¿Se os ocurre una forma mejor de empezar el año musical que con un concierto de Dry River? A nosotr@s tampoco y por eso el pasado sábado estuvimos en la madrileña sala Mon disfrutando de una de las bandas referencia de la escena estatal.
¡No os perdáis esta crónica!
Dry River es de los grupos que tienes que ver como mínimo una vez en tu vida. Aunque si hiciéramos una lista de este tipo de grupos, podría ocupar trescientas páginas. ¿Que por qué deberías verlos? Por la calidad de sus músicos, por el carisma y sentido del humor de su vocalista y porque suelen llevar una performance más que interesante.
Así que siguiendo mi propia recomendación, y porque en esta web siempre hemos admirado a Dry River, allí estuvimos el pasado 13 de enero para inaugurar el año de conciertos. En la madrileña sala Mon. La banda venía a presentar su cuarto trabajo de título "Cuarto Creciente", un disco más sobrio que los anteriores y que eso se trasladaba a la propia banda sobre el escenario.
A las 21:00, los músicos salían vestidos de riguroso negro para arrancar con "Culpable". La última vez que los había visto fue en la grabación de "DC" antes de la pandemia, y la banda ha sufrido varios cambios. Miguel Centelles entraba para sustituir a Martín Bellmut en los teclados y Guillermo Guerrero, sustituía a Carlos Álvarez en la guitarra, y esto no es tarea fácil. Los castellonenses siempre cuidan su vestuario, cambiándolo según el disco que presenten. Por eso me esperaba algún toque diferente. Aunque quizás la elección del negro tiene que ver con esa sobriedad de la que hablaba antes.
"Segundo Intento" de su último trabajo y "El Camino" de aquel maravilloso invento que se llamó "2038", su tercer disco. Seguimos con esa no menos maravillosa dupla formada por "Fundido a Negro" y "Perder el Norte" y vuelta a "Cuarto Creciente" con "La Libertad" con la colaboración de Julio Castejón que se subía por primera vez a un escenario tras el final de Asfalto.
Al concierto le faltaba chispa, y es que faltaba Fanfi. El showman que le pone el punto extra a los directos, no había podido venir, lo cual se sintió bastante. Pero también creo que la compenetración que había entre Ángel y Carlos, y que se puede ver en ese “DC” de 2019, era otra parte importante del espectáculo.
Tras "La Libertad" nos presentaron un medley de esos temas que ya no suenan en directo, donde pudimos escuchar "Frascos Vacíos", “¿Cuánto Vales Tú?” y “Rosas y Gaviotas”. Sonó muy bien, muy fresco.
"La Serpiente", "Capitán Veneno" y "Calles Inundadas". Tengo un problema, y es que no he terminado de conectar con "Cuarto Creciente" y eso hace que estos temas los disfrute a medio gas. Un problema personal, no del grupo.
"Funeral" con letra de Carlos Raya, y, para mí, el gran momento de la noche: "Me Va a Faltar el Aire". Un tema tan poderoso y tan profundo, tan bien ejecutado, que si ya en estudio alcanza la perfección, en directo no encuentro la palabra para definirlo. Lástima que por circunstancias personales, no pudiera contar con la colaboración de Xana Lavey de Celtian.
Aquí debería haber venido el bis, pero la sala Mon no perdona ni un minuto, y sin parón corrieron a interpretar "Pean" con otro de esos músicos que merece todo el reconocimiento y más: Israel Ramos. Aprovecho para recordarle que nos debe la segunda parte de "Black Jack" y una gira con Grace :). Bromas aparte, escuchar a Isra es siempre un disfrute para los oídos de cualquiera. Cualquiera que tenga oídos y gusto, claro.
El concierto terminaba pocos minutos más allá de las 23:00 con "Irresistible", donde se volvió a echar de menos a Fanfi, pero donde Ángel lo suple con todo el maravilloso carisma que tiene y con su ya clásica "Traspasa Mi Piel", el tema que siempre recomiendo a todo aquel que no conoce a Dry River.
Despedida y luces encendidas para indicar que hay que irse. Ojo, que no es crítica ehhh. Pero me resulta gracioso.
Sobre el público, no sólo estuvo sobresaliente, sino que, incluso hay una especie de club de fans que tienen grupo de Facebook y que venían de un montón de sitios. Sobre el setlist. Para mí fue muy escaso. Es cierto que fueron dos horas de concierto y en ese aspecto, poco que reprochar, pero se dejaron fuera dos pesos pesados del repertorio, como son "Me Pone a Cien" y sobre todo "Bajo Control". No sé, quizás es problema mío que me cuesta adaptarme a los cambios, o que vivo demasiado del pasado.
Concierto mayúsculo de los castellonenses Dry River con, para mí, la única pega del setlist. Pero esto es cuestión de gustos, por lo que no deberías perderte a esta gran banda si pasan por tu ciudad. O por tu país.
Dales una oportunidad y si no te convencen, dales otra.
Crónica: nonamed
Fotos: Lucía Barcenilla