El pasado veintiuno de septiembre nos desplazamos hasta Cantabria, para asistir a la primera de las tres únicas fechas programadas por Yngwie Malmsteen en Europa este año. Hoy, os traemos la crónica y fotos de NachoGS.

¿A qué esperáis?

 

 

Hacía diez años que Yngwie no se dejaba caer por España y veinte de la primera y única visita del virtuoso guitarrista a escenarios asturianos, por lo que no dudamos en aprovechar la oportunidad y desplazarnos hasta la vecina Cantabria, para reencontrarnos con la leyenda sueca.

La curiosa puesta en escena fue lo primero que nos llamó poderosamente la atención, ya que los tres músicos que acompañan a Yngwie en la gira, se encontraban agolpados en un extremo del escenario en un mínimo espacio, sobre un suelo lleno de cables. A ese mismo rincón nos envió Yngwie a los fotógrafos que nos encontrábamos en el foso nada más salir, con un gesto que obedecimos rápidamente, mientras sonaba “Rising Force” el primer tema de la noche.

Continuó el concierto con “Spellbound” e “Into Valhalla”, temas instrumentales para el lucimiento técnico de Yngwie, antes de darnos el primer respiro con la balada “Like and Angel” cantada por él mismo y alternando esa faceta con el teclista de la banda Nick Marino, que no lo hacía nada mal, pero se echó en falta la presencia en el escenario de un vocalista solvente, como los que siempre ha tenido Yngwie a lo largo de su carrera. Este punto deslució bastante el concierto, aunque fueron los temas instrumentales los que tuvieron mayor peso dentro del repertorio.

Pudimos ver a un Yngwie más Yngwie que nunca, con menos kilos y más ágil que en anteriores visitas, ofreciendo su repertorio de gestos clásicos durante todo el concierto, mientras arrojaba púas de manera compulsiva y su fender escupía notas a velocidad de vértigo. A sus espaldas un muro de amplificadores y cabezales Marshall, humo y una iluminación con luces rojas y amarillas completaban la puesta en escena.

El joven batería Brian Wilson, al que casi no se le veía, ya que no contaba ni con una tarima para su batería, hizo su solo justo antes de que la banda se despidiera por primera vez con “You Don’t Remember, I’ll Never Forget” cantada por el teclista Nick Marino.
En los bises nos ofrecieron “Black Star” y “I’ll See The Light Tonight”, con la que se despedían definitivamente tras noventa minutos de concierto, en los que pudimos ver a un Yngwie totalmente metido en su papel de rock star.

Quizás el ego de Yngwie le haga ganar detractores, pero seguramente sin ese mismo ego nunca hubiera llegado a ser uno de los guitarristas más influyentes de su época. Yngwie Malmsteen genio y figura hasta la sepultura.

Crónica y fotos: NachoGS