Este fin de semana la gira de Ciconia llegará a Oviedo y Palencia. Así que para animar a los indecisos, aquí os traemos el análisis de Fernando Acero de su disco "The Moon Sessions".

¡Descúbre ya este disco!

 

 

Que el post-rock se encuentra en su punto álgido hoy por hoy es un hecho. No cuesta encontrar los síntomas que evidencian que este género tan minoritario en sus raíces se ha convertido en un referente estilístico para una nueva generación de músicos que no dudan recurrir a la sugerencia de las composiciones instrumentales en detrimento del factor vocal inundando sus temas de complejidad estructural, sonoridades espaciadas y evocadoras y recreación de pasajes sonoros plenamente poéticos.

No son pocos los pioneros que podemos encontrar en este género en España: yendo de Jardín de la Croix hasta Astralia, pasando por Exxasens o la banda estandarte Toundra, no se puede decir que este campo creativo sea precisamente yermo. El conjunto que hoy presentamos, Ciconia, tampoco se queda atrás en este nuevo frente.

Nacidos en 2013 bajo el liderazgo del experimentado bajista Jorge Fraguas, estrenaron un año atrás su LP debut, The Moon Sessions, el cual nos disponemos a comentar a continuación. Dividido en siete temas, la obertura viene protagonizada por una poderosa composición bajo el nombre de “Tentenublo”, que a grandes rasgos, podríamos definir como una avalancha de post-metal en su bloque inicial, el cual evoluciona hacia estructuras protagonizadas por arpegios a las seis cuerdas que si bien pretenden mantener el aura etérea que caracteriza al estilo, no abandona un segundo su contundencia. Ése es tal vez el punto atractivo que presenta Ciconia respecto a otras bandas pertenecientes a la misma corriente: su agresiva concepción de las exposiciones melódicas, de una clara reminiscencia a un metal más clásico. La capacidad de mezclar la supuesta modernidad dicho estilo es el sello de identidad del que fácilmente saca partido en este trallazo de más de nueve minutos de duración.

Esa enfática fuerza de la que hacen gala no se extingue; pronto se alza la eufórica progresión harmónica del breve “Bibey”, un verdadero acierto por la distensión estructural que presenta respecto a su precedente. En él, se evidencian incluso más los rasgos que melódico-rítmicos casi heavy metal que encontramos en diversos de sus episodios.

“Chrysalis” vuelve a constituir un punto de inflexión en el álbum. Su estructura en crescendo, recurso que ya empieza a devenir como clásico y recurrente en los estilos post, estalla de modo original e imprevisible a medio tema con un acertadísimo breakdown en forma de sampler de batería electrónica, que evoluciona a un tema de post-metal desenfrenado y contundente como el que más. Del mismo modo que “Tentenublo”, esta composición cuenta con su particular tema precedente, “Jack O’Lantern”, el cual acaba causando una impresión más que similar a “Bibey”; no obstante, comprendiéndolo como ente individual y descontextualizado del conjunto del álbum, se trata de una composición sólida y absolutamente convincente.

Un punto de verdadera originalidad es el que aporta un sorprendente “Musical Oscillating Criterion”, en el que personalmente me cuestiono cualquier posibilidad de hacerlo entrar forzosamente en el saco manido del género. En él, sin condescendencia alguna, veo la transgresión del normativo punto de vista del post. Mentiría si dijese que la imagen de Toundra no se me presentaba de un modo casi omnipresente en los temas anteriores. En esta canción, sin embargo, consigo vislumbrar un verdadero desmarque, haciendo concesiones hacia terrenos de un metal progresivo abrupto, de secuencias variadas y rupturistas, como un verdadero caleidoscopio capaz de despedir diversidad estructural y temática como si de colores se tratase. Sin duda, el punto fuerte del álbum, y el que personalmente creo que debería marcar las futuras composiciones de la banda, más allá de apoltronadas concepciones en los fáciles pasajes etéreos o ambientales de los que muchos conjuntos se valen.

El final viene dibujado por “Hampstead Heath”, una faraónica construcción instrumental de trece minutos de duración en los que se dibujan múltiples secuencias puramente post-metal, mostrando el potencial de la banda y, sin embargo, haciendo lucir su único punto débil: la proyección sonora. Tal vez sería por mi parte pecar de tosco, pero debo decir que si bien tengo presente que se trata de un primer trabajo y es absolutamente complicado asentar puntos de vista aparentes, la producción en este tema brilla por su falta de eficacia. La direccionalidad de los temas parece caracterizarse únicamente por una exposición de un riff tras otro sin acabar de estar muy claro a qué se juega. Los bloques finales, no obstante, se desenvuelven con una notoria definición y elegancia, dejando un fantástico sabor de boca en este final de disco, que se desvanece entre la épica de un riff que levita sobre el poderoso virtuosismo de la batería de Aleix Zoreda.

Obviando esa carencia de cohesión que me parece percibir en algunas de estas secciones, lo único que me queda decir es que este álbum constituye una interesantísima carta de presentación para un conjunto que, auguro, puede dar importantes sorpresas en cuestión de poco tiempo.

 

Tracklist:

  1. Tentenublo
  2. Bibey
  3. Honey On Thorns
  4. Chrysalis
  5. Jack O’Lantern
  6. Musical Oscillating Criterion
  7. Hampstead Heath

 

Ciconia son:

Luis Gómez: Guitarra
Javier Altonaga: Guitarra
Jorge Fraguas: Bajo
Aleix Zoreda: Batería

 

 

Nota: 8’5/10

Review realizada por Fernando Acero