Hace un mes que Pain of Salvation visitó junto a Port Noir la sala Bikini de Barcelona y nuestro redactor JairoDC no se quiso perder tan prometedora noche.

Aquí os dejamos su crónica con fotos de Irene Serrano cedidas por nuestros compañeros de Empire Zone.

 

 

Después de unos años pasando bajo el radar, el enorme disco que es “In the passing light of Dday” ha devuelto a Pain of Salvation al primer nivel de relevancia dentro del progresivo. Los fans de la banda están entusiasmados con este nuevo disco como se podía notar al momento de la apertura de puertas, en el que una enorme cola esperaba para entrar en la sala Bikini a pesar de que faltaba más de una hora para que el primer grupo saliese a escena.

Este primer grupo fue el trío sueco Port Noir, previamente desconocidos para gran parte del público que ya llenaba la Bikini y que rápidamente puso cara de incredulidad cuando empezaron a tocar. Lo de Port Noir fue sencillamente indescriptible. Por momentos creías estar viendo a Muse, luego a Leprous y luego a Gojira. Les sobraron ocho temas en menos de una hora de actuación para dejarnos a todos boquiabiertos.

Los suecos cuentan con dos discos entre los que repartieron el setlist, interpretando cuatro cortes de cada uno. Abrían con una “Debris” algo deslucida por un sonido que todavía estaba siendo ajustado, pero para cuando llego “Puls”, el tema título de su primer disco, la ecualización ya era más que correcta y las caras de sorpresa empezaron a extenderse, y no es para menos con un tema que bebe de los Gojira más melódicos.

Lo más destacable del trío eran las melodías de voz entre Andreas Hollstrand y Love Andersson, que comparten el peso vocal de la banda, con mayor protagonismo para el primero.

No falto tampoco emotividad, dado que Love no es el bajista original de la banda, que como Andreas explicó había fallecido y una foto suya presidía el escenario. Para él fue también “Thorns”, el tema con el que cerrarían su actuación. Antes de eso interpretarían los dos singles de su nuevo disco “Onyx” y “Neon”, así como “Black from the ink” y “Tide”, también extraídos de este, así como un regreso a “Puls” con “Tide”.

Pocas veces he visto a un público reaccionar con un grupo de apertura como en esta ocasión, con una ovación final que duró minutos y una banda que se resistía a abandonar el escenario. Al final de la noche estaban los tres en el puesto de merchandising situado al lado de la salida y las felicitaciones por parte del público fueron prácticamente unánimes.

Casi parecía secundario después de lo que acabábamos de ver, pero rápidamente pasó esa sensación. Pain of Salvation volvían a Barcelona tres años después de su actuación en el Be Prog, con nuevo disco bajo el brazo y un setlist totalmente renovado, (de la actuación del Be prog apenas repitieron dos temas).

“In the passing light of day” es un disco que gusta mucho a los fans, pero que también entusiasma a la banda, en especial a su líder Daniel Gildenlöw. Por eso no resulto extraño que el concierto comenzase con tres temas seguidos de este disco. “Full throttle tribe” servía de abertura, seguida por los singles “Reasons” y “Meaningless”, con un público que no dejó de gritar las letras. La presencia de Ragnar Zsolberg a la guitarra y las segundas voces le ha dado un nuevo nivel a la banda. Un tipo de voz muy distinta a la de Daniel, más dramática, que se complementa a la perfección en las secciones más delicadas de los suecos.

“Linoleum”, como única representación del “Road salt one”, daba paso a la sección del concierto más esperada por los fans clásicos de la banda. “Remedy lane”, su disco más reconocido, cumple quince años este 2017. Además, “In the passing light of day” iba a ser en principio una continuación de este, y a pesar de que al final se ha ganado una identidad independiente, sigue conteniendo bastantes referencias a la obra del 2002, por tanto, los suecos recuperaron para esta gira tres temas del disco que presentaron seguidos, “A trace of blood”, “Rope ends” y “Beyond the pale”. Media hora de regreso al pasado con nuevos arreglos propiciados por Ragnar que enloquecieron a un público que se cansó de bailar, saltar y corear estribillos.

La mirada atrás continuaba con la eterna “Ashes”, uno de los pocos temas fijos de sus conciertos, antes de regresar a “In the passing light of day” con una versión reformada de la balada “Silent gold”, más ambiental que en su versión discográfica, y con la monumental “On a Tuesday”, con un pequeño error en los samplers durante la parte central que no impidió disfrutar de unos de los mejores temas del nuevo disco.

Antes del cierre tocaba rescatar el único tema del “Road salt two” convertido en clásico, la extensa The Physics of Gridlock con la que se despedían durante unos minutos.

Pero quedaba aún el momento más especial de la noche. Daniel regresaba solo al escenario y pedía silencio para comenzar la interpretación de “The passing light of day”, la oda a su propia vida y a su familia que pone los pelos de punta. Emoción desbordada durante los primeros minutos en medio tempo a los que el resto de la banda se fue uniendo de forma paulatina para acabar rompiendo en un crescendo en la agresividad del tema antes de la calma final, con Daniel de nuevo en soledad.

Se acababa el concierto, se encendían las luces y más de la mitad de la sala tenía lágrimas en los ojos. El líder de Pain of Salvation se quedó un par de minutos más sobre el escenario, saludando agradecido a un público que se debatía entre el aplauso y el pañuelo, y que aún tardaría bastante en abandonar la sala y salir a la noche barcelonesa.

Crónica: JairoDC

Fotos: Irene Serrano, para Empire Zone