Un miércoles de octubre nos fuimos a la mítica sala La Riviera de Madrid para disfrutar de una de las giras del año. Los estadounidenses Kamelot se presentaban en la capital dentro de su extenso tour europeo junto a tres grupazos invitados: Frozen Crown, Ad Infinitum y Blackbriar.
¡Aquí os dejamos la crónica de una noche irrepetible!
Tenía una deuda por saldar conmigo mismo pero hasta ahora no había podido ver a Kamelot en directo. Si bien es una banda en la que hasta hace unos pocos años no había puesto mi foco de atención, llevan una carrera larga y no había coincidido con ellos en otros conciertos o festivales y tenía muchísimas ganas de verlos, especialmente desde la salida de "The Awakening", que es un discazo, probablemente el mejor de la etapa de Tommy Karevik.
La gira de presentación de dicho disco pasaba por la sala La Riviera de Madrid el pasado 23 de octubre y no de cualquier manera, porque venían acompañados de otros tres grupos internacionales: Frozen Crown, Ad Infinitum y Blackbriar. Un cartel atractivo a un precio (32 euros) que para los tiempos que corren no es excesivo, por lo que era una cita para no perdérsela. Otro tema, y ya que hablamos de precios, es el del merchandising, que cada concierto al que voy alcanza precios aún más ridículos que el anterior. De verdad que no sé si los grupos pretenden que se vendan como churros las camisetas si están a 40€ la pieza.
El único "pero" de ser cuatro bandas es que las actuaciones arrancaban muy pronto. A las 18:30 abrían fuego los italianos Frozen Crown ante una sala aún a medio llenar (no se llenaría finalmente, pero sí tuvo una entrada bastante aceptable) para descargar su power metal en un concierto en el que todo se vio un poco precipitado. Disponían sólo de media hora para completar un set list de seis temas, por lo que las canciones se sucedieron sin un segundo para parar a respirar, ni discursos, ni agradecimientos ni nada por el estilo. Hasta la foto finish se vio apresurada.
Pese a eso, Frozen Crown estuvieron muy bien, con buen sonido (como el resto de bandas, perfecto siempre) y me convencieron mucho más que las otras dos veces que los he visto, que me parecieron una banda muy sin más. En Madrid les vi con más energía y convenciendo más, me gustó especialmente su guitarrista Fabiola, cuya mano se movía por el mástil a una velocidad admirable. En cuanto al repertorio, no se centraron en un disco en concreto e hicieron un repaso de su discografía, con "Call of the north", "King", "Steel and gold", "Far beyond", la final "I am the Tyrant", e incluso lo más reciente con "War hearts". El público los apoyó y dieron un concierto enérgico, una buena manera de abrir la tarde.
Tras 15 escasos minutos de cambio, salía Ad Infinitum al escenario con "Follow me down" y "Aftermath", ambos de su último disco "Abyss". Al contrario que Frozen Crown, los de Melissa Bonny sí se centraron mucho en su último disco, y de las diez canciones del set, siete fueron del último trabajo, hecho que deja claro la firme apuesta del grupo por esta nueva etapa en la que se desmarcan un poco del metal sinfónico de su anterior trilogía. En una frase resumida, Ad Infinitum triunfó en Madrid. Los elementos modernos, electrónicos y pop con los que ahora juguetea la banda calaron muy bien y el público estuvo especialmente ruidoso con ellos, algo que parecía sorprender a la propia vocalista.
Visualmente, la banda apostó por unos paneles de luces extra que quedaron muy pintones, se nota que el grupo ha diseñado con cuidado el espectáculo de luces. Melissa Bonny estuvo espectacular, constantemente bailando, posando y llenando el escenario con mucha energía y simpatía. Ella misma pediría saltos para "Upside down", una de las que mejor funcionaron y reconocía que próximamente estrenarán el vídeo de "Anthem for the broken", que ya tienen hecho. "Animals" me gustó mucho, al igual que la final "Unstoppable", con la que se despidieron entre vítores y aplausos. Muy buen concierto.
Los siguientes fueron Blackbriar y tocaba cambiar de estilo. De la energía y las canciones más accesibles de Ad Infinitum, pasábamos al metal gótico y tenebroso de los neerlandeses. En un inicio de concierto atípico, era la vocalista Zora la primera en aparecer en el escenario, con un velo de novia negro cantando "Mortal remains" sin acompañantes hasta que la canción rompe y ya aparecieron el resto de músicos. El género más pausado y oscuro de Blackbriar pilló a la gente un tanto por sorpresa al principio, aunque tras tres temas el personal entró en el concierto y aquello fue rodado. 45 minutos de concierto de una banda que también me gustó mucho. Toda la puesta en escena gira en torno a esa atmósfera oscura que ambienta perfectamente la voz chillona de Zora. El resto de la banda también estuvo muy bien, sin parar de moverse y animando el concierto, especialmente el bajista Siebe Sol Sijpkens y el teclista Ruben Wijga.
Se noto en la respuesta de "I´d rather burn" que es un tema clave del grupo, mucha gente lo cantaba y celebró su llegada, la verdad es que es a mí también me encanta. "Arms of the ocean" subió la intensidad y otro de los que más me gustó, seguido de "Selkie" y "Deadly diminuendo", que también tuvo muy buena respuesta. Para el final dejaron "Cicada" y "Until eternity", con el que dejaron también buen sabor de boca a pesar de que su estilo no es fácil de asimilar si no sabes lo que te vas a encontrar.
Y por fin llegó lo que esperábamos todos los presentes. Pese a ser la gira de "The awakening", era "Veil of Elysium" del disco "Haven" la que abrió el concierto de Kamelot, acompañados por los coros y segundas voces de Melissa Bonny en este y otros muchos temas. El inicio no pudo ser más trepidante, en el que pudimos comprobar que Kamelot no sólo vive de temazos sino que también tienen preparado un show visual muy por encima de otros grupos de su nivel. El escenario cuenta con un telón gigante, columnas de humo y dos plataformas grandes para el teclado y la batería, muy llamativa también, pero quiero destacar el show de luces, que está pensado todo hasta el último milímetro y eleva el concierto a una categoría muy superior. Simplemente espectacular. Los movimientos, las poses de Tommy y Melissa… todo pensado para hacer un espectáculo épico.
"Rule the world" fue la primera en sonar de la anterior etapa, buenísima, seguida de la que más me gustó de la noche, el temazo "Opus of the night", muy teatralizada por ambos vocalistas y donde se pudo comprobar claramente el espectáculo de luces que comentaba. La banda tampoco se anduvo con muchos discursos ni presentaciones, e iban descargando temas como "Insomnia", "When the lights are down", que tuvo un griterío del público increíble, "Vespertine" o "New Babylon". Especialmente las canciones de la etapa de Tommy Karevik, que por cierto estuvo a un nivel altísimo, son muy recargadas y tienen muchos elementos que tuvieron que disparar pregrabados, quizá en algunos momentos una cantidad un poco exagerada.
Tanto Tommy como Sean y Thomas interactuaban mucho con la primera fila de público mediante una plataforma muy cercana a ellos, algo que seguro agradecieron. Se iban alternando canciones de las dos etapas de la banda, con respuesta más o menos parecida, salvo los grandes clásicos que obviamente son más celebrados. "Karma" y "Sacrimony" llegaron antes de una pequeña parte más plana que formaron "The human stain", "Willow", que no es tampoco su mejor balada ni mucho menos y un solo de batería de Alex Landenburg que, aunque no estuvo mal, menos mal que no fue muy largo, porque siempre me sobran. "March of Mephisto" era esperadísima y me gustó mucho en directo, con el escenario teñido de rojo intenso y Melissa muy agresiva en los guturales. La locura se desató con "Forever" y su estribillo, clasicazo donde los haya. Eso sí, la alargaron hasta más allá del hastío con juegos con el público y presentaciones.
La hora y media se pasó volando, pero ya llegaba aquello a su fin y sonó "One more flag in the ground", con una cantidad de elementos pregrabados que realmente me aturdió y, aunque engrandecen el tema, me hacen fruncir un poco el ceño. El final definitivo, como siempre, llegó con "Liar liar", espectacular como no puede ser de otra manera. Salí de la sala con la sensación de haber visto un grupazo de muy alto nivel, enormes Kamelot.
En conclusión, una noche de éxito rotundo. Organización perfecta en cuanto a cumplimiento de horarios, sonido espectacular de todas las bandas y cuatro grandes conciertos. No hace falta añadir más.
Crónica y fotos: Luis Martín