El pasado sábado 29 de marzo Vita Imana visitaron la ciudad condal tras largo tiempo sin pisarla para presentar "Oceanidae", los andorranos Nami les acompañaron y aprovecharon para hacer lo mismo con “The Eternal Light of the Unconscious Mind”. Allí estuvieron Xell e Ireth quienes hoy nos traen sus impresiones.

Repasa la noche o entérate de por qué deberías haber ido leyendo esta crónica con fotos de la velada. ¡Entra ya!

 

Una noche más, la sala Bóveda de Barcelona acogía un concierto que se las prometía. Los metaleros Vita Imana, con buena fama de dar caña en directo, venían a la ciudad tras cinco años sin pisarla. Les debían a los fans no solo la presentación de “Oceanide” recientemente estrenado, sino también la de “Uluh”. Para esta gira en algunas fechas estan contando con Nami, siendo Barcelona una de ellas. Los andorranos tienen un estilo más tranquilo y técnico pero también agresivo así pues se postulaba como una buena atracción. Ahora están promocionando “The Eternal Light of the Unconscious Mind” y su nombre empieza a resonar con fuerza en el panorama.

Ambas bandas nos ofrecerian un show que nadie debería haberse perdido. Sin más dilación vamos al tema.

Después de la cortísima actuación que nos ofrecieron Nami abriendo para Leprous (y de la que encima me perdí canción y media por culpa de mis fantásticos horarios laborales), tenía muchísimas ganas de volver a verles en directo. Lamentablemente y aunque confieso que disfruté mucho de la actuación de los andorranos, no se pudo apreciar al 100% por culpa de uno de los enemigos más comunes en las actuaciones en vivo: el sonido. Si bien estoy acostumbrada a que la sala Boveda suene bastante mal, lo de este sábado fue de roja directa. Ya solo al principio de “The Beholders”, tema que abre también su último álbum The Eternal Light of the Unconscious Mind, pudimos apreciar que el mayor perjudicado de la noche sería su cantante, Roger. Mientras que podíamos escuchar bien las voces rasgadas que hacía Bobby, el batería (chapeau, por cierto, pues es de las cosas que más me gustan de este tema), la voz principal de Roger apenas podíamos notarla, perdiéndonos el genial contraste que hacen sus voces al usar registros distintos. Pese a que este problema no pudiera solucionarse en toda la actuación (no fue precisamente porque el técnico no pusiera empeño en ello), eso no minó en ningún momento la actitud de la banda, viendo en alguna ocasión como Roger se iba a dejar la garganta en ello.

Nos ofrecieron una actuación variada donde nos presentaron tanto temas de su último álbum como rescataron joyas de su disco debut, Fragile Alignments, tales como “The Growing - Earth” o la enérgica “The Inner Man: Materia”, todo un clásico ya en el repertorio de los del Principado. Aunque si tengo que elegir el momento álgido de la actuación, este fue sin duda durante la interpretación de “Silent Mouth”, canción que considero que es una demostración clara de la gran evolución que han hecho de un álbum a otro. Terminarían el show con una las grandes favoritas del público, “The Dream Eater” y “Ariadna”, tema que utilizaron para crear su último videoclip, mientras Roger decidía quitarse la camiseta (estaría acalorado el pobre, digo yo). Una actuación con sabor agridulce por culpa del maldito sonido, pero que sin duda dejó buen sabor de boca y que estoy convencida que sabrán compensarnos en la próxima ocasión abriendo para Haken. Eso sí, no estaría mal que pudieran venir como artista principal. Yo lo dejo caer, por si alguien decide hacerme caso.

Tras la actuación de los andorranos el ambiente estaba inquieto, si bien es cierto que para Nami el público tampoco fue escaso, a medida que se acercaba la hora de Vita Imana las primeras filas se comprimían y el fondo seguía llenándose. Realmente no es para menos, cinco años sin verlos son unos cuantos (demasiados).

La potente puesta en escena de los madrileños empezó tal cual empieza su último álbum. “Depredador de Luz”, “Equilibrio” y “Ablepsia” dieron los primeros golpes a un público que respondió con la misma intensidad que ellos. Siguieron dando guerra con la presentación de “Oceanidae” pero recordando temas de “Uluh” y rescatando algo de “En Otro lugar” cómo son “Animal”, “Romper con Todo”, un tema al que hicieron grandes honores (un poco más y echan abajo la sala) o “Paranoia”. La descarga de Vita Imana estaba siendo abrumadora, sacaron fácilmente el entusiasmo del público. Una conexión de estas características desde que se oyeran los primeros acordes no se ve todas las noches.

Independientemente de si su música gusta o no lo cierto es que son un conjunto con una presencia en escena muy fuerte, su espectáculo les hace ganar galones respecto a sus discos. Javier Cardoso estuvo especialmente demoledor, interpretando con mucha rabia cada una de las canciones con las que nos deleitaron, se nos presentó totalmente desatado de principio a fin. No hubo explosión a lo largo del show, dado principalmente a que esta se dio de inicio aunque si momentos clímax que desataron la euforia. Autoritarios e impecables de inicio a fin. Román y su guitarra, acompañaron a Javier en sus saltos mientras que Puppy y Pepe a ritmo de headbanging insuflaron ánimos a su gente. Desde atrás en la batería y la percusión Daniel y Míriam también hicieron gala de su agresividad en directo.

Vita Imana también sufrió con el sonido, la diferencia fue que aquí la voz y todo en general se perdía de forma discontinua. No era el día de Bóveda desde luego. Una pena porqué me hubiera gustado disfrutar mejor de los detallazos que deja Miriam, un toque muy característico del sonido de Vita Imana.

La traca final vino por parte de “Oxigeno” (algo que me da que les faltaba a muchos a estas alturas) y “Seis almas”. La gente sabía que era el final así que un último empujón era requerido. El tema fue la máxima representación del torbellino que son los madrileños.

En resumen, fue una gran velada por parte de ambos conjuntos. Últimamente Bóveda está en buena racha y esperemos que siga así, lo único que faltaría sería que el sonido de la sala mejorase y dejara de ser una lotería.

Crónica y fotos Nami: Xell
Crónica y fotos Vita Imana: Irêth