El pasado sábado 5 de mayo disfrutamos del directo de Nocturnia, Tálesien y Midnight Sounds, una estupenda noche de metal que nuestro redactor nonamed nos relata a continuación.

¿Queréis saber lo sucedido?

 

 

La música desde el sofá está muy bien, pero hay que complementarla con el directo si quieres una experiencia óptima. Estaba dispuesto a disfrutar de Tálesien, como lo he hecho otras veces, y a conocer a sus paisanos Midnight Sounds, y descubrir el directo de Nocturnia, una de esas bandas, que si la vida se rigiera por la lógica, debería estar entre las primeras páginas de El Libro del Metal.

 

Cambio de sala de concierto con poco más de 24 horas de antelación. ¿El motivo? Lo desconozco, aunque lo intuyo. A las 19:30, unos chavales de Galicia se suben al escenario de la Sala Silikona en Madrid para presentarnos su primer disco. “Chapter I”. Su nombre es Midnight Sounds, y hacen metal progresivo, mayoritariamente. Me voy a salir de lo que es la crónica para presentar al grupo. La banda nace como grupo de metal instrumental por Carlos López (guitarra) y gana un concurso. Algunos años más tarde llega Ramón Barba para meterle las voces. El sonido en Silikona siempre es bueno y en este caso no iba a ser menos, pero creo que había problemas de dicción del propio Ramón. Creo que es el principal problema de la banda, porque todo lo demás lo defienden a la perfección. Y ojo, que no digo que sea mal cantante. Porque su melodía vocal es agradable, pero le falta pronunciación y claridad. Por otro lado, Carlos es la auténtica alma de la banda, ya que sin decir nada se le entiende todo. Sus poses sobre el escenario son imprescindibles para entender a la banda.

De riguroso negro aparecían Tálesien sobre el escenario. Tálesien es de esas bandas que enamora. Que ves su profesionalidad en cada centímetro del escenario. En cada nota de sus temas. En cada gesto de sus componentes. Es totalmente incomprensible para mí que este grupo no esté en la cima. En fin, dejando atrás eso, tengo que reconocer que me sorprendió Javier, su vocalista. Estuvo entregado en el escenario, como acostumbra, pero daba la sensación de que intentaba cambiar su registro, agravándolo e incluso con algún desafino. Espero que simplemente fuera un mal día, porque si has escuchado a Tálesien antes, sabes a qué me refiero si hablo maravillas de su parte vocal. Él pone todo de sí para conectar con el público. Y lo hace a la perfección. Por otro lado, era la primera vez que venían con su nuevo teclista Isma. Y el teclado es imprescindible en el grupo aportando mucha elegancia y mucha diversidad melódica. Por lo demás, como siempre, es un grupo que te hace disfrutar. La pena es que fue un concierto demasiado corto.

 

Los últimos en tocar fueron Nocturnia. Como he dicho antes, Nocturnia son viejos conocidos para cualquier metalero, pero nunca me había parado a escucharlos. Y es que, no sólo tienen publicados cinco discos ya, sino que han tocado con grupos de la talla de Warcry, Saratoga o Scorpions. De nuevo con gran profesionalidad y seriedad, el grupo defiende a la perfección unos temas llenos de sencillez, pero con una fórmula infalible. El “uohhh” que el público puede corear con el grupo. Y no lo digo con mala intención. Alberto Sýmon, desde su micrófono, y sin grandes aspavientos, consigue que todo ese público (alrededor de unas cincuenta personas) se implique, se divierta y colabore. También hay que mencionar la aportación que ofrece César Arroyo, su bajista, como segunda voz. Y es que con unos coros agresivos, contrapone la parte melódica de Sýmon. Y no sólo coros, ya que él solito se marca toda la parte vocal de la versión de “Ghost Division” de Sabaton. Desconozco si tiene algún grupo en el que cante todas las letras, pero si no lo tiene, habría que hacerlo.

 

Vayamos por partes. Con un popurrí musical de los tres grupos de fondo mientras escribo estas líneas, tengo que decir varias cosas. La primera la de siempre. Que alguien me diga dónde estaba la gente un sábado por la noche en Madrid. Medio centenar de personas para ver a estos tres grupos de metal es muy, pero que muy triste. A lo mejor nadie se enteró de que el concierto (de tres grupos a nueve euros la entrada) había cambiado de sala a última hora. A lo mejor. Espero que se vea la ironía. Por otro lado, los técnicos de sonido de Silikona siempre consiguen un buen sonido en la sala. Mis felicitaciones. No así los de luces (ejem, ejem). Y se agradece (mucho) que no haya máquina de humo en la sala. En cuanto a los grupos, siempre es un placer disfrutar de buena música en directo. Aunque, después de tres horas y media, te duela todo el cuerpo, merece la pena.

 

Crónica y fotos: nonamed