El pasado 17 de enero Leaves's Eyes ofreció su show en Barcelona junto a Atrocity. Hasta allí enviamos a nuestra redactora Ïrêth, quien hoy nos presenta la crónica y fotos de la noche.

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En 2003 Liv Kristine dejaba su andadura con Theatre of Tragedy. Una fusión que en directo ya jamás pude ver, tiempo después y antes de su separación definitiva, pude ver a Theatre of Tragedy en sus últimos días. Pero me faltaba algo, y eso damas y caballeros era Liv.

A veces es increíble como la fortuna le gusta jugar contigo y por mucho que un conjunto pise tu territorio resulte toda una quimera conseguir hacerse con una entrada para ese bolo. Con Leaves' Eyes me pasaba desde 2006. Les he perseguido activa y pasivamente desde que Vinland Saga llegó a mis oídos hasta el 17 de enero de 2015, diez años más tarde de la salida del mismo. Debo reconocer que con el tiempo fueron relegados a un segundo y tercer plano en mis objetivos, pero algún día debían caer y ese día había llegado.

La noche empezó con el gothic metal de Diabulus in Musica, una formación procedente de pamplona que apoyó el desembarque nórdico-alemán en todas las fechas. Exactamente lo mismo que sucedió en la última gira, allá por 2012. Por imprevistos laborales servidora no pudo llegar a tiempo y solo contempló las dos últimas canciones, con lo que no me parece justo sacar una conclusión. Ese día me desquité de un grupo para añadir otro en cuentas pendientes. Ironías de la vida.

Una vez finalizados, fue el momento de fijarse en el alrededor. De buenas a primeras cuando entras en una sala con un concierto ya empezado te fijas en dos cosas, obviamente en el grupo que está tocando (y como está sonando) y el ambiente que hay. Ese día en Razz coincidían la sala 2 y 3 en horarios. Y quizás fuera porqué la sala 3 ofrecía un cartel jugoso con el WinterFest, o porque el metal sinfónico no tiene un gran alcance, pero el caso es que esperaba más público.

Más o menos con puntualidad se abrió el telón para Atrocity. Una banda formada por Alex Krull, Thorsten Bauer, Sander y Joris. Poca presentación necesitan así que lo resumiré en un metal made in germany con potentes riffs, una poderosa batería, guturales y diferentes facetas a mostrar. Krull y el resto de Atrocity medio presentaron su último álbum, Okkult (digo medio porqué a pesar de ser el que tuvo más presencia ya lleva un tiempo en el mercado como para considerarse nuevo). Los alemanes aprovecharon la noche para mostrar los estilos que les han marcado desde los años 90. Así con la contundente “Pandaemonium” empezaron su recital a ritmo de metal. Entre otras, hicieron una visita a su vena más death melódica con “Fatal Slep” y “March Undaying”, con un toque más oscuro que la primera.

Krull, demostró sus dotes de showman a cada momento que pudo. Encima del escenario es una fiera insaciable que no es capaz de estar quieta, sabe muy bien que motivar al público es una de las armas que tiene y además eso le encanta. Provocó a las primeras filas picándoles para que se animaran a seguirlo con sus headbanging y sus bromas. Encender el ambiente y revolucionarlo podría decirse que es su especialidad natural, porqué esa es otra. Si algo queda claro es que Krull no actúa, él es así. Sus diálogos y su forma de ser dejan claro hasta donde llega su carisma.

Consiguió que todos estuviéramos pendientes de él conla elección de dos ladiespara que subieran a bailar mientras ellos tocaban “Satans Braut”, con la que de paso dejaron claras sus influencias industriales. El cómico momento de la eleccióny el intercambio de diálogos no se olvidarán fácilmente. Como si de una tienda se tratara eligió, eligió y eligió declarando lo difíciles que somos. Los alemanes no dan miedo no (como él insinuó), pero él quizás sí. Los nervios de subir quedaron claros, no hay otra explicación para ese: Where are you from?-So Fun!

Musicalmente hablando soy más fan de los “antiguos” Atrocity, en los últimos años no les he visto sobresalir compositivamente hablando tanto como me gustaría. No obstante su directo les hace ganar puntos a zarpazos y de esto es Alex Krull el único responsable. Recalco el gran trabajo que hace liderando con solvencia un conjunto que si no fuera por él perdería. Un poco de dinámica o de una muestra de entusiasmo por parte de sus escuderos en la primera línea de ataque no estaría mal.

Antes de empezar la crónica de lo que fue Leaves’ Eyes hay algo a recalcar y es que con Atrocity y Leaves Eyes ocurre un curioso efecto. Físicamente las dos formaciones son las mismas con el ligero cambio en la voz principal y líder en cuestión. Por un lado Leaves Eyes cuenta con Liv Kristine y el apoyo de Alex Krull y Atrocity es guiado por el segundo. Técnicamente pero las dos musicalmente están lejos. Por otro lado comparten una misma dinámica. Siendo esta vez quien tira del carro, Liv apoyada por Krull cuando sale. Además, compartieron el hecho de carecer de un bajo para estos directos, algo que fue extraño pero no se quedó cómo punto negativo. ¡Dicho esto, let’s go!

Leaves Eyes es una banda que nació de una Liv que llevó sus diferencias musicales con Theatre of Tragedy, hasta Atrocity. Las piezas que formaban el conjunto alemán se aliaron con la cantante para crear un metal sinfónico muy propio. Melódico, con algunos toques pesados y rifss agresivos, folk, gothic…todo en función del álbum y el tema en cuestión.

La descarga del desembarque nórdico-alemán, empezó pronto con el ritmo folk de “Galwinthia” de su reciente Sympnhonies of The Night, el álbum que venían presentando, junto a Krull, que fue apareciendo de vez en cuando. Le siguió “Take the Devil in Me”, fiel representante de Njord con la que echó el primer vistazo al pasado. A “Fading Earth” le siguió una muestra vikinga con “Farewell Proud Men”, tema de su Vinland Saga, el cual fue una gozada personal escuchar en directo.

Lo que vino después fue un despliegue de talento innato, una Liv imperial se marcó un inicio a capela de “My Destiny” que arrancó las ovaciones de sus fieles fans. Nos deleitaron también con una versión en español de “Symphony of the Night” de la que debo decir que suena…extraña. Más que por la pronunciación, es que la lírica de la canción no es la mejor para traducir o al menos, tan literalmente. Aunque la verdad es que Liv podía cantar la versión que quisiera que el público haría lo mismo. Predominando claro está el inglés, o lo que nosotros humilmente entendemos por inglés.

Llegando a la mitad del show nos fuimos hasta el Meredead conlas gaitas pregrabadas y el sonido folk de “Spirits Masquerade” y “Melusine” contando de nuevo con el apoyo de Alex Krull, quien a medida que avanzaba el show se le debía hacer eterna la espera de su retorno, sino no se explica tanto entusiasmo. El cierre del trío de Meredead vino con el momento de abandonar un poco el sonido metalero y tranquilizar las aguas. “To France”, esa cover de Mike Oldfield que le sienta tan bien a la voz de Kristine se dejó escuchar entre el maremoto que estaba teniendo lugar.

Lejos de lo que podría esperarse de Liv Kristine la mujer se las trae, los años pasan y tras su apariencia delicada esconde un punto de locura encantador. Su forma de moverse junto a su eterna sonrisa resulta realmente hipnótica, aunque no más que su dulce voz de soprano. Está claro que cuando alguien tiene carisma poco tiene que hacer para que este salga a la luz. Y Liv es uno de esos casos. Si a eso le unimos el carisma de Krull, tenemos una pareja imparable.

La traca final comandada por una exelente “Made of Lorralaine” que quedó en nada cuando el piano de “Elegy” dio la señal de entrada de ese clásico de Leaves’ Eyes, y el tema que yo había estado esperando desde que empezó el concierto. Tras un primer cierre con “Hell to the Heavens” junto a Krull volvieron las tierras nórdicas para despedirse de nosotros, “Froya’s Theme” del Njordy “Mot Fierne Land” tema que cierra su EP “Elegy” fueron las últimas balas en la recamara.

Como anécdota, el hijo de Krull y Liv tendrá para el recuerdo una grabación de Barcelona cantando el “Campeones, campeones” a petición de Krull.

Fue una noche redonda que se hizo corta. Hay muchos temas que para mi Leaves’ Eyes se dejaron en el tintero y estoy seguro que lo mismo opinará parte del público sobre Atrocity. Pero está claro que no puede llover al gusto de todos y en cierto modo ambas ofrecieron dos buenos set list. Ahora solo me cabe esperar que el próximo encuentro no ocurra dentro de diez años.

Crónica y fotos: Ireth