El pasado viernes 16 los finlandeses H.I.M. estuvieron junto a Romanthica en el Espacio Santander y nosotros no nos lo quisimos perder.

Aquí os dejamos nuestra crónica de la cita.

 

 

Con motivo de la celebración del año jubilar lebaniego el gobierno de Cantabria ha tirado la casa por la ventana y ha programado varios conciertos interesantes para los próximos meses , Scorpions, Europe… y esta noche tocaba el esperado concierto de los finlandeses H.I.M.

Con todas las entradas vendidas, y una hora antes de la apertura de puertas, la cola ya alcanzaba varios cientos de metros a la entrada del recinto , el sol y el calor podrían haber convertido la sala en un horno, pero fue todo un acierto que los organizadores dejaran las grandes puertas abiertas durante todo el espectáculo.

Se encendieron las luces a la hora señalada y el grupo que salió al escenario fueron los catalanes Romanthica, una grata sorpresa encontrarnos con unos teloneros que casi nadie esperaba, por falta de publicidad. La banda de metal gótico se encontró con la sala a reventar, y supieron ganarse al público desde la primera canción, a base de temas pegadizos y aptitud roquera, aprovecharon la media hora larga que estuvieron sobre el escenario desgranando temas como “Despierta”, “Al Final” o “Mercurio “ con un estilo musical que podría definir como una fusión entre los madrileños Sober y los finlandeses To/Die/For. Cumplieron con su cometido de calentar aun más el ambiente y se despidieron con un puñado de nuevos fans.

La media hora que tardaron en cambiar decorado e instrumentos no hizo que el público se moviera ni un milímetro, las noticias que nos llegaban del anterior concierto, en Madrid, no eran muy buenas, mal sonido, grupo poco conjuntado…Todos esperábamos una mejoría con el que ofrecieron en Santander hace casi diez años, que acabo como un gran fiasco. Pero la noticia de que esta podría ser su gira de despedida, decidió a mucha gente a darles una última oportunidad.

H.I.M. saltó al escenario casi sin avisar, entre una gran ovación de los asistentes, y sin tiempo para respirar, dispararon sus primeros temas, “Buried Alive by Love”, “Heartache Every Moment”, para nuestro alivio, el grupo sonaba bastante bien y la voz de Ville Valo, aunque tardo unos minutos en calentar se puso a la altura de sus compañeros, con constantes cambios de tono y gran variedad de matices vocales . Los temas que todos querían escuchar estaban allí, “Your Sweet Six Six Six”, Ressurection”, “The Kiss of Dawn”, dejando claro que el guitarrista, Mikko Lindstrom sube el nivel de calidad de la banda en cada punteo. El repaso por toda su discografía siguió sin tregua “The Sacrament”, “Tears on Tape”, “Rip Out The Wings Of A Butterfly” y uno de sus himnos más coreados de la noche “Join Me In Death “, el público estaba disfrutando, cantando todas las canciones y aplaudiendo con intensidad al final de ellas. Con la versión extendida de Chris Issak “Wicked Game”, Valo aprovecho para presentar a los demás componentes de la banda, Janne Puurtinen a los teclados, Mikko Paananen al bajo, Kosmo en la batería y el mencionado Mikko Lindstrom a la guitarra. Después retomaron el hilo de la actuación con otra ristra de sus grandes éxitos “Killing Loneliness”, “Poison Girl”, “Heartkiller” o “The Funeral Of Hearts” y se despidieron momentáneamente para volver con los vises. Estaban llegando al final y no podían faltar “Pretending” o “ Soul on Fire, para terminar con otra versión, “Rebel Yell” de Billy Idol.

La sensación, era la de haber asistido a un buen concierto, que sin ser excelente, no decepciono a casi nadie, un buen repaso a toda su discografía con más de veinte de sus temas más emblemáticos y casi dos horas de show. Puede que Ville Valo no sea un cantante expresivo, pero nunca lo fue y en esta ocasión al menos no se fumo un cartón de tabaco durante la actuación. Quizás estuvo demasiado estático sobre el escenario, aunque estuvo sonriente y simpático con el publico llegando a parar dos temas para sofocar pequeños altercados en las primeras filas, los demás componentes cumplieron su cometido profesionalmente y sin demasiado teatro, a excepción de Lindstrom que se lucio con la guitarra en varios temas, llegando a tocar gran parte del concierto frente a los amplis y de espaldas al público. En fin, un buen concierto de despedía de una banda que nos ha acompañado durante más de veinte años y que esta vez sí, nos ha dejado un buen recuerdo.

Crónica por E.Veltene