El pasado sábado nuestro redactor FelipeSM acudió a Gijón para disfrutar de una noche de metal a cargo de las bandas asturianas Arson, Brutalfly y DarkAge. Hoy nos presenta la crónica y fotos de la noche.

Si quieres saber qué ocurrió, ¡no te pierdas esta crónica!

 

Hacía mucho tiempo que no visitaba la sala Sweet 01, otrora conocida como Savoy, y más aún para disfrutar de un concierto de metal. Y el sábado pasado recordé el motivo. Acudí a la sala gijonesa con la esperanza de ver en directo a tres prometedoras bandas asturianas y la realidad es que a duras penas pude ver a los músicos y a tenor de la bola sonora que reinó durante la noche, decir que al menos los escuché me parece muy atrevido.

Comenzó a eso de las nueve y media, con Brutalfly dispuestos a dar buena cuenta de su thrash metal. Sin embargo la banda, sumida en la oscuridad, apenas iluminado el ridículo escenario por un foco y un cartel; no pudo confirmar las buenas sensaciones de conciertos anteriores. ¿El motivo? El sonido del concierto fue una bola indescriptible, algo que no tardamos en darnos cuenta cuando el cuarteto ofreció su versión de “Born to be Wild” y apenas conseguíamos intuir el tema. El grupo no se oía en los monitores y de escenario hacia el público la situación era aún peor, el sonido de la batería se comía al resto de instrumentos, que se convertían en una bola sonora rematada con una voz saturada por el excesivo volumen.
Hay que reconocer que la banda lidió con los problemas lo mejor que supo, evitando los errores lo máximo posible, intentando no transmitir al público las sensaciones que en ese momento estaban teniendo sobre las tablas, y ofreciendo unos cuarenta minutos de show en los que “sonaron” temas como “Chaman”, “Mechanix”, “New Horse” o “Nicanoise”.
Quizás no fuese el concierto más sencillo para esta joven banda, pero Brutalfly supo lidiar con la difícil situación y el público lo recompensó con numerosos pogos durante su concierto.

Si Brutalfly se encontraban apretados en el “escenario”, no os voy a contar lo que ocurrió con DarkAge. Sumar un componente más a la ecuación redujo la movilidad al mínimo. Aunque en esta ocasión sí pudimos ver a la banda, pues el quinteto instaló dos focos propios para dar luz a su actuación. El concierto comenzó bien, con el sonido un poquito mejor que en el show de Brutalfly, pero tras “Breaking the Law” y “Tras un Sueño” la noche se torció para el quinteto. En el transcurso del tercer tema de la noche, el bajista de la banda rompía una cuerda de su instrumento y no disponía de un bajo de recambio. Comenzó entonces un parón que la banda no supo gestionar, mientras Germo buscaba un bajo entre los demás grupos de la noche el resto de la banda comenzó a intentar entretener al público con fragmentos de canciones con suerte dispar en sus elecciones. Error de inexperiencia, pues la solución más fácil hubiera sido adelantar el tema acústico que más adelante interpretarían Pani y Pablo a guitarra y voz.
Pero esto resultó un problema menor, al regreso del bajista de la banda el concierto se convirtió progresivamente en un festival de problemas sonoros. Acoples por doquier, la voz de Pani inaudible en algunos compases y a demasiado volumen en otros, pero sobre todo muchos nervios sobre el escenario ya que el quinteto tampoco se escuchaba al igual que Brutalfly y además se daba cuenta de todos los problemas sonoros que sufría su actuación.
No fue su mejor concierto y solo la complicidad de su público podía salvar la noche, algo de lo que pareció darse cuenta Pablo, quien bajó del escenario en numerosas ocasiones para animar a la audiencia cuando el ánimo decaía.
Difícil noche de estreno para su nuevo batería, Marc, de quien sí disfrutamos, pues la batería volvió a ser el instrumento predominante en el sonido de la noche.

Cerraba la noche la formación de black/death metal Arson. Y lo cierto es que su concierto gozó del mejor sonido de la noche. La banda sufrió los mismos problemas de oscuridad y sobrepoblación del “escenario”, pero las condiciones sonoras de la noche jugaron a su favor. Me explico, era la primera vez que veía a esta banda en directo por lo que desconozco su sonido habitual, pero esa noche en el Sweet 01 su sonido tomó unos matices crudos que nos transportaron a las producciones más clásicas del género, ese sonido sucio, crudo y violento que nos viene a todos a la cabeza al hablar de black metal.
Aprovechando ese sonido la banda ovetense nos ofreció un puñado de temas propios como “Judge Dreed”, “Cast in Void” o “Wrym”, además de sendas versiones de Slayer, Death y Venom, dejando un buen sabor de boca en los asistentes que no pararon de “moshear” durante el show.
Si tuviera que poner algún pero a su actuación tan sólo hablaría del sonido de la batería, común denominador de toda la noche y de la voz de Falcon. A este último le faltó algo para mi gusto, un poco más de garra, de violencia hubiera redondeado los temas y la actuación de Arson a mi modo de ver.
Grato descubrimiento, si en mejores escenarios la banda consigue acompañar su propuesta de un espectáculo y dinamismo a la altura, será sin duda una formación a seguir de cerca.

En resumidas cuentas, noche casi para el olvido la vivida en Gijón. Que dejó muy clara la importancia de una sala acondicionada para ofrecer conciertos y de la presencia de un técnico de sonido en la misma.

Crónica y fotos: FelipeSMwww.smfelipe.es