Ankor dejaron su huella por última vez en Barcelona el pasado mes de junio, antes de adentrarse de nuevo en el estudio. Les acompañaron New Alchemy y All In, dos jóvenes formaciones que no desaprovecharon la ocasión para presentarse al público barcelonés.

¿Quieres saber cómo fue? ¡Aquí tienes la crónica y fotos de la noche!

 

El pasado mes de junio, la gira “Get on the Winner Tour” de Ankor llegaba a su fin. Los de Tarragona tras un tiempo de non-stop entre la salida de Rosa, entrada de Jessie y el nuevo EP con el cual han estado girando, vuelve a su estudio para editar lo que será su cuarto trabajo. No sin antes dejar su huella una vez más en la ciudad condal, concretamente en la sala Bóveda.

La noche empezó de la mano de New Alchemy, una jovencísima formación de Barcelona que se dedica al hardcore melódico mezclado con un punk tan clásico como harían unos Rise Against, sobretodo cuando Miguel tira de su voz melódica la cual recomendaría no dejar, puesto que en directo sus screams parecen forzados y no acaban de entonar. Tienen en su haber un EP llamado “From Hipocrisy to Opportunity” y parece que han nacido con la lección aprendida de cómo deben comportarse en un escenario, son dinámicos y bastante enérgicos. Algo que se traduce en mantener atento al público.

Su fallo para mi es algo con lo que con bandas tan jóvenes es un clásico toparse, lo poco novedosa que resulta su música. A su post hardcore/melodico le falta ser pulido y un soplo de novedad. Si bien los temas tienen un punto atractivo: rápidos, nadando entre la “sencillez” con riffs agudos y remarcados (muy protagonistas por otra parte) y una batería potente; entre ellos poca distinción hay (algo que la acústica de Bóveda se encarga de resaltar todavía más con ese efecto bola que a pocas salas se les da mejor). New Alchemy, integrada por Miguel, Nacho, Sergi y Joan. Son cuatro jóvenes con muchas ganas y con un buen futuro si deciden ir puliéndose. Al directo al menos, le tienen tomada la medida.

Tras los locales, otros barceloneses venían para seguir la fiesta. Era el turno de All In, quienes hicieron honor a su nombre y se marcaron un “all in”. Todo las cartas en la mesa (o el escenario): Pau (quien se marca una pausa en la banda por estudios), Néstor, Víctor y Marc son los cuatro ases de una baraja con muchos recursos. Cada cual domina un palo distinto y en conjunción funcionan muy bien. Hacen un punk tan enérgico cómo clásico que recuerda a la mejor época de Simple Plan, cuando no estaban lejos de Blink 182 y Sum 41. El clásico punk rock de los ‘90 cuando se puso de moda en estados unidos pero en su versión española. Los temas “Besos de Cristal” y "Vámonos" para mi son la mejor representación de lo mencionado.

Los contrastes rítmicos característicos del estilo ayudan a que el público se meta en el show y ellos lo hicieron partícipe en todo momento, incluso contaron con su ayuda y le invitaron a colaborar con el último tema subiéndose al escenario. La banda lleva formada tan solo un año lo que es poco tiempo juntos, sin embargo parece que lleven ya varios años y bastantes directos a sus espaldas. “Ave Fenix” es su más reciente publicación, un single que llega tras “Un Abismo de Realidad”, su único EP al que recurrieron en la mayor parte del show. El propio nombre de “Ave Fenix”, canción que tuvimos el placer de escuchar, es un indicador claro de un cambio (si es que deciden seguir por ahí), el endurecimiento de sus melodías. Algo que me parece la opción más acertada. Les da un toque más oscuro y potente. Su motivación es clara, y solo hay que ver como se desenvuelven para notarlo.

La asistencia de público por un momento pareció subir, no obstante fue un espejismo que se diluyó a medida que avanzó el concierto de All In. Con Ankor la asistencia volvió a subir, no obstante les he visto en esta misma sala más poblada.

Ankor son una formación que no pierde ni un ápice de su entusiasmo en directo. Los de Tarragona llevan muchos años juntos, se conocen muy bien y saben perfectamente como comportarse en un escenario. Por si fuera poco la adaptación de Jessie apenas ha tenido lugar, pues desde el primer concierto ha sido una pieza más. Y si alguna cosa quedaba por limar para terminar de encajar en el puzzle, tras un año de conciertos a sus espaldas ese algo ya es inexistente.

Intentaron empezar fuertes pero el sonido de Bóveda fue la primera barrera que derribar, debo decir que no acabo de comprender que es lo que pasa en esta sala. Cuando abrieron, la nueva tabla de mezclas le dio mil vueltas a Mephisto y auguraba un buen futuro en la acústica, no obstante con el tiempo éste augurio se ha ido diluyendo en un sonido que suele ser intermitente. Esa noche empezó mal y terminó de forma aceptable. Los de Tarragona además estaban sin Rubio a los teclados (se le echará de menos está claro) con lo que dependían de samples, algo que lo complicaba todo un poco más. No obstante sacaron el show adelante como suelen hacer, con entusiasmo y con temazos como “The Dark Passenger”, “Try to Walk My shoes”, “Starting Over” o “Pride”.

Hubo tiempo de versiones, estando “Chop Suey” entre ellas. Un clásico para el disfrute de todos. Pero esta vez la cover de “Smooth Criminal” original de Michael Jackson le robó todo el protagonismo. Con una Jessie imperial, despertaron el entusiasmo y la sorpresa de muchos de los asistentes. Otra sorpresa para quienes les conocemos, fue el cierre que vino de la mano de su canción más “Avenged Sevenfold”, y es que salvando las distancias “Rest Calm” es una obra al nivel de “Little Peace of Heaven” de los americanos, a la cual me recuerda en grandes rasgos. Resultó sorprenderte que “The Winner Horse” fuera la penúltima, pero está claro que acostumbrar al público a un mismo orden le hace entrar en la monotonía. Así que good job en ese aspecto.

Si algo debo resaltar de este show es que aparte de haber dicho más de una vez que el quinteto se lleva a las mil maravillas y cada uno en su línea muestra toda su pasión. De ese día me quedo con la gran pareja que forman Jessie y Julio, tanto en el aspecto vocal (mezclas de guturales, screams y voz lírica) como en el dinamismo que propician al show. Su conexión a día de hoy vive un gran momento.

Este show sirvió para ver como Ankor siguen al pie del cañón, mejorando día tras día, sin estancarse en la comodidad. También fue una buena muestra de la madurez de Jessie como su cantante y un claro aviso de que el techo de Ankor ahora mismo está en sus propias manos. A ver con que nos sorprenden.

Crónica y fotos: Ireth