La semana pasada Avalanch arrancó su tour acústico y a su paso por la sala Opción en Pinto (Madrid), enviamos a nuestro redactor nonamed. Es él quien hoy nos relata cómo les fue a Alberto Rionda, Mike Terrana y Jorge Berceo.

¡No os perdáis esta crónica!

 

La gira eléctrica de Avalanch para presentar su último disco “El Secreto” da un parón para introducir varios shows acústicos. O eso creía yo cuando decidí ir el día 15 de noviembre a la sala Opción de Pinto (Madrid).

 

 

Frío. Mucho frío en la calle mientras esperábamos a que abrieran las puertas. Apertura que se produjo puntual a las 21:00. Me llevé muy buena impresión de la sala. Pequeña, recogida, elegante pero con un escenario absurdamente elevado para el tamaño, por lo que te obligaba a levantar la cabeza en exceso si estabas en las primeras filas. Hacía ya cinco meses que no cubría un concierto, así que imaginad las ganas que tenía de ello.

 

Mike Terrana, Alberto Rionda y Jorge Berceo, que está sustituyendo a Isra mientras se recupera, en el escenario y enseguida se vio la intención de Avalanch. Un concierto íntimo con gran conexión sobre todo de Alberto con el centenar de asistentes, al que invitó a participar en varias ocasiones durante el concierto. Y es algo de agradecer y a la vez me llamó la atención. Quizás es que el formato invitaba a ello.

 

Antes dije que yo creía que iba a ver un concierto acústico y no fue así del todo. El concierto se dividió en dos partes. La primera parte acústica con Mike en el cajón donde sonaron temas no tan frecuentes en la banda. “Alborada”, “El Hijo Pródigo”, “El Príncipe Feliz” o “Cambaral”. Canciones que sonaron muy, pero que muy bien, y es que reconozcamos que el sonido de la sala es de diez. Enhorabuena, porque os aseguro que empieza a ser difícil encontrar una sala con tan buen sonido.

 

 

Personalmente, durante esta parte acústica no vi cómodo a Mike. Terrana es un hombre de acción, y quizás en acústico no puede mostrar tanta acción. Alberto en su línea. Punteos exquisitos y rifs hechizantes. Y Jorge defiende las canciones a la perfección. He de reconocer que no eché de menos a Isra en ningún momento, por lo que el fichaje temporal de Jorge ha sido otro acierto más de la banda.

 

En la segunda parte del concierto, la parte eléctrica, Jorge cogió el bajo, siempre bromeando con Alberto, y Mike pasó a la batería. Y tengo que decir que aquí empezó el show bueno. Reconozco que esa primera parte acústica, a pesar de su grandeza, no termina de funcionar en una sala y se vio muy claro. Quizás sea más para teatros. Aquí Mike volvió a ser ese ciclón que arrasa y el público comenzó a saltar de verdad. Además, contaron con la colaboración de una sección de violín por parte de Jezabel. Temas como “Papel Roto”, “La Flor de Hielo”, “Mil Motivos”, “Pies de Barro” (la sombra de Ramón es muy alargada) o “Alas de Cristal” sonaron con esa fuerza acostumbrada a pesar de tener una única guitarra y prescindir de la parte de teclados.

 

 

El concierto terminó con un “Lucero” en el que subieron varias personas del público que anteriormente habían ganado un pequeño premio por adivinar los primeros acordes de las canciones. Muestra indudable de la buena conexión entre banda y público.

 

Cosas que quiero decir fuera del espectáculo en sí. La sala tiene un sonido impresionante, pero no es necesario el protagonismo del dueño en mitad del concierto. Aunque sea para un sorteo de premios. Por otro lado, el tema fotógrafos. Ayer, al menos uno, molestó. Y se vio en un gesto de Alberto. Quizás son las consecuencias de la cercanía que te dan estas salas y que no te dan, por ejemplo La Riviera.

 

Conciertazo diferente de Avalanch, que si sois fans de la banda os aconsejo que no os perdáis por nada del mundo. Espero que esta gira en acústico se repita en futuras presentaciones de nuevos discos. Y enhorabuena a la música otra vez porque, como dijo Alberto, deja fuera las diferencias durante dos horas.

 

Crónica y fotos: nonamed