El pasado sábado Tierra Santa celebró su XXV aniversario en la sala La Riviera de Madrid, en un concierto en el que la banda riojana repasó los temas de su último disco junto a sus himnos más míticos, rodeada de un buen puñado de invitados de excepción.

¿Nos podíamos perder esta noche?

Se abre oficialmente la temporada de conciertos en salas para este que escribe. Y no podía hacerlo de mejor manera que cubriendo a uno de los grupos más míticos de este país: Tierra Santa. Además, en el 25 aniversario de fundación de la banda, en la sala La Riviera de Madrid y con un montón de invitados. Ilustres invitados para hacer de la fiesta algo aún más perfecto. Porque fue perfecto, pero ya llegaremos.

Entre sonidos de latidos de corazón, los cinco miembros, de rigurosa vestimenta negra, como nos tienen ya acostumbrados, comenzaban el concierto a las 20:45. El tema elegido era “Pecado de Ángel”, single de presentación de su último disco “Destino”, y aunque aún es pronto para aprenderse las canciones de este álbum, el sonido era arrollador, pero sobre todo con una vertiente muy madura de la banda. Hagamos un alto en el camino.

Anteriormente he visto a la banda en varias ocasiones, y en todas, me ha parecido un grupo que cumple con el cometido, pero que no transmiten nada sobre el escenario (no hablo de la música). En este caso, a Ángel, vocalista de la banda, se le vio muy conectado con el público en todo momento, consiguiendo que el disfrute sea aún mayor, y donde el público coreaba constantemente el nombre de la banda.

Volviendo al concierto, se metieron de lleno en los temas míticos, con “Tierras de Leyenda” que son los que nos hacían votar y gritar hasta dejarnos la voz. “La Sombra de la Bestia”, “Legendario”, “Alas de Fuego”, “Apocalipsis”,  “La Leyenda del Holandes Errante”, “Juana de Arco”, o “El Laberinto del Minotauro” fueron algunos de esos clásicos. También hicieron repaso a su “Destino” con la propia “Destino”, “El Dorado” o “Por el Valle de las Sombras”.

Pero, como decía antes, no estaban solos en el escenario, sino que fueron desfilando una serie de invitados para engrandecer la fiesta. Igor Díez, nos aporreaba el bajo en “Indomable”, Jorge Berceo se cantaba toda “Sangre de Reyes”, Óscar Sancho nos daba el punto gamberro en “Drácula”, disfraz incluido, Alberto Rionda, que se marcaba algún que otro solo en “Otelo” al igual que Armando de Castro en “Nerón” y para mí uno de los grandes momentos de la noche (además del final que muchos imaginaréis), fue ver a Jon Zagalaz con Ángel y Dan en formato acústico interpretar “La Mano de Dios”. Pura magia.

 

El concierto terminó dos horas después del inicio con lo que nos tienen acostumbrados los riojanos: “La Canción del Pirata”, que es un valor seguro en cualquier show.

 

Como conclusión, tengo que decir que disfruté del directo como hacía tiempo, donde me dejé la garganta. Un sonido perfecto en todo momento, y un grupo que supo conectar con el público con veteranía, además de una buena puesta en escena, con una pantalla detrás en la que podíamos ver imágenes para acompañar a las canciones. El único problema que hubo, es que Tierra Santa tiene un repertorio tan grande, que haría falta ocho horas para que no se dejaran ninguna imprescindible.

Crónica y fotos por nonamed