El pasado martes 8 de julio, estuvimos disfrutando del directo de Hamlet en la Semana Negra de Gijón. Hoy FelipeSM nos presenta su crónica de la noche con una extensa galería de fotos.

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Asiduos de nuestra región en los últimos tiempos y rara vez no han salido vencedores. Algo así debió pensar la organización de la Semana Negra cuando llamó a Hamlet para formar parte del cartel de su vigesimoséptima edición. Una nueva apuesta por el metal, dentro de un programa que intenta aglutinar todos los estilos posibles sin caer al menos por el momento, en el socorrido método del camión orquesta.
El único pero a priori del evento, es que este se celebró un martes, con la imposibilidad de disponer de transporte público de regreso para los fans de la banda que vinieran de Gijón. Pero el público no faltó a la cita con Hamlet.

Pasaban las diez y media de la noche cuando Molly y los suyos salían a escena, dispuestos a comerse al público desde el primer momento comenzando con “Irracional”. Un tema muy esperado pero que quedó un poco deslucido debido a unos problemas iniciales de sonido en guitarra y voz que pronto tuvieron solución. Un sonido que en líneas generales no terminó de convencerme, sonó contundente en las primeras filas, mas según se alejaba uno del escenario y se acercaba a la mesa de sonido las guitarras parecían comerse al resto de instrumento.
Sin embargo la labor de Hamlet sobre el escenario supo compensar esa pequeña deficiencia. Tras el primer tema se activó la maquinaria al 100% y “Egoísmo” sonó brutal entre un festival de saltos y vuelos por el escenario a cargo de Tárraga y Molly, algo que a la postre se convertiría en la tónica habitual del concierto.
“Habitación 106” y “Tan Simple como decir No” pusieron en jaque la frialdad del numeroso público, un contratiempo que la banda supo atajar organizando un “wall of death” en el siguiente tema, “Muérdesela”. Había costado, pero cinco temas después, todos pertenecientes a su época “Insomnio” por así decirlo; habían conseguido poner a grupo y público en perfecta sintonía.

Esa elección de temas anteriormente citada fue uno de los aciertos del concierto. Pues a continuación llegaron más cortes que todo el mundo esperaba como “Vivo en Él”, “Esperaré en el Infierno” o “Limítate”, todos de su álbum homónimo,  para posteriormente regresar a “Insomnio” con “Antes y Después”. Un acierto, pues como digo son temas que todo el mundo espera ya que gustan a los seguidores más antiguos de la banda y los más recientes por igual, ganando además enteros con la potencia sonora actual de la banda. Y es que Hamlet se han convertido con el paso de los años en una apisonadora, su directo ha ido ganando contundencia y eso beneficia y mucho a los temas antiguos.
Hablando del setlist, no disfrutaríamos de un corte de “Amnesia” hasta el décimo tema, este fue “Deja Vú” y rápidamente dejó paso a “La Cabra”, cerrando así la segunda ronda de temas que terminó con Tárraga organizando otro “wall of death” mientras Molly se encaramaba por la estructura del escenario.

He hablado de sonido, de los temas, ¿pero y el grupo? Lo cierto es que Hamlet se encuentra en un estado de forma excepcional, casi viviendo una segunda juventud, disfrutamos de un Molly pleno e imparable, bien respaldado en labores vocales por los coros de Alberto Marín. También a Álvaro Tenorio cumplidor aunque un poco frio en escena, especialmente si lo comparamos con un Luis Tárraga que no paró ni un momento. Y para rematar, atrás estaba Paco, disfrutando como solo puede disfrutar un músico que vuelve a su ciudad y sale a tocar ante un numeroso público.

A estas alturas habíamos disfrutado de once temas, pero aún quedaba la traca final. “Dementes Cobardes” puso al público a cantar y fue seguida por “Tu Medicina”, “Vivir es una Ilusión” y “Un Mundo en Pausa”, con la que el grupo se despidió. Pero el público de Gijón quería más y la banda regresó al escenario para interpretar uno de esos temas escritos hace casi veinte años pero que por desgracia mantienen actualizada y válida su letra, hablo de “J.F.”. Tema que fue muy coreado, con Molly cantando entre el público y se convirtió en un broche de oro para la hora y media de concierto que Hamlet nos ofreció.

Martes por todo lo alto gracias a una banda que tras veinticinco años sobre los escenarios no solo parece que no tenga ganas de bajarse de ellos, si no que muestra su mejor cara.

Crónica y fotos: FelipeSMwww.smfelipe.es