Seguimos con nuestro relato del Resurrection Fest. Y tras hablaros ayer de la primera jornada de calentamiento, hoy vamos a por el jueves, segundo día de festival en el que las cosas comenzaron a ponerse serias con Suicide Silence, Refused o Berri Txarrak, entre otros.

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Aún con la resaca que nos había dejado el warm-up, nos preparábamos para la primera jornada del festival. Como viene siendo tradición, la marcha imperial de Star Wars nos avisaba de que ya habían abierto puertas y fuimos a ser testigos de la primera banda del día. El sol apremiaba y mucho, pero eso no pareció importar a los seguidos más acérrimos de Brothers Til We Die, los cuales habían conseguido arrejuntar a un buen rebaño a tan temprana hora. Los madrileños fueron uno de los tres ganadores del Band Contest Estrella Galicia 2015 y tras haber podido verlos en acción este pasado jueves, os podemos asegurar que lo tienen completamente merecido. Hardcore muy enérgico y una completa entrega sobre el Chaos Stage es lo que nos ofrecieron los de Madrid. Incluso se dieron el gusto de grabar un videoclip durante la canción “Cain et Abel” (aunque personalmente nos quedamos con el último corte, “Real Eyes Realize Lies”). Sin duda, habíamos empezado el festival con buen pie.

 

Aprovechamos el breve tiempo de descanso hasta que llegase el turno de los jardines para dar una vuelta y observar el recinto al completo. Prácticamente idéntico al año anterior, con la particularidad de que el Ritual Stage ahora estaba orientado hacía sentido contrario y con el debido rescate al área dedicada al skate y al trial. Las mismas barras y los mismos baños e incluso la misma disposición de los puntos de venta del merch oficial. Merch que, por cierto, se agota en seguida y quizás habría que empezar a considerar realizar más cantidad. Con el calor que estaba haciendo, por supuesto tuvimos que pedirnos nuestras primeras cervezas y hay que mencionar que había que elegir muy bien donde pedirlas, ya que algunas estaban bastante calientes. Y la verdad, al precio que se vendían, lo mínimo que podían hacer es darlas bien fresquitas.

Terminada la primera ronda de reconocimiento, nos fuimos a la primera dosis de metal instrumental del día. Jardín de la Croix dieron una masterclass en maestría y clase sobre el Chaos Stage. Nos alegra ver que la organización del Resurrection Fest cada año apuesta más por traer bandas de post-rock y más si son producto nacional. El viento hizo que el sonido principal menguara un poco, pero nada que estos chicos pudieran solventar con entrega y calidad. Finalizar con “Talking With Planets” fue, sencillamente, espectacular. Una buena demostración de cómo hay que mezclar varios estilos musicales, del math-rock pasando por el post-rock hasta el progresivo.

Fuimos raudos y veloces para llegar a tiempo al Resucamp, donde se iba a realizar un show acústico de Toundra. Iban con algo de retraso, lo que nos permitió charlar largo y tendido con algún integrante de la banda y confirmar lo cercanos que son con su público. Lamentablemente, creo que el sol fue más protagonista que ellos mismos –los propios Toundra bromearon con ello dándole las gracias al técnico de luces—y a algunos momentos se hizo insoportable permanecer allí (tuvimos hasta que cometer la atrocidad de echarle hielo a la cerveza). Pese a ello, el cuarteto dio un gran show pese a lo breve del encuentro y demostraron una vez más porque están donde están ahora mismo. Una de las grandes bandas que han salido de la península.

Y ahora que mencionamos el Resucamp, otro pequeño inciso. Si bien es una brillante idea habilitar un espacio donde acampar justo al lado del recinto del festival, creemos que aún necesita alguna otra mejora o simplemente mejor organización. Se dieron unas medidas muy concretas en la página web y luego allí en cuerpo presente resultaron ser otras. Y además, el olor llegó a resultar bastante molesto, aunque si bien en este asunto nada podrán hacer los chicos de la organización, pero había que mencionarlo. Tampoco estaría nada mal abaratar un poco la parcela si va a ser de uso individual, no todos viajamos en compañía y/o nos gusta compartir tienda.

Ya de vuelta al recinto, pudimos presenciar el final de la actuación de The Algorithm. Nuestra más sincera opinión es que estuvo totalmente desaprovechada. Tal y como alguno de nosotros pudo comprobar en el pasado Be Prog! My Friend, Rémi Gallardo es un gran talentoso capaz de resucitar a los muertos y su música gana mucho más protagonismo en una carpa, con su juego de luces y, por supuesto, de noche. Supongo que debido a las circunstancias de su inclusión en el cartel a último minuto jugaron un papel decisivo en colocarlo en el slot que lo hicieron, pero deberían considerar volver a traer a este dúo y montar una buena fiesta con ellos.

Con un sol de justicia que hacía que la gente se arrejuntara bajo la carpa del Ritual Stage como si tuvieran frío, aunque fuese todo lo contrario, comenzaron su concierto Defeater. Los estadounidenses, que practican un estilo entre hardcore y punk rock, aprovecharon su gira europea para pasarse por tierras gallegas y darle una alegría a su público, el cual desde el comienzo del espectáculo no paró de botar en las primeras filas arropando a la banda y disfrutando del escaso tiempo que tenían. Su música se nos hizo bastante repetitiva, exceptuando temas como "Bastards", "No Savior" o la que cerró la actuación "Cowardice", el resto nos parecía todo bastante similar. Y no debíamos ser los únicos, puesto exceptuando las primeras filas, parecía que el público estuviera bajo la carpa para esconderse de un sol que a esas horas de la tarde ya llevaba todo el día calentando las ideas de la gente. En resumen, un concierto entretenido para pasar la tarde esperando los platos fuertes.

Turno para una de las actuaciones más tediosas del Resurrection Fest y nuestra primera incursión al escenario principal. Sentimos ser tan directos, pero lo de Soulfy ya huele bastante y ni un “Refuse/Resist” de Sepultura los salva. Sin duda lo de Max Cavalera es el negocio familiar, pero si bien con Cavalera Conspiracy le funciona de maravilla, con Soulfly todo lo contrario. Llevan años dando el mismo show, con las mismas canciones y sacando discos que repiten la misma fórmula una y otra vez. Y el público, no es tonto, podrás contentarlos de esta manera una, dos e incluso hasta tres veces, pero cuatro ya no. Renovarse o morir, que dicen por ahí.

Sobre las ocho y media de la tarde en el Chaos Stage salían al escenario una de las bandas más conocidas y más queridas de este festival, Suicide Silence. En un perfecto español latino, su vocalista Hernan "Eddy" Hermida, se dirigía al respetable para decir que estaba muy orgulloso de estar en Galicia ya que sus abuelos eran de esa tierra y que estaba encantado de tocar en "su" país, algo que levantó una gran ovación y algunas sonrisas entre el público más cercano. Tras irse solucionando algunos problemillas de sonido en ese stage durante el día, la banda californiana salió con un sonido brutal y una actitud fantástica provocando que el público poco a poco fuera levantando esa ya característica polvareda de delante del escenario, tan típica de los festivales de este país. La gente ya las conoce y viene preparada de casa con su pañoleta a modo de máscara, así que eso no es problema para responder a la banda como se merece y regalarles unos buenos "pits" para contribuir a la fiesta. Incluso el vocalista Eddy advertía a la seguridad de que no dejaran caer a los que llegaban haciendo crowdsurfing, para acto seguido montar un Wall of Death. Sonaron canciones de sus cuatro discos, abriendo con "Unanswered", tocando temas como "Fuck Everything" o "Wake Up" y finalizando el show con "You Only Live Once" con la presencia de los peques del Resukids subidos al escenario y bailando. Todo un detalle que terminó de meterse al público en el bolsillo.

Pero si lo de Suicide Silence nos había dejado buen sabor de boca, lo de Refused fue algo completamente de otra liga, para lo bueno y para lo malo. Digo para lo malo porque una panda de mequetrefes, por no decir palabras peores, se dedicaron a robar móviles a todos aquellos que estaban en las primeras filas disfrutando del gran concierto que estaban dando Refused. Y si bien la organización actuó rápido y en consecuencia, el disgusto no se lo quitamos a nadie. Dejando los robos a parte, de los que lamentablemente habrá que volver a hablar, los suecos dieron un concierto de aúpa. Apenas tocaron tres temas de su último disco Freedom dejando mayor lugar en el setlist para grandes clásicos: “Rather Be Dead”, “The Shape of Punk to Come” (con Raining Blood a modo de intro) o la archiconocida “New Noise” con la que dieron carpetazo a su show. Una entrega total y completa, tanto por parte de la banda como por parte del público, resultaron en uno de los mejores conciertos del festival. ¡Estamos de suerte porque los podemos ver pronto acompañando a Rise Against en su gira europea este octubre!

Con la noche ya caída, el público se dividía entre el Chaos Stage y el Ritual Stage para disfrutar de dos conciertos completamente distintos. Por una parte teníamos a Comeback Kid repartiendo cera en la carpa, como bien nos tienen acostumbrados los canadienses. Lamentablemente, aquí debemos hacer otro hincapié en el tema robos, ya que a uno de nosotros nos intentaron robar, directamente, la mochila entera. Sabemos perfectamente que poco podía hacer la organización en todo esto más de lo que ya hizo, pues en todo momento avisaron de los robos que se estaban produciendo, pero como hemos dicho antes, el sabor agridulce a esta edición del Resurrection ya no nos lo quita nadie. Se llegaron incluso a robar hasta dos cámaras réflex a gente que estaba haciendo fotos fuera del foso –y esto es lo que pasa cuando se anima a poder entrar tu cámara réflex al recinto pese a no haber recibido acceso al foso, donde hay una seguridad y el fotógrafo puede hacer su trabajo como es debido—un sinfín de móviles, carteras, rajaron mochilas… Algo que precisamente nos gustaba mucho del festival era el buen ambiente que reinaba y es una pena que este año se viera empañado por estas circunstancias.

Volviendo al tema de los canadienses, nos brindaron un set plagado de sus mejores temas: “G.M. Vincent & I”, “Wasted Arrows”, “False Idols Falls”, “Do Yourself a Favor” o la magnánime “Wake the Dead” con la que pusieron fin al concierto. Incluso se atrevieron con un cover de Nirvana, “Territorial Pissings”. Tal vez no fuera el concierto más brillante de la jornada, pero sirvió para devolvernos un poco la sonrisa después del disgusto. Pero mientras unos nos dábamos un paseo por Canadá, los otros estaban dándolo por Polonia. Decapitated dio un concierto que si bien contentó a muchos y les pudo parecer lo mejor del festival, para otros tampoco fue para tanto. Tuvieron ligeros problemas de sonido pero las ganas que teníamos de disfrutar de ellos hicieron que los pasáramos por alto. El concierto comenzó con una banda fría en el escenario, pero que, gracias a un setlist con el que es muy difícil fallar, supo venirse arriba y animar al personal, y a ellos mismos, para acabar dando un concierto en nuestra opinión más que digno. Comenzaron con "Exiled in the Flesh", se sucedieron temas como "Blood Mantra" y "Carnival is Forever", tocaron "Pest" y "Day69", para cerrar con el público como loco y su "Spheres of Madness". Un final apoteósico que salvó un concierto que podría haber sido otra cosa si los polacos hubieran salido con las pilas puestas.

 

Nada más terminar Decapitated, salimos corriendo para coger sitio y poder ver a Zakk Wylde y su Black Label Society, pero ante la avalancha de gente nos decidimos por subir a la zona de Pandemonium, que era la zona destinada para la prensa y que compartía ubicación con la zona V.I.P., y ver el concierto tranquilo, ambiente que le pega mucho a esta banda. Nada más lejos de la realidad. La zona "V.I.P." estaba abarrotada de gente que había pagado sus cincuenta euritos para codearse con famosetes, algún artista de bandas presentes que se debía haber perdido y andaba por allí, compañeros de la prensa, gente de la organización, personal de los patrocinadores, un Galipizza, algún doble de Zakk Wylde y nos pareció ver hasta un unicornio y a La Santa Compaña haciendo una conga por allí. Así que de tranquilo nada. Abriéndonos paso entre los distintos obstáculos y algún borrachín que otro, conseguimos encaramarnos a la plataforma para "ver" los conciertos, que estaba más orientada hacia el bar que al propio escenario, y ubicándonos en una esquina de la misma, nos dispusimos a intentar "ver" algo del show.

Admiramos mucho a Zakk Wylde como músico, pero su banda, con temas que pueden llegar a aburrir a las plantas, no creo que sea lo más adecuado para un festival, sobre todo a esas horas y después del cansancio acumulado de todo el día. Creemos que un concierto suyo, como tal, en una sala, contentaría mucho más a sus fans y los podrían disfrutar mejor. Además si a esto le añades los problemas de sonido presentes durante todo el festival en el Main Stage (el viento es lo que tiene, no se le puede controlar). pues ya te puedes hacer una idea. Black Label Society sonaron bastante bien pero con esos solos de más de diez minutos que se marca el líder, se nos llegaron a hacer pesados. Entre los temas que eligieron para presentar su último disco Catacombs of the Black Vatican estaban "Heart Of Darkness", "My Dying Time" o "Angel of Mercy" y no faltaron temas míticos de la banda como "Bleed For Me" o "Stillborn" con el que pusieron el cierre a un concierto que a los más fans de la banda seguro que habrá gustado pero que personalmente no cumplió con las expectativas de este equipo. Habrá que esperar y darles otra oportunidad en el próximo Vagos Open Air.

Uno de los fallos más graves en los horarios se hizo notar cuando saltaron Cannibal Corpse al escenario del Chaos Stage a la hora que, según los horarios impresos en papel, le tocaba el turno a Suicide Silence. Muchos ya lo sabíamos porque teníamos la aplicación del móvil o porque nos lo habían chivado, pero sí que es cierto que alguna cara de sorpresa entre el público sí que se vio cuando Mr. Fisher salió a escena y empezó a darle cuerda al particular helicóptero que tiene como cuello. El concierto comenzó de forma espectacular. Con un sonido contundente que funcionaba a la perfección en "Scourge Of Iron" y que continuó todo el show. Tema tras tema, la banda y el público se daban todo el uno al otro y todo iba sobre ruedas hasta que, como en aquel título de película de los 70, "De repente, la oscuridad". Todo el escenario se fue a oscuras hasta que saltaron las luces de emergencia, lo que provocó alguna que otra protesta por parte de los presentes que veían como si no era por el sonido era por las luces, pero que estaban destinados a no ver un concierto perfecto en ese escenario. La banda resignada decidió continuar con el show, mucho menos vistoso ahora sin el juego de luces, y que les obligó a esforzarse aún más para contentar a los presentes. Y pese a las adversidades, lo consiguieron. El concierto acabó con "Hammer Smashed Face" y "Devoured by Vermin" pero sobre todo acabó con las cervicales de muchos de los que estábamos allí y que al día siguiente no nos bastaría con un simple ibuprofeno para el dolor de cuello. Como siempre grandes estos Cannibal Corpse.

Para ir poniéndole punto final a la noche del primer día del festival, y para paliar un poco el cansancio, nos dispusimos a volver a la zona de Pandemonium para tomar algo mientras veíamos el espectáculo de los vascos de Berri Txarrak, banda que, personalmente, no habíamos podido disfrutar en directo y que teníamos bastantes ganas de ver. Conseguimos posicionarnos para "verlos" al lado de un simpático grupo de nativos a los cuales las bebidas sin alcohol les debían de hacer daño al estómago, pero que eran muy majetes y cantaban las canciones como si se las supieran, pero no. En lo concerniente al concierto, qué decir del sonido del Main Stage que no hayamos dicho ya. Desde las primeras filas la gente parecía que lo disfrutaba bailando, con distintos mosh y polvareda, pero desde algo más alejados a ese escenario le faltaba potencia. Aún así al público se le veía entregado y la banda se lo agradeció con un buen show. Un setlist cargado de temas de su último trabajo Denbora Da Poligrafo Bakarra pero sin olvidarse de los preferidos del público ya que esta es la gira del 20º aniversario de la banda y al público iba dedicado el concierto. Sonaron canciones como "Denak ez du Balio", "Zerbait Asmatuko Dugu", "Ikasten" o "Oihu" para un total de 19 canciones y un buen rato de concierto, que fue la delicia de todo fan acérrimo de la banda.

Lamentablemente, el cansancio hizo mella y nos decantamos por irnos a reposar y recobrar fuerzas para la segunda jornada. Toundra eran sin duda una banda que queríamos volver a ver después de la pequeña demostración que nos dieron con su show acústico, pero sin duda el gran fallo del horario fue ponerlos a tan tardía hora. Afortunadamente, creemos que están en su mejor momento y tendremos más oportunidades de verlos en concierto.

Crónica: Xell y Pif

Fotos: Resurrection Fest

 


Crónica día 1 - Warm up!