y “Demon Eyes” le siguieron, con las que hicieron un remember de New horizons y Everyday Demons , los predecesores de Raise a Little Hell, al que volvieron con “Red”, “Last Days of Summer” y “Raise a Little Hell”, tema que cierra y da nombre al álbum y el que usaron para dar el apunte final al show. Fue corto pero intenso a pesar de contar con temas no demasiado cañeros en el setlist. Una buena dosis de rock de corte clásico a primer ahora de la mañana que vino muy bien.

Tras el breve empache de rock, nos íbamos al segundo Mainstage para deleitarnos con la mágica música de Ghost Brigade. No era la primera vez que veíamos a los finlandeses en el Hellfest, ya van unas cuantas, pero nunca habían tocado en un escenario principal y es que con su último álbum IV – One With the Storm han subido unos cuantos peldaños en la industria musical (como anécdota, entre el público vimos a Gunnar de su discográfica Season of Mist muy orgulloso de verles en el escenario principal). Y si bien esto hizo que los de Jyväskylä reunieran más público, el hecho de no tocar en una carpa con sus luces y su atmósfera íntima y hacerlo en plena luz del día –encima cuando el sol calentaba más—deslució bastante su actuación. En sala y de noche, mucho mejor. Como era de esperar, se centraron en presentar su ya mencionado último trabajo y empezaron con el dúo formado por “Wretched Blues” y “Aurora”. Olvidando en el tintero su álbum debut se decidieron por tocar “Into the Black Light” –que de black light nada, porque el calor apremiaba demasiado—todo un himno para Ghost Brigade y rescataron “Breakwater” de su anterior trabajo. Para finalizar se decantaron por “Electra Complex”, nuevamente de este último cd. Siendo francas, las condiciones ambientales podrían haber sido mejores, pero los chicos hicieron un gran trabajo. Cortos de palabras pero extensos en calidad.

Regresábamos al black metal con una de las actuaciones más esperadas del festival. Craft no habían tocado en vivo hasta el pasado septiembre de 2014 y ese sábado daban su cuarto concierto en toda su historia. Para ser una novedad para ellos esto de tocar en vivo y en directo, el concierto fue de lujo. Black metal clásico con sus toques punkis en algunos temas dando el pistoletazo de salida con la magnánima “Fuck the Universe”. Un Nox algo estático pero sublime a las voces, con su black metal sin aditivos ni florituras, muy crudo y que incitó a que más de uno se volviese loco en el escenario. “Xenophobia” también fue una delicia para todos los allí presentes. Quizás hubiésemos preferido que le hubiera dedicado más tiempo al Terror Propaganda, pero no se puede tener todo en esta vida. Sabemos que han fichado recientemente por Season of Mist, por lo que esperamos se conviertan en una banda más fácil de ver en directo.

Dejábamos las carpas y regresábamos a los escenarios principales. Como no podía ser de otra forma Backyard Babies empezaron con “Th1rt3n or Nothing”, el single del nuevo trabajo que saldrá en agosto, For by Four supondrá o no su redención después de la decepción que supuso entre sus fans el último, del que solo interpretaron “Nomadic”. Por el momento el tema parece un reencuentro con el sonido que solían tener antaño, veremos que sale de ahí. 6 años sin un álbum les debería haber dado tiempo a parir algo bueno. El verdadero inicio llegó con “Highlights”, que supondría el adentrarnos en el sonido del Total 13 y siguió la misma estela con “The Clash”. Con “Dysfunctional Professional” recordarían el glorioso People like People like Us. El show iba avanzando y el público iba entrando en el trapo, tras una fantástica “Star War”, “Nomadic” hizo bajar las revoluciones. No obstante la traca final de la mano de “Look at You” y una fenomenal “Minus Celsisus” que lleva siendo desde que Stockholm Syndorme llego al mundo, un clásico de sobras conocido, volvieron a subir el listón para cerrar la velada de forma inmejorable. Un fin de sesión muy acertado el de los suecos.

Si bien a continuación iban a tocar los australianos, nos dividimos y una de nosotras se fue para ver el primer concierto en más de 10 años de Mütiilation. Conociendo la estrecha relación de Meyhna’ch con las drogas duras y el alcohol, y sabiendo como habían terminado alguna de sus actuaciones con su antigua banda Hell Militia, habíamos apostado porque su concierto fuera un completo desastre. Nada más lejos de la realidad, Willy parecía haberse puesto los pantalones por fin y centrarse en su faceta como vocalista. De esta forma, el concierto fue mejor de lo esperado, además de que el resto de miembros son los que forman Doctor Livingstone y ya sabían cómo comportarse sobre las tablas. El setlist bastante variado, con una perfecta “Transylvania” para animar a los presentes y una apabullante “Destroy Your Life for Satan” que puso los puntos sobre las íes y finalizó la actuación. Habrá que ver si esta banda mítica de black metal saca material nuevo y vuelve a subirse a un escenario o ha sido todo cosa de una sola vez y porque la oferta económica fue muy suculenta (tenemos entendido que la oferta fue muy generosa). Sea cual sea el siguiente paso de Meyhna’ch, para el recuerdo quedará una más que brillante actuación en Clisson.

Mientras, los australianos Airbourne, llamados a ser sucesores de AC/DC cuando nos abandonen, demostraron bajo un sol criminal que lo suyo no fue un álbum debut exitoso. Runnin’ Wild les catapultó a la fama en 2007 y de ahí no se han bajado. Los exitosos No Guts. No Glory y Black Dog Barking son prueba de que viven en estado de gracia desde entonces y una gran parte de este éxito es su directo. Los O’Keeffe, David y Justin se han ganado a pulso poder tocar en el principal del Hellfest y que no se les quede pequeño. Pues los chicos hacen ruido, mucho ruido y el público sencillamente los adora. La intensidad con la que Joel lo vive todo es realmente contagiosa. Si a esto sumamos que el joven cantante tiene un carisma innato y que tocaron temazos como “Too Much. Too Young. Too Fast”, “Girls in Black”, “Cheap Wine & Cheaper Women”, “Diamond in the Rough” y el ya más que clásico “Runnin’ Wild”, todo un himno de los australianos. Se origina un combinación letal que desemboca a un gran show en vivo. Incluso a pesar de tener el punto negativo de haberse quedado con el escenario silenciado hasta dos veces a las primeras de cambio, apañándoselas como pudieron para que el público no apagara motores. La entrada con el tema principal de Terminator 2 ya era un buen augurio realmente…

Tras el gran concierto vivido en el Mainstage I con Airbourne, nos tocó girar las cabezas para ver a L7 en el II. Pasando de un hard rock dinámico a un rock punk/grunge de la década de los ’80-‘90. Procedentes de los ángeles y con una historia que puso un punto y aparte en el 2000. Las chicas de L7 anunciaron su vuelta a principios de este año y una buena ocasión para mostrar cómo les ha sentado el paso del tiempo fue el Hellfest. Donita Sparks y Suzi Gardner son unas supervivientes de la época post-grunge que crearon una maravilla llamada Bricks Are Heavy en 1992 y que probablemente si son reconocidas actualmente es por “Pretend We’re Dead” (tema incluido en el Grand Theft Auto: Sant Andreas). L7 interpretaron un set que muestra esa fusión entre el grunge y el punk por lo que se hicieron conocidas en su día. “Shitlist” y “Monster”, sonaron en representación de su vena más grunge en contraposición al aire punk que tienen “Andres”, “Slide” y “Everglade”. Lo que si comparten es el sonido pesado y rudo de los bajos y un ritmo con pocas alteraciones, quizás su mayor pega.

Ahab hacían lo propio en el escenario The Valley. El sonido fue bastante bueno y la voz de Daniel retumbaba por toda la carpa, pero aún sin explicarme cómo, el concierto fue bastante decepcionante. Quizás fuese que a las cinco de la tarde una buena dosis del doom/death más pesado y lento no te entra ni con vaselina o quizás fuera que en esos momentos no supiéramos conectar con la propuesta de los alemanes, el caso es que les hemos visto dar auténticos espectáculos y el de ese sábado no lo fue. El público tampoco parecía estar disfrutándolo y pese a que la música precisamente no invitaba a la felicidad extrema, el ambiente estaba demasiado apagado. Al menos os podemos decir que “Old Thunder” fue maravillosa y solo nos faltó una pantalla con Moby Dick reproduciéndose.

Fuimos corriendo a la otra punta del festival para ver a Terror dar una actuación de lo más extraña en el Warzone. Decimos extraña porque, debido a temas de salud, el bajista de la banda, David Wood, tomaba el testigo de Scott a las voces. Pese a ello, dieron un muy buen espectáculo y en el foso no nos paraba de llover público constantemente. Hardcor punk clásico directo a la médula y con la ya brillante “Keepers of the Faith” para cerrar. Llegaron a subir un invitado al escenario, pero no llegamos a ver quien era.

Una de nosotras descansaba y otra seguía disfrutando de la música. Y decimos disfrutar porque lo de Coffins fue increíble. Death/doom old school, simple y directo y lleno de tupatupas. Los japoneses demostraron tener calidad a raudales y una profesionalidad increíble y consiguieron quitarnos ese sabor agridulce que nos había dejado la actuación de los náuticos del doom. Sin duda, sus 50 min. de set fueron de lo mejorcito que pasó por Clisson ese sábado y esperamos que podamos verlos por Europa otra vez muy pronto.

Una visita a la tienda que nos dio la vida y de vuelta al campo de batalla con Ensiferum en el Temple. Momento de volver a sacar ese lado adolescente. Nosotros nos quedamos en los tiempos del Iron, con algunas escuchas al homónimo y al From Afar. A partir de ahí, todo se vuelve borroso y disperso. No obstante, ver al quinteto después de varios intentos fue motivo más que suficientes para querer ir a la presentación de One Marn Army. “March of War”, intro del disco empalmada con “Axe of Judgment” y seguida por “Heathen Horde” dieron el pistoletazo de salida al concierto al igual que hacen con el último retoño. Por suerte con “Twilight Tavern” del From Afar y “Treacherous Gods” de su homónimo dieron un respire y remaron en aguas conocidas. “Warrior Without a War” devolvió a la cruda realidad en la que lo nuevo ganaba el pulso a lo antiguo. No obstante una apoteósica “Lai Lai Hei” acudió al rescate. “Burning Leaves” y “Two of Spades” re-engancharon a medio Temple, pero dejaron frío a otra buena parte que esperaba un cierre distinto. Igual otro clásico archiconocido hubiera sido una mejor elección para concluir.

Realizamos una visita rápida a Orange Goblin incluso a riesgo de no pillar buen sitio para ver al gran Mike Patton porque, sinceramente, Ben Ward siempre cumple. Si en el pasado Day of Doom de Barcelona nos dejaron con el culo torcido, esta vez volvieron a hacer lo propio con “The Devil’s Whip” o “Saruman’s Wish”. Una pequeña dosis de stoner del bueno antes de dirigirnos a Faith No More. Ver a Mike Patton de blanco inmaculado encima de un escenario era un sueño hecho realidad. No habiendo tenido nunca oportunidad de verles, nuestro equipo disfrutó como enanos y hasta pasamos por alta esa atrocidad llamada “Motherfucker” con la que empezaron el repertorio (no, no somos muy fans del regreso a estudio de Faith No More). Un show divertido como era de esperar, con un Mike Patton charlatán y bromista incluso con el personal de seguridad, con el que se intercambió la camiseta. La llegada de “Epic” supuso el jolgorio y locura de todo Clisson, así como “Midlife Crisis” supuso un regalo caído del cielo. “Ashes to Ashes” también fue recibida con los brazos abiertos por todos nosotros y en definitiva podemos decir que Mike Patton se metió a los franceses en el bolsillo aún después de sus pullitas en contra del heavy metal. ¿Hemos dicho ya larga vida a Mike Patton? ¿No? Pues eso, larga vida a este genio y que alguien se digne a traerlos a España, por lo que más queráis.

A pesar del bolazo que dio Faith No More, estos tuvieron un fuerte competidor en la Warzone. Madball pusieron patas arriba ese escenario. Con el sol poniéndose y un Mainstage II lleno mientras en el Temple también llenaban Mayhem, los norteamericanos no fallaron. El día y el lugar requerían un gran repertorio y una puesta en escena potente. Y eso es exactamente lo que hicieron. Al ritmo de “DNA”, “Hardcore Lives” y “Doc Marten Stomps”, representantes del último álbum que lleva por nombre “Hardcore Lives”. Efectivamente, el harcdcore está muy vivo en ellos. Una tremenda “Look My Way”dejó un listón alto, en ella soltaron todo lo que tienen en su haber para despertar a cualquiera de un largo letargo. Aunque no menos hicieron Freddy, Hoya Roc y Mitts, junto a Mike Justian, el batería (uno que paree haberse quedado definitivamente) casi al final con “Pride (Times Are Changing)”. Pura tralla descargada con rabia y mucha fuerza. Energía en forma de potencia y dureza. Entre el público se vieron consecutivos surfers y pogos, que alimentaban la motivación mútua. El gentío respondió y el sonido se comportó. ¿Qué más se puede pedir?

La noche tomaba el rumbo hacia el final con Scorpions en el Mainstage I. Toda una leyenda del rock mundial y está claro que verles por lo menos una vez en la vida es una oportunidad que no debería perder nadie. No obstante, si no eres un gran fan de lo que hacen a nivel musical, el show de casi 2h puede hacerse lento y pesado, pues no olvidemos que la mitad aproximada de la discografía de Scorpions son sus power balads. Y tras Faith No More, Madball y Mayhem, a nosotros nos desentonó un poco. Los ialemanes el año que viene iniciaran la gira de su 50 aniversario, que se dice rápido. Rudolf y Klaus llevan al frente de la formación (sobretodo Rudolf) muchos años y siempre usando la misma fórmula, incluso en directo. Realmente, ¿para que canviar algo que ya funciona? Su set list es largo, tanto tiempo da para mucho y si encima hacen dos rondas de empalmar temas aquí puede caber de todo. Eso fue lo que hicieron con “Top the Bill”, “Steamrock Fever”, “Speedy’s Coming” y “Catch Your Train”; “Always Somewhere”, “Eye of The Storm” y “Send me an Angel” (en versión acústica) seguidas de la archiconocida “Wind of Change”. Tras estos 20 minutos de non-stop, las revoluciones bajaron y el cansancio se adueñó de algunos. Lo dicho, un show largo justo después de bandas que son pura tralla. No obstante lo bueno se va hacia el final y en su caso lo que les hace más especiales estuvo allí. Una vez vuelven al escenario para interpretar la balada “Still Lovin’ You”, para luego saltar a la rápida “Rock You like a hurricane” todo se vuelve apoteósico, y concluyes que mereció la pena.

Después del pastel –en el buen sentido—que supuso Scorpions, tuvimos que regresar a la senda del metal y darnos un buen baño con Venom. Qué decir de esta vieja leyenda que no se haya dicho ya. Sonaron de lujo y Cronos destrozó el The Temple con su bajo. Un setlist que supo contentar tanto a nuevos como viejos fans y una carpa que gritó a pleno pulmón “lay down your soul to the gods rock’n’roll”. Nos faltó “In League With Satan”(aunque sí tuvimos “Witching Hour”) pero es una minucia si lo comparamos con el buen sabor de boca que nos dejó el show de los ingleses. Antes de irnos a seguir la fiesta en el Metalcorner, pusimos los ojos sobre el final del show de Marilyn Manson. Lo de este personaje ya es lamentable. Parece haber hecho un buen regreso con su último álbum de estudio, pero en directo no es capaz de defenderlo como es debido. Pudimos ver “Rock is Dead”, “Antichrist Superstar” y el cierre con “The Beautiful People”, en la cual nos pusimos a cantar “que viene Fofito” pues era mucho más interesante hacer nosotros el payaso que ver al soplagaitas de Manson intentando cantar.

Después de echarnos unas risas con el señorito Manson, pusimos rumbo al Metalcorner para darnos las últimas cervezas y presenciar el ya característico show de percursión de todos los años. Esa gente que va con algunas copas de más y no quiere irse a dormir y considera golpear cubos de basura y mesas de madera una gran idea para realizar de madrugada. A nosotros nos amenizó las cervezas y ellos estaban entretenidos. Ya solo restaba un día de festival y nosotros nos íbamos a reponer fuerzas para darlo todo el domingo.

Crónica y fotos: Xell e Ireth

Hellfest - Crónica día 1