¡Volvemos a la Porta Caeli! Y es que la actividad musical no cesa en Valladolid y el pasado domingo día 30 pudimos disfrutar en dicha sala de la presentación del nuevo disco de Kinnia.

¿Queréis saber cómo fue la velada? ¡No os perdáis nuestra crónica!

 

El pasado domingo 30 de mayo Kinnia se presentó en la sala Porta Caeli de Valladolid para presentar su segundo álbum de estudio "Drink for the fallen". Para quien no los conozca, Kinnia es una banda madrileña de estilo folk que te recuerda a tabernas, castillos, barcos pirata, y por supuesto fiestas, con un marcado carácter animado que tienen sus composiciones y versiones de clásicos celtas. No sólo presentaban su álbum ese día, también se estrenaba en directo con la banda su nuevo percusionista Roberto Cappa, conocido por ser el batería de Dark Moor.

El punto negativo de la tarde se notó nada más entrar a la sala y fue la baja asistencia de público, apenas una veintena de personas disfrutamos del show. Lo que puedo decir al respecto es que ellos se lo perdieron, pues la banda, lejos de amilanarse, ofreció un show muy divertido e hizo disfrutar mucho al público, que ovacionó fuerte todas las canciones y participó continuamente dando palmas, cantando y metiendo ruido, señal inequívoca de que se disfrutó mucho del concierto.

Pasadas las seis y media de la tarde, la banda comandada por Jezabel Martínez salía a un escenario adornado con hojas de árboles con "The road" dejando claro desde el principio lo que nos esperaba: un set lleno de melodías de violín y flautas, diversión y fiesta. La siguiente en caer fue la tradicional "Raggle taggle gyspy", después de la cual el vocalista Pablo Marchante se dirigió al público por primera vez para agradecer la asistencia. Hablando del cantante, me gustó mucho su concierto, tiene una voz poderosa y le encontré cantando muy bien durante todo el concierto. También me gustó mucho José Luis Frías, muy activo a los vientos.

Sonaron a continuación temas de su último disco como "Grace O’Malley", algo más tranquila, y "The tower", presentada como su composición más arriesgada y diferente, con sonidos orientales, que la verdad me encantó. Otras canciones de su álbum como "Wings of Liberty" o "Gambling with the dwarves" se irían alternando con otros clásicos irlandeses como "The fiddler on the deck" o "Step it out Mary". También hubo espacio para una versión de Nightwish, en este caso "The islander", una de sus canciones más especiales.

Para el final del concierto dejaron su canción más conocida, "Drink for the fallen", tras la que hicieron amago de irse, pero la gente quería más y a ellos se les veía disfrutar encima de las tablas, por lo que se les ocurrió improvisar un trozo de "Mi gran noche" de Raphael, que no estaba preparada, pero no les quedó mal. Los presentes en la sala aún pedían más y Kinnia respondió con un último clásico irlandés "John Ryan´s Polka", que dejó la fiesta por todo lo alto. Entonces sí, se despidieron de verdad ante todo el público aplaudiendo de pie, clara señal del buen rato que nos hicieron pasar. Tras esta merecida ovación, el grupo bajó en seguida a charlar con los asistentes y a firmar los discos que buena parte de ellos compraron en el merchandising, lo cual también demuestra que Kinnia dejó muy buen sabor de boca. Si tenéis oportunidad de verlos próximamente en directo, os recomiendo que lo hagáis, pues en Valladolid demostraron ser sinónimo de alegría, buen rollo y pasarlo bien. Cuando pueda, yo repetiré sin duda, y ojalá que ya sea de pie para poder saltar y disfrutar más de sus canciones.

Crónica por Luis Martin